Capítulo 8

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Golpe tras golpe, fue lo único que sintió Edward en su cuerpo antes de perder el conocimiento tratando de escapar de las garras de William. Su cabeza chocó tan fuerte contra la mesita del centro que todo su cuerpo se convulsionó sin reparo alguno, de tal modo que sus ojos se cerraron rápidamente.

William al ver el estado en el que menor cayó en el piso, dejó aún lado sus golpes sin sentido hecha el cuerpo del menor y lo movió de un lado a otro, al ver que la sangre en una de las frente del chico era tanta, lo sacó de la casa y llevó al hospital más cercano.

El teléfono del menor no dejaba de sonar en el bolsillo de éste por lo que terminó de entrar en pánico cuando vio de quien se trataba. Se puso de pie en la sala de esperar y respondió a las preguntas que el médico le hacía, pero a su manera. Lamentablemente, los golpes casi le rompen una costilla al menor y William se preguntó en qué demonios estaba pensando cuando casi mata al menor.

Se mantuvo en la sala de espera, hasta que Mike llegó junto con Kaleb, el chico se veía destrozado y Will tenía la impresión de que sabía todo lo que pasaba con ellos desde el inicio hasta el final. Una y otra vez se dijo a si mismo que podía controlar sus impulsos, su sed de querer golpear a todo aquel ser que lo hiciera enojar, pero le era imposible el poder estar tranquilo al saber que quizás cuando la escuela terminara, Edward se iría lejos y de sólo imaginarlo todo su cuerpo se colocaba en una posición poco convencional.

Desde que había visto al chico cuando ingresó a la escuela, queriendo pasar de desapercibido ante los demás, pero ante él no pudo hacerlo. Su encanto aumentó aun más al verlo llegar vestido como todo un cero a la izquierda, un nerd. Durante años se mantuvo al margen, una sola burla no salió de sus labios hacia el menor, ni una sola mirada que lo delatara.

Pero, cada chico que intentara siquiera mirarlo o tratar de tocarlo, él se encargaba a su manera, no le importaba ensuciar sus manos de sangre, ya lo había muchas veces y no se arrepentía de haberlo hecho.

— Es mejor que te vayas, William — la voz de Mike, lo sacó de sus pensamientos — El padre de Edward viene hacia acá.

— No me iré — sentenció — Edward es mi novio y me quedaré con él.

— ¿Qué le vas a decir a su padre? — Lo encaró — ¿Le vas a decir la misma mentira que le dijiste a los médicos? ¿Qué fue en un asalto?

— No te metas...

— Tiene razón, William — se interpuso Kaleb — Podemos estar en contacto, no puedes estar aquí, no es el mejor momento para que te enfrentes a él.

— No quiero irme...

— Estás lleno de tatuajes — señaló Mike — Los tienes hasta en el pecho y ni hablar de tu forma de hablar, ¿Sabes lo que los médicos encontraron en mi mejor amigo? — Lo apuntó — Tiene desgarres por dentro y lo peor de todo es que tú eres el causante.

— ¿Y tú que le dirás? — Preguntó, colocándose de pie — ¿Qué hará el principito de Kaleb?

— Le diremos que en el asalto abusaron de él, yo se los diré — suspiró — Lo haremos a nuestro modo, al menos podrás descansar al saber que tu trasero está a salvo de que la policía te atrape.

— La policía...

— Ellos no, pero el padre de Edward si — dijo Kaleb — Vámonos, Will, estaremos llamando.

William lo pensó varias veces, no quería irse y dejar a Edward en ese lugar, pero no tenía nada más que hacer, el rubio tenía razón de todos modos él era el causante de que todo el mal terminara. Salió del hospital, sin mirar a nadie más, lo único que deseaba era destruir todo a su paso, para que su furia, quizás salga de su cuerpo.

My Precious  {gay} {m-Preg}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora