Había pasado el fin de semana y con ello había llegado el lunes, lo que significaba un nuevo día de clases para los estudiantes. El rizado estaba listo para irse a la escuela, lamentablemente su padre lo había abandonado otra vez ese fin de semana.
Desde que su madre había muerto, su padre se había vuelto distante y alejado de todo lo que se tratase con el rizado, cada vez que tenía una cita en el colegio donde estudiaba su hijo mandaba alguna de sus secretarias o simplemente no iba a esas reuniones.
Las mayorías de las veces iba la madre de Mike con él a buscar las notas.
Suspiró con pesadez y salió de la casa, cuando salió de esta vio a Will parado, mirándolo con los brazos cruzados recostado en la puerta del conductor con una sonrisa divertida. Edward por intuición corrió hacia los brazos abiertos de William y besó sus labios de forma tímida.
— Hola — Se sonrojó el menor.
— Hola, estos recibimientos me gustan bastantes, me encanta. Espero que me recibas así cada vez que venga a buscarte — Besó castamente los labios del menor.
— No es nada, es solo por lo de anoche, me gustó mucho ese lugar donde me llevaste, era muy lindo — Se separó un poco de él, pero rápidamente el mayor lo detuvo en sus brazos.
— No es nada, precioso, también hay muchos lugares así. Te llevaré a todos, pero ahora te llevaré a desayunar antes de irnos a la escuela — Se despegó del menor para ir abrir la puerta del automóvil — Me gusta que uses lentes para ir a la escuela, así nadie se podrá fijar en ti y eso me hace feliz — Tomó su mochila y luego entró en el auto una vez que Edward había entrado.
Emprendió el viaje hacia donde vendían un desayuno rico y delicioso. Pero sobre todo, donde nadie podía discriminarlos solo por ser hombres y besarse delante de la gente.
— Sabes que nadie puede saber que estamos juntos — Le recordó y Edward asintió.
— Si, William, ya me lo dijiste la noche anterior— Se cruzó de brazos.
— Es bueno que aun lo tengas presente, así no voy a tener que repetir lo mismo una y otra vez — Suspiro — Hago esto para protegerte, no es que me avergüence de ti, eso es basura total. En esta vida hay personas que harían hasta lo imposible por encontrar algún punto débil en mi y no les he dado el gusto de verme destruido, sí saben que tengo un punto débil harían de nuestra vida un infierno — Se lamentó.
— No sé porque hasta ahora te interesaste en mí, tú mismo me dijiste que me veías en la escuela sonriendo con Mike, pero jamás te animabas en hablarme o mirarme cuando estabas cerca de mí— Le reprochó.
— Siempre intenté mantenerme alejado, cuando Kaleb cometió el error de meterse con el rubio ese, no pude contenerme y me acerqué a ti — Suspiró, mirando la carretera.
— Eso explica algo, o bueno no mucho ¿Por qué los profesores y el director les temen a ti y Kaleb? — Preguntó, curioso.
— Nosotros no estamos en la escuela por repetir curso o algo estamos allí porque necesitamos pasar desapercibidos por la policía no dejaré de hacer lo que hago porque alguien me lo pida, no hago esto por gusto, lo hago por necesidad. Lo que te voy a decir no se lo he dicho a nadie —Sonrió, amargo — Mi mamá tiene cáncer en los pulmones, hace unos años lo diagnosticaron y desde ese entonces ella no ha podido ser la misma. A estado en una clínica especial, dice que antes de morirse tiene que verme de novio con alguien para irse feliz — Negó, riendo.
— ¿Y tu padre?
— Lo mataron cuando tenía cinco años, era un drogadicto, abusador y un violador — dijo, entre dientes.
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My Precious {gay} {m-Preg}
RastgeleEdward Coleman, es el chico nerd que suele pasar de desapercibido ante los ojos de los demás, pero eso puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Edward piensa que seguir siendo el típico nerd de la escuela puede tener sus ventajas y más aún si tie...