Capítulo 13

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Will miraba a Austin con el ceño fruncido y Austin lo miraba a él de igual forma. Diablos, el niño era idéntico a él en todo el uso de la palabra. Se suponía que estaba muerto al igual que su padre, pero lo tenía ahí, frente a él.

— El tío Kaleb grita mucho, papá — William pestañeó varias veces antes de asentir — Papá Ed dice que eres mi papá y me enseñó una foto de ustedes cuando estaban en una casa.

— ¿Una foto de nosotros? — No recuerda haberse tomado alguna vez una foto con Edward — ¿Qué foto?

— La que tiene en su celular — dijo con obviedad — Algunas veces llorar cuando se va a dormir por lo que va a mi habitación y duerme conmigo.

— ¿En donde vivían antes de venir aquí? — El niño ladeó la cabeza — ¿Naciste aquí?

— Nop, nací en nueva Zelanda — sonrió — En el hospital donde papá trabaja.

— ¿Trabaja en un hospital?

— Sip, el tío Mike también trabaja ahí como psico-cologo — la sonrisa nunca abandonó sus labios — A papá no le gusta mucho ese trabajo, pero también dice que le gusta ayudar a las personas y que a ti no te gustaba eso... que te ponías algo celoso.

— Ese soy yo — rió — ¿A ti te gusta eso también?

— Si —asintió, rápidamente — Pero no me gusta cuando se acercan mucho a él — hizo una mueca de asco — Ellos se ven demasiado empalagoso con papá y me da vómitos.

— ¿Ganas de vomitar?

— Si, eso — volvió a asentir — Me gusta lo que papá les dice para que se vayan.

— ¿Qué les dice?

— Que está casado contigo — se acercó a Will y colocó sus pequeñas manitos en las piernas de éste — Y que te ama mucho, siempre lleva con el anillo que le diste, papá.

Bien, esa sí que no se la esperaba. Todavía tenía el anillo de casados y el de compromiso, aunque no le dio tiempo de negarse en las dos proposiciones, creyó que el menor tiraría a la basura esos anillos desde que tuviese oportunidad.

— Kaleb ya está bien — William miró sobre su hombro a Edward que iba bajando de forma titubeante — Si quieres puedes pasar a verlo.

— ¿Pudiste sacarle la bala? — Tomó al niño en sus brazos y caminó hacia Ed, el cual asintió — Bien, vamos.

— ¿Me puedes pasar a mi hijo? — mordió su labio, siguiendo los pasos de William.

— No — fue todo lo que dijo.

Edward se pasó una mano por el cabello de forma exasperada. Nunca debió de regresar, había sido una pésima idea salir esa noche, pero le era imposible acostumbrarse a negarle las cosas a su hijo, por suerte nunca era algo material. Entraron a la habitación donde estaba Kaleb con una serie de maquinas y objetos conectados a su cuerpo. Había matado el tiempo limpiando el desastre que hizo para tratar de pensar en algo cuando lo viera de frente.

— ¿Cuándo va a despertar?

— Cuando pase la anestesia que le puse para sacarle la bala — murmuró Edward — Más o menos en media hora.

— Bien — asintió, sin mostrarse afectado — Si tienen hambre la cocina está llena de comida, tengo que hacer unas llamadas — se giró hacia Edward — Tenemos que hablar, ahora

— Pero...

— No quiero que Kaleb se despierte y la herida se le infecte — salió de la habitación — Ven conmigo — se giró hacia donde estaba Mike — De seguro tendrá hambre para cuando despierte y es demasiado gruñón.

My Precious  {gay} {m-Preg}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora