My Precious {gay} {m-Preg}

Capítulo 7

William lo hizo varias veces esa semana, lo usó a su uso y antojo. Pasó esa semana y la siguiente durmiendo con él, en la misma cama. Cuidándolo de que alguien llegase y se lo llevara lejos de él. Sentía que su cuerpo lo abandonaba cada vez que lo tocaba o que le hacia cualquier cosa. No podía creer que estuvo un enamoramiento hacia esa persona, un enamoramiento hacia alguien tan dañino, que con sólo tocarlo, se sentía roto en millones de difíciles de reconstruir.

Para descanso de su cuerpo y mente, durante el mes que siguió de eso estaba realmente lleno de vida, al menos lo suficiente como para seguir respirando. William iba de vez en cuando a su casa, de la única forma que podía respirar al menos una noche, era cuando éste tenía que trabajar vendiendo drogas, y según él, cuidándolo desde la distancia para que nadie le hiciera daño.

Con su mejor amigo, las cosas estaban bien por así decirlo, no era maltratado físicamente como él, sino que las palabras de Kaleb podían más que cualquier cosa y eso era algo que lo estaba matando.

Edward apartó las lágrimas de sus mejillas, el dolor de su cuerpo seguía constantemente. Estaba de espaldas a él, no tenía deseos de verlo. Ahora sí que sentía que no podía hacer absolutamente nada más que mirarlo mientras conducía hacia la escuela, desde que había despertado en la mañana, el dolor en la cabeza estaba presente, el deseo de quedarse dormido estaba presente en su sistema, pero temía perder las clases y no obtener el promedio que necesitaba para irse.

Había postulado para varias universidades, pero sólo dos llamaban su atención. Una de ellas era en Toronto y la otra en Turquía, puede que esta última sea la más lejana posible para estar a cientos de kilómetros lejos de William. Se apartó el cabello del rostro y se colocó los lentes en cuanto llegaron a la escuela, no fue inevitable el que todos se giraran hacia él y lo vieran llegando con el chico más codiciado y el chico que movía la gran escuela con un chasquido de dedos.

Esperó a que William le abriese la puerta y le entregó su mochila, justamente como éste le había dicho, le dio su mejor sonrisa en cuanto la puerta del carro fue cerrada, y caminaron hacia la entrada de la escuela.

Sus rizos estaba cada vez más largos y ni hablar de córtaselos, le gustaban tal y como estaban. Apretó la mano de William cuando pasaron los escalones, las miradas se posaron sobre ellos. Dejó sus cosas en el casillero y tomó sólo lo necesario para ese día, ya después buscaría la forma de ir a la dirección y ver cómo iban sus solicitudes para la universidad.

— Al menos ya les quedó claro que ya no pueden tener nada contigo — dijo William, rodeando su cuerpo con uno de sus brazos — Me gusta que venga con los lentes a clases, pasas de desapercibido ante todos.

— Dudo mucho pasar de desapercibido ante todos — cerró el casillero — Eres como la luz que ilumina éste lugar — caminó hacia el salón de clases — Todas las miradas están sobre ti.

— Gracias — besó el cabello del chico — Al menos ya eres popular y eso es algo que debes de agradecerme.

— No lo dije como un cumplido — abrió la puerta y le sonrió a Mike — No te pedí ser popular, tampoco te pedí que fuésemos novios, mi vida estaba bien hasta que desiste que era el momento de colocarme como si fuese de tu propiedad.

— Ya eres mi novio, y eso es algo que debes de agradecerme — dijo, entre dientes — No es el momento ni el lugar para hablar sobre nuestros problemas.

— Bien — se soltó del agarre de William — Tampoco tengo deseos de hacerlo — fue hacia donde estaba Mike.

William dejó salir un suspiro y fue hacia donde Kaleb, dando grandes zancadas. Su humor decayó en un dos por tres y todo se debía al menor, por más que trataba de llevar la fiesta en paz las cosa se salían de control completamente.