CAP. 3.

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Un semana había pasado desde que había empezado a trabajar en casa de los Styles. Podía afirmar que Harry era una persona buena, con algunas reacciones raras pero buena persona. 

La relación con mis compañeros no había cambiado, podía jurar que incluso era peor si cabía. Solo me hablaba con Tina, la chica que me ayudó el primer día, y con Liam, el guardia que me recibió en el jardín lateral de la casa. 

Toqué la puerta como pude, sujetando la bandeja con cuidado y con muecas raras intentando controlar el termo. 

-Pasa! 

Abrí la puerta con dificultad y pasé con cuidado viendo como Harry dejaba el periódico en la mesa y me miraba levantando sus cejas. 

-Hola Louis.

-Buenos días, he traído su té, aunque me han dicho que hoy quema demasiado, que tiene que llevar cuidado. 

Él asintió mientras que yo dejaba la bandeja en la mesa y él me sonreía débilmente agradeciendo. 

Apoyé mis manos en la silla y él comenzó a preparar todo a su gusto, sorprendiéndome cuando me indicó que me sentara. 

-¿Sabes? Estaba leyendo el periódico y ponía que el fútbol femenino está incrementando en popularidad cada vez más. A la gente le interesa aunque aún queda mucho para que sea tan económico para un país como el fútbol masculino. ¿Qué opinas? 

-Bueno, no soy muy amante del fútbol pero sé la economía que esto provoca a un país, ojalá que la gente en un futuro no solo mire la economía y realmente disfrute tanto con eso como actualmente lo hacen con el mundo del fútbol masculino.

Él asintió lentamente dibujando una sonrisa pequeña en su boca. 

-¿No te gusta el fútbol? 

-No mucho… 

-¿Nunca has visto un partido de fútbol? 

-En algún bar, claro. A mi familia le gustaba un equipo español. 

Él bebió de su taza y cerró el termo lentamente con una sola mano y con mucha práctica.

-¿Madrid? 

-Barcelona. 

-Oh- Dijo levantando las cejas y asintiendo después desviando la mirada a otro lugar- Buena elección, supongo. Algún día iremos a ver algún partido.

-¿Al estadio? 

-Claro, verlo desde aquí es aburrido. 

-Eso es… muy costoso…

-Qué va, no te preocupes por eso. 

La puerta se abrió sin dejarme contestar. Una mujer de estatura baja y con algo de sobrepeso esperó a la orden de Harry para abrir, sorprendiéndonos con algo negro en sus manos pequeñas. 

-Buenos días, perdón por la interrupción señor. La señora Anne me ha mandado a traerle esto a… Louis. 

Me giré a mirarla con rapidez, viendo el horrible uniforme que llevaba en sus manos, similar al que llevaban todos los mayordomos ahí. 

Sentí rabia. Lo habían conseguido, habían hecho todo lo posible hasta que la máxima autoridad en esa casa me obligara a llevar el maldito uniforme, era horrible y estaba más que claro que no me quedaría bien.

Me avergoncé de mí mismo. No tenía dinero para llevar ropa costosa, no hacía falta ser muy inteligente para saberlo pero, desde que había puesto un pie en esa casa, nunca había llevado algo que estuviera sucio o que pudiera poner en problemas a la familia Styles. Sabía perfectamente cuales eran mis limitaciones y vivía asumiendo eso, no me hacía falta que alguien más me lo restregara por la cara con desprecio. 

Una orden || Larry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora