CAP. 16.

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Mis pies descalzos impactaron contra el suelo, bajando las escaleras con velocidad, entrando en la cocina y parando en seco al verlo. 

-¿Ya estás despierto?

Harry levantó su vista hasta mí y dejó el periódico en la mesa mirándome con una sonrisa. 

-Sí, algunos guardias han ido al centro y han traído el periódico y algo que te gustará. 

Me senté en la silla justo enfrente viendo como él se giraba aún sentado y agarraba un paquete de galletas, poniéndolo delante mío, acercándolo con calma. 

Las agarré con ansia y le extendí una poniéndome a comer después. 

-Me han dicho que tiene pinta de que va a llover mucho hoy. 

-¿Y la fiesta cuándo es? 

-Se supone que hoy pero supongo que lo cancelarán por la lluvia. 

Asentí lentamente mirando por la ventana, viendo como efectivamente el cielo estaba demasiado oscuro y la experiencia chillaba que no tardaría mucho en llover. 

-Tengo que ir a cambiarme…- Dije mirando mi pijama mientras me levantaba aún con la galleta en mi mano. 

Intercambiamos varias palabras más y subí rápidamente hasta la habitación que me habían asignado, escuchando como poco a poco el agua caía más rápido al otro lado de la pared. 

Terminé de vestirme y bajé rápidamente dándole una mirada veloz a todo mi alrededor sin encontrar a Harry por ahí.

-¿Harry? 

Entré en la cocina sin verlo por ningún lado y volví a salir asomándome a la ventana, viendo cómo los guardias seguían vigilando pero ahora resguardados en tiendas de campaña por culpa de la lluvia. 

Volví a mirar rápidamente a todo mi alrededor sin éxito y comencé a preocuparme cuando comprobé que no estaba en el baño tampoco. 

-¿Harry?- Repetí entrando en su habitación sin encontrarlo tampoco ahí. 

Bajé de nuevo y caminé hacia la salida trasera abrochando mi chaqueta, abriendo la puerta después cuando la lluvia caía al otro lado, protegiéndonos por un porche pequeño y acogedor. 

Lo vi sentado ahí, mirando el agua caer y realmente me relajé viendo lo tranquilo que parecía aunque en mi interior quería matarlo por lo mal que me lo hacía hecho pasar. 

Él se levantó al verme y yo lo empujé levemente insultandolo con susurros. 

-¿No podrías haberme dicho que salías? Me has asustado, bruto...

Él sonrió agarrando mis brazos por mis muñecas y pegandolas a su pecho mirando mis ojos. 

-No te dejaría solo aquí. 

-Pues parecía que sí. 

Él negó lentamente y me señaló con la cabeza la lluvia, que no dudé el ver por un largo rato, relajando todo el estrés que sentía en mi cuerpo. 

El ruido del agua impactando contra las hojas caídas de los árboles y ese suelo de tierra ya húmeda sin duda fue algo de eso que nunca esperas necesitar pero que realmente lo haces. 

Me relajó tanto como jamás pensé que lo haría, sumándole el contacto de sus manos en mis muñecas como si fuera algo que hiciera con todo el mundo, algo que le saliera de dentro del alma como un acto inconsciente y que realmente no me debía sentir un privilegiado por ser la única persona que podía disfrutar del calor de su piel.

Una orden || Larry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora