N/A: Hola, he venido a despedir el año! Espero hayan pasado un buen 2019 y sino tranqui que el 2020 lo va a compensar todo :)
XXVI
—Martín, no estoy seguro de que sea una buena idea.
—Ustedes necesitan hablar.
Daniel se removió en su lugar. La forma lenta y relajada con la que Martín acomodaba la chaqueta negra entre sus manos y lo confiada que se oía su voz no le brindaban seguridad alguna.
—No sé, creo que es demasiado pronto... Le hice mucho daño a Manuel, esto necesita más tiempo.
—Por eso —Martín repitió, empeñado en lograr su cometido—. Hablan y él después lo piensa.
—Pero me va a mandar a la mierda —razonó—, y tiene razón. Yo también lo haría de estar en su lugar.
Por más que esperó unos largos minutos, no obtuvo respuesta. Daniel no tardó en llegar a la conclusión de que seguir insistiendo no serviría de nada, pues Martín seguía siendo tan terco como siempre.
Ambos esperaban ahí recostados contra el marco de la puerta de madera y frente al pasillo vacío, esperaban a Manuel.
Durante la formación, Martín le había pedido a un muy dormido Manuel que pasaran el recreo en su aula en vez de en el aula de Manuel como habían estado haciendo esas últimas semanas. Y Manuel había accedido con un bostezo y un pulgar arriba, sin cuestionárselo mucho, claramente ignorando las verdaderas intenciones que escondía tal inocente invitación.
—Me sentía traicionado —soltó Martín de un momento al otro, provocando que Daniel lo mirase confundido.
—¿Eh?
—Cuando estuvimos en la oficina del director... y todos estos meses, me sentí traicionado. Sentía que me habías traicionado, por tus amistades, por cómo habías empezado a tratarme, porque seguías tratando mal a Manuel a pesar de que te dije que él era bueno... Y vos sabés que nunca me llevé muy bien con Sebas o con mi tía Ana, pero con vos todo siempre fue diferente. Siempre te tuve confianza y, no sé, hiciste todo esto y me sentí traicionado —dijo, despacio, haciendo largas pausas luego de cada oración y dejando que sus ojos viajaran por las hendiduras de la madera de la puerta. Su voz seguía escuchándose igual de serena que antes, un suave murmullo que se perdía por los pasillos y llenaba a Daniel de una sensación que desconocía pero que podía asemejar a la culpa y melancolía—. Ya sé que capaz tenés razón y es muy pronto para intentar arreglar las cosas con Manuel, pero quiero que volvamos a jugar juntos, quiero jugar con mis dos amigos y... nada, eso. Tenelo en cuenta.
Martín se reacomodó sobre su lugar y alzó la cabeza. Ambos ojos verdes chocaron. Daniel, incapaz de pronunciar una respuesta que no se basara en balbuceos inentendibles y movimientos torpes con las manos, sólo pudo pensar que era injusto que Martín fuese tan alto y que, tal vez, no se merecía ser perdonado ni por Manuel ni por Martín.
Con más tiempo, quizás, su mente habría encontrado la forma de ordenar las palabras dispersas y los sentimientos revueltos y, sólo quizás, hubiese sido capaz de decir en voz alta sus pensamientos por primera vez. Más un cuerpo de su misma estatura, pero más bajo que Martín, se interpuso entre ambos y entre aquella posibilidad sin previo aviso.
Y, es que, ninguno de los dos había visto a Manuel llegar.
—Aléjate, Daniel. Estorbas aquí.
Daniel retrocedió un par de pasos, aún desorientado. El cambio había sido drástico y repentino, el ambiente agradable que se había formado entre Martín y él segundos atrás fue reemplazado por uno tenso e incómodo, un silencio tajante. Indeciso, sus ojos se posaron sobre Martín durante unos cortos segundos para luego regresar hacia Manuel. Él permanecía ahí de pie en frente suyo, firme y decidido, con su brazo extendido por delante de Martín como una clase de barrera divisoria que le indicaba debía marcharse y con aquel fuego intenso nuevamente ardiendo con fuerza en sus ojos. Su voz se había escuchado fuerte y áspera, autoritaria y demandante, rápidamente se había convertido en un simple eco que se esfumó por los pasillos, pero que se repetía una y otra vez en la cabeza de Daniel.
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Leéme (ArgChi)
Fanfiction[ArgChi AU] Manuel se la pasa todos los recreos leyendo mientras los demás niños jugaban en el patio de la escuela. A Martín le llama la atención que un niño tan pequeño leyera tanto y le extraña que siempre estuviera solo. ⚠Advertencia⚠: Angst. Vio...