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La estruendosa risa se contagió en el menor. Tal vez se habían pasado un poco de copas en el juego, pero no era tan notorio aún, o al menos no para ellos.

–Entonces...– el chino arrastraba las palabras de manera graciosa –¿Un oso?– la pareja rió abrazada y comenzó a revolcarse en la arena distraídamente por la conversación tan estupida que estaban teniendo.

–¿Por qué sería un oso? Otra– Chenle sacó la lengua burlándose y luego la estiró hasta el límite para tocar la punta de la nariz del menor. Jisung rió y comenzó a besar la cara del chico debajo de él mientras el otro se quejaba con soniditos agudos.

–Park Jisung– el nombrado asintió algo ido.   –¿Por qué no hicimos pública nuestra relación todavía?– el menor rió apoyándose en el pecho del contrario.

–No se. Te quiero mucho. Quiero que todo el mundo lo sepa para que eres solo mío– Entre risas y besos los dos pudrieron ponerse en pie.

–¡Ahí me gusta!– Chenle señaló un pequeño espacio cerca de una caliente pareja que se besaba como si su vida dependiera de ello.

El par se acercó tambaleándose pero con paso seguro hasta dicho y lugar. Se pararon derechos para parecer serios. Luego de unos minutos de silencio Chenle comenzó a hablar con una voz alta y aguda.

–Quiero avisarles a todos los presentes...– algunas personas a su alrededor los miraron extrañados, otras estaban tan inconscientes ya que sonrieron con emoción. –este hombre aquí, Park Jisung, es mi novio– la pareja gritó junto un par de exclamaciones de personas demasiado ebrias para entender la situación.

El menor tomó de la cintura a su novio y lo acercó a él posesivamente.

–Ahora si– ambos sonrieron con la típica chispa de complicidad de los enamorados.    –Somos oficialmente novios– Incluso con el alcohol siendo un factor importante en su toma de decisiones la forma en la que se besaban seguía siendo tierna e inocente.

–Vámonos de aquí– Chenle tomó de la mano a su novio y lo llevó fuera de la playa y de la fiesta. El otro lo siguió sin rechistar embobado con la hermosa vista que le daba su chico aún con esas simples acciones.

La pareja caminó aún algo alcoholizados por las calles de Busan. La corta caminata los llevó de nuevo al hostel, pero en vez de entrar pasaron de largo.

–Una noche, solo nosotros, ahí– el chino señaló un caro hotel sobre la avenida principal. Jisung se acercó a besarlo y luego lo llevó corriendo hasta dicho edificio.

Luego de una charla algo confusa con la recepcionista —ya que la pobre chica apenas podía controlar la ebriedad de sus dos clientes— la pareja consiguió una habitación.

Subieron por el ascensor besándose y entraron a su habitación de la misma forma. Ni siquiera se molestaron en encender las luces ni mirar la decoración. Solo entraron y se tiraron sobre la esponjosa cama matrimonial besándose.

Aún no estaban preparados para otro paso, ya habían hecho bastantes en un solo día, así que solo se besaron por horas y horas. Se tocaron, si, pero el profundo amor entre ellos nunca desapareció.

Luego de esa larga sesión se amor la pareja finalmente cayó en los brazos de morfeo.


[...]


–Ya ¡Suéltame!– El rubio tiró de su brazo soltándose del fuerte agarre del canadiense y deteniendo su paso. –¿Que te sucede ahora?¿Por qué hiciste eso?– Mark lo miró enojado.

–¿Que por qué hice eso?– Donghyuck frunció el ceño ante el tono duro del mayor              –Donghyuck ¡Ni siquiera estabas pensando! Te desnudaste en frente de extraños ¿Cómo quieres que reaccione?

AmbosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora