Ambos

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El chino fue tirado violentamente sobre la cama pero eso solo logró excitarlo aún más. Gimió sintiendo como unas grandes manos levantaban su remera. En un abrir y cerrar de ojos su playera había desaparecido. Dos pares de labios comenzaron a besar su espalda. Gimió cuando comenzó a sentir mordidas.

–Mmm~ m-más– Jeno dio vuelta al mayor y comenzó a besarlo de forma salvaje. –Jeno~– el chino sintió como Jaemin besaba su estomago, lo sintió morder sus costillas y bajar hasta el borde de su pantalón. Se separó un poco del rubio para ver que hacía el chico ahí abajo. –Jaemin– Jeno volvió a unir sus labios distrayéndolo. El menor de los tres sonrió encantado y pasó su lengua por la parte baja de Renjun, delineando el borde de sus apretados pantalones de cuero. El mayor tembló ante tal acción y gimió entre el beso.

–Junnie~– Jaemin le sonrió travieso comenzando a jugar con el cierre del pantalón  –¿Quieres que te haga sentir muy bien cierto?– el nombrado asintió frenéticamente. Finalmente el menor despojó a Renjun de su ropa. Jaemin se acercó a darle un casto beso que dejó a Renjun deseoso de más –Te daré lo que quieres– Jeno continuó besando al castaño al tiempo que Jaemin separaba las piernas de este último.

El mayor no sabía muy bien que esperar, por eso se sobresaltó en cuanto sintió algo húmedo recorrer su miembro por sobre la tela de su ropa interior. Jaemin comenzó a lamer y tocar sin desnudarlo por completo. El castaño gimió sobre la boca de Jeno haciendo que este se separe.

–¿Sucede algo Junnie?– el tono juguetón de Jaemin provocó una queja de parte del castaño. Jaemin volvió a pasar su lengua.

–N-no...– Renjun tembló con espasmos –Jaemin, más– el nombrado sonrió y se acercó de nuevo al miembro del mayor, pero esta vez lo liberó del bóxer —sin quitar completamente la prenda— y lo engulló en un movimiento rápido. Renjun tomó por instinto a Jaemin por el cabello. Tiró de él fuertemente tratando de controlar sus espasmos. Jeno comenzó a lamer y mordisquear sus pezones haciendo que él chino gimiera agudo.

Renjun sentía su cuerpo débil ante el tacto de los otros dos. Estaba acalorado, seguramente sudando, y la boca de Jeno marcándolo solo quemaba aún más en su piel. Jaemin seguía lamiendo su miembro como si de un dulce se tratase mandando pequeñas descargas de electricidad a través de todo su cuerpo. El chino sentía un tirón agudo en su estómago, pronto se vendría.

–Jaemin, voy a correrme– el menor comenzó a mover su cabeza más rápido sacándole el aire al chino. Jeno acercó sus manos a la entrada del mayor y la acarició por sobre la tela del bóxer. Renjun gimió alto ante tal estimulación y se corrió en la boca de Jaemin. El menor tragó todo y luego se acercó a la altura de los otros dos sonriendo con saliva y semen manchando las comisuras de sus labios. Renjun definitivamente guardaría esa imagen en su cabeza por siempre.

–Ven aquí– al parecer todavía no habían terminado porque Jaemin se acostó boca arriba y tiró del chino para que se sentara sobre él. Se besaron fogosamente. Renjun se excitó al sentir su propia esencia en la boca del otro y lo besó con más fuerza.

Por instinto el chino comenzó a moverse sobre el miembro de Jaemin. El rubio gimió ronco ante tal acción. Jeno comenzó a quitarse su ropa lentamente mientras se acercaba a los otros dos. Una vez estuvo completamente desnudo se recostó de lado junto al par. Desabrochó con cuidado la camisa de Jaemin hasta dejarla abierta del todo. Se acercó y comenzó a besar el pecho del rubio.

Jaemin gimió ante el inesperado toque de Jeno. Sintió los labios del rubio succionar sus pezones y eso solo lo llevó a hacer el beso con Renjun aún más salvaje. El menor de los tres llevó sus manos al lindo trasero del chino y Jeno lo imitó. Entre los dos comenzaron a apretar, pellizcar e incluso golpear —aunque levemente, era imposible que pensaran en lastimar ese hermoso cuerpo—. Renjun gimió gustoso al principio, pero comenzó a alarmarse cuando sintió que era despojado de su ropa interior.