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-Espero les guste- Jisung abrió la puerta del lugar dejando a los demás pasar a una cafetería con un estilo vintage -Chenle y yo siempre venimos cuando tenemos tiempo.

A Renjun le gustaba el lugar. Nunca había ido a una cafetería así. A su familia le gustaban los restaurantes elegantes y eso hacía que el lugar le causara curiosidad. Por otro lado, Donghyuk estaba encantado. En el poco tiempo que Renjun llevaba siendo amigo de Donghyuk había notada que a este último le gustaban mucho ese tipo de cosas. Para Renjun, Donghyuk era una persona interesante. Le gustaban las cosas antiguas, autos vintages y música. Renjun se lo había comentado a Donghyuk una vez, según él, Donghyuk era una "perra de los 80". Donghyuk se lo había tomado muy bien, incluso le había gustado el apodo. Cuando Renjun lo vio tan emocionado en ese lugar no pudo evitar pensar en ese sobrenombre.

Se acercaron a una mesa en una esquina tranquila. Renjun le pedía por favor a Dios que él no terminara junto a Jaemin. Dios no lo escuchó. Donghyuk y Mark se sentaron juntos, Jisung y Chenle también, él quedó con Jeno a un lado y Jaemin al otro. Estar entre los dos chicos lo ponía nervios. Sentía su garganta seca y estaba casi seguro de que si se atrevía a hablar iba a tartamudear como nunca en su vida. Para su suerte, Chenle decidió hacerlos probar sus platos favoritos y Renjun se salvó de quedar como un idiota.

Mientras esperaban, y una vez que había llegado la comida, el ambiente se fue relajando notablemente para Renjun. Todos hablaban animadamente y contaban bromas estupidas que hacían reír a los demás. Renjun se sentía cada vez mejor junto a esos dos chicos. Había descubierto que Jaemin no se diferenciaba mucho de Jeno. Ambos eran cariñoso y protectores. Entre los dos cuidaban de Renjun con atención infinita que él no pensó que recibiría. Obviamente también tenían sus diferencias. Jaemin parecía ser mucho más hiperactivo que Jeno. De todas formas, para Renjun ambos eran perfectos. El no cambiaria a Jeno por Jaemin. ¿O quizás si?No importaba. Solamente quería ser el amigo de Jaemin y volverse más cercano con él.

Ya todos habían terminado de comer. Seguían hablando de estupideces, pero con el estómago lleno todo se hacía un poco más lento. Jaemin se paró de repente. Todos lo miraron intrigados.

-Voy al baño- inmediatamente el ambiente volvió a cómo era antes y todos olvidaron a Jaemin.

-Te acompaño- Jeno se levantó y siguió a Jaemin. Renjun no podía evitar sentir curiosidad, pero estaba muy cansado para ir a hacerse el investigador.


[...]


Jeno salió del cubículo en el que se encontraba y se acercó al lavamanos. Jaemin estaba sentado sobre este mientras miraba su celular. Jeno lo observó por unos segundos. Él siempre pensaba que la expresión desinteresada le quedaba bien solamente a Renjun. No se equivocaba, Renjun quedaba incluso más tierno con esa cara, pero Jaemin era otra historia. ¿Cómo podía verse tan jodidamente bien sentado en un simple lavamanos? Jeno apartó cualquier pensamiento sobre Jaemin y se dispuso a lavar sus manos. Jaemin había notado la mirada del mayor. Algo le decía que las cosas iban a terminar de forma inesperada. A Jaemin le había gustado Jeno desde el primer partido. Le había parecido muy lindo cuando lo había visto esa primera vez, y ahora que conocía su personalidad le gustaba incluso más. Todo hubiera sido perfecto de no ser por Renjun. Ese chico lo tenía de rodillas. No solo su apariencia, también su personalidad eran tan atrayentes para Jaemin. Dudaba si de verdad quería a Jeno. El chino lo había capturado.

Jeno terminó de lavarse las manos y miró a Jaemin. Los dos pensaban lo mismo. Nadie se daría cuenta, tampoco significaría nada, solo querían probar. Jeno se fue acercando lentamente hasta posicionarse entre las piernas de Jaemin. Este último miró atentamente cada movimiento. Cuando tuvo a Jeno frente a él se dedicó a apreciar toda su belleza. Ambos lo hacían. Recorrían la cara del contrario esperando el momento perfecto. Jeno detuvo su vista en los labios de Jaemin. De a poco fue acortando la distancia hasta que esta misma ya no existiera. El beso era lujurioso pero lento. Sus lenguas se acariciaban y exploraban la cavidad bucal del contrario. De a poco el beso fue subiendo de intensidad. Jaemin comenzó a morder el labio de el contrario sacándole jadeos a ambos. Jeno se sentía cada vez más atraído hacia el menor. Apegó más sus cuerpos y acercó su mano al abdomen de Jaemin. Con movimientos lentos y un par de insinuaciones, Jeno logró meter su mano debajo de la playera del contrario. Toco todo su pecho y abdomen con necesidad. Quería sentirlo aún más. Las cosas no eran diferentes para Jaemin quien apegaba aún más su cuerpo al de Jeno buscando más contacto. Lo besos de Jeno empezaron a bajar por el cuello de Jaemin. Bajó la camiseta del menor y empezó a dejar mordidas en sus clavículas. Jaemin jadeaba con cada toque. El cuello era su zona más delicada. 

AmbosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora