Un caballo llegó a la orden. Un hombre estaba arriba de él. Varias flechas estaban enterradas en su cuerpo. Muchos hombres lo atendieron y se lo llevaron. El mensaje llegó a los oídos del pilar y del capitán general, los máximos "poderes" de aquella sede. El hombre, que aún seguía cansado, se resignó y dejó que Dutla hiciera lo que debía hacer. Hombres y demonios se habían unido para arrasar a Temur y era algo que ellos no podían permitir, sin importar que fueran de dos facciones opuestas.
En menos de cinco minutos todos los hombres y mujeres sanos se reunieron en el patio a escuchar las ordenes que aquella mujer les iba a dar. Todos habían esperado algo de acción desde que un grupo revoltoso quemó un pueblo. ¡Debían vengar esas muertas sin importar que!
—¡Vamos! —La voz de Dutla sonó a través del viento, los casi seiscientos hombres escucharon aquella voz—. ¡Esta noche lucharemos y es posible que algunos perezcamos!, pero recuerden algo, esto no es una lucha por poderes, ni tampoco para buscar algo, ¡lo hacemos por el pueblo y para ellos! —Pisadas, aplausos, gritos, silbidos hicieron eco en aquella noche—. ¡Nosotros estamos para proteger a los ciudadanos de cualquier cosa y hoy volveremos a nuestra función original: ¡Luchar contra esos seres! Cada uno de nosotros fue entrenado para esta noche, para cuando ellos volvieran a alzarse; sé que también hay hombres y mujeres como nosotros del otro lado, pero... ¿Nosotros los traicionamos? ¡No! Fueron ellos quienes quisieron vender su alma a los demonios para luchar una causa perdida.
»Todos tenemos miedo de morir aquí y perder a nuestra familia. De no poder regresar a ver sus sonrisas, pero... ¿acaso no fue nuestra elección sacrificar nuestra pequeña instancia en este mundo por los civiles? —Todos gritaron la pequeña palabra: Sí. El ambiente estaba cargado de energía, cualquier miedo que hubiese estado hace unos cuantos segundos desapareció sin dejar rastros—. Somos la única línea de defensa existente. ¡En este momento no tenemos grados superiores o inferiores, todos lucharemos codo a codo! Es hora de proteger a nuestra raza.
Luego de que ella acabara de hablar, cada miembro de la orden estaba más animado. Ahora, aunque tuvieran miedo de morir, recordaban porque se habían unido a la orden, y los que tuvieron que unirse para aprender a controlar el Hus Kha encontraron una razón por la cual luchar: Salvar a aquellos que no pueden hacerlo.
—Un consejo para los que tiene un pistolete entre sus armas. —La voz de Daniel se alzó y estos hombres escucharon con atención—. Recuerden que si van a disparar que sea a la cabeza. Traten en lo menor posible de no recurrir a esas armas. Recuerden lo peligroso que pueden llegar a ser. Nunca se olviden de Herk, perdió la mano por no recargar bien.
Eso hizo que todos tuvieran una risa nerviosa y comenzaran a dudar si valía la pena sacrificar su vida por eso. Después de unos segundos todos salieron a caminar la ciudad. Se dividieron al igual que siempre: En escuadrones. Ya habían pasado cinco minutos desde que habían salido. Daniel estaba aburrido, todo lo que veía era aquella luz saliendo de la taberna que estaba abierta. Las casas eran de un solo piso, solo pocas superaban los dos pisos. Las calles eran de piedra y las paredes eran blancas. Las lámparas de gas iluminaban lo suficiente para ver cualquier cosa en la oscuridad, pero... ¿era lo suficiente si esta noche se volvía la más negra en Temur?
—Maestra, ¿está bien dejar aquellos civiles en esa taberna? —Daniel no estaba asustado, es más, al ser media noche estaba completamente entusiasmado. Sus ojos se veían más oscuros de lo usual y eso que sus ojos naturalmente eran como el carbón—. No es que tenga miedo de no proteger a los ciudadanos... Solo que son unos idiotas suicidas.
—Nosotros dijimos las cosas, si ellos piensan que es broma bueno, eso ya no es cosa nuestra... —Aquella guerrera que tenía el cabello recogido en una cola de caballo, miró con desdén hacia la posada, para luego arrugar la frente—. Desde allá hay una extraña presencia de Hus kha, deberías echar un vistazo.
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El dragón de la luz | TERMINADA |
FantasíaEsta es una historia que ha sido escrita a través de los siglos en Txard y ha tenido más de mil versiones: Poemas, historias, canciones, obras de teatro y todas narran lo mismo, una sola versión: Tres espadas que consigo traen una maldición, una ben...