Capítulo dos: ¿Qué es esto?

741 33 0
                                    

Sarada continuaba pensando ¿cómo había pasado? Ella quería a su mejor amigo de una forma en que ella pensaba que no debía, lo cual la inquietaba. Tal vez era su cabello, distinto al de los demás, su humor, su físico, sus ojos azules como el cielo, o sus labios...

-Sarada, contrólate.- pensó la Uchiha, que después de eso sucumbió al sueño, después de todo ya eran alrededor de las 12 am.

Boruto había decidido decirle a la Uchiha lo que sentía por ella, por su parte Sarada había decidido lo mismo. El problema de los dos era que ninguno sabía cómo.

La mañana se hizo presente y la Uchiha se encontraba desayunando.

-Y bien, ¿Qué pasó ayer en el entrenamiento Sarada?- Preguntó Sakura, Sarada se sorprendió porque ella no había mencionado nada al respecto.

-Nada mamá.- Sakura la miró y Sarada supo que tenía que decir la verdad. - Ayer Boruto me dijo algo que no puedo entender. - Finalizó ella.

-¿Qué te dijo? - Preguntó Sakura. A lo cual Sarada no estaba segura si debía de contestar.

-Tú sí vas a saber qué me quiso decir, ¿Verdad mamá? Bueno, él me dijo " ¿Cuándo te vas a dar cuenta?" Es decir, ¿Cuándo me voy a dar cuenta de qué? - Preguntó Sarada confundida. Sakura rió ante la inocencia de su hija.

-Descúbrelo tú Sarada, quien sabe qué te encuentres.- Sarada aún más confundida terminó el desayuno y se fue a la torre del hokage, dónde el equipo 7 recibiría su misión. Cuando Sarada llegó a la torre él ya estaba. El Uzumaki había pasado la noche en vela tratando de idear un discurso o unas palabras para ella, pero nada se le había ocurrido, entonces optó por improvisar.

-Equipo siete, hoy van a ir a entregar este mensaje a la Aldea de la Arena.- Dijo el Hokage.

-Em... Naruto-san, no estamos completos, Mitsuki no está, y si puedo preguntar, ¿Dónde está él?- El Hokage respiró un poco y les dio una mirada llena de lástima.

- Sarada, Boruto, Mitsuki como ya saben emprendió una misión ayer con Konohamaru- aunque eso era una mentira porque ninguno de los dos sabía- él resultó gravemente herido, ahora mismo debe de estar en el hospital de la aldea de la arena. Es por eso que están aquí. Van a entregar esto y traer a Mitsuki.- Sarada y Boruto intercambiaron una mirada de preocupación.

-Hai!- dijeron los dos, tomaron el pergamino y se fueron a alistar sus maletas. El pergamino quedó a cargo de Boruto. Al terminar de hacer sus maletas tanto el Uzumaki y la Uchiha iban de camino a la puerta de la aldea, perdidos con sus pensamientos e ideas, pero alguien hizo que se salieran del trance.

- Disculpe, no me fije.- Dijo Sarada sin darse cuenta de con quién hablaba.

-¡Hola Sarada-chan! ¿Nos vamos juntos? Digo, ya que vamos al mismo lugar.- dijo Boruto un tanto ruborizado, a lo que la Sarada se sintió presionada.

-Yo puedo ir sola, gracias- Dijo ella, de lo cual realmente se arrepentía y rezaba por que la tierra se abriera y la tragara. Ella no sabía qué había pasado por su mente para decir tal cosa, más bien ella estaba casi segura que nada había pasado por su mente y por eso terminó diciendo eso.

-Bueno, uno aquí intentando ayudar creo que dejaré de hacerlo.- Dijo Boruto molesto y avergonzado. Sarada sabía que tenía que decir algo para arreglarlo pero para eso ya era muy tarde, Boruto ya se había ido.

"Maldito ego, maldición" Pensó Sarada mientras salía disparada detrás de Boruto, pero él ya estaba llegando a la puerta. Sarada llegó cinco minutos después, y vio la mirada del Boruto, demasiado seria, cosa que ella sabía no podía significar nada bueno para ella.

-Vámonos.- Sarada solo asintió. Y caminaron alrededor de 10 minutos en silencio. Pero Sarada lo odiaba y sabía qué tenía que decir algo.

-Oye Boruto, ¿y el pergamino?- preguntó Sarada intentando romper el silencio. Boruto cayó en un ligero caos hasta que recordó dónde estaba.

-Está donde lo deje ayer.- Revisó su mochila y ahí estaba. La Uchiha dio un suspiro de alivio. Siguieron avanzando hasta que la Uchiha se percató de algo.

-¡Salgan cobardes!- les ordenó Sarada. Salieron de las sombras 5 hombres vestidos con capuchas negras con nubes rojas que rozaban el suelo.

-Solo queremos el pergamino dámelo y puedes irte niñita.- Sarada miró a Boruto enfadada, Boruto entendió y aseguró tener el pergamino en la ubicación más segura que se pudiera.

-Sobre mi cadáver.- Respondió Sarada. Y los cinco hombres se lanzaron al combate.

Uno de ellos le lanzó una marioneta a Sarada. Entonces se dio cuenta de algo, ellos no eran hombres nada más, ellos habían sido resucitados, eran miembros de Akatsuki.

-Boruto, ten mucho cuidado, estos hombres son una organización que se llamaba Akatsuki.- Uno de ellos despertó el Sharingan, lo cual extrañó a Sarada, pero igualmente ella imitó su acto.

-Mi sobrina, no me podía esperar menos de ti. - Dijo él con una sonrisa torcida.

-¿Tío Itachi?- preguntó Sarada confundida. El nombrado asintió. Pero algo la sacó de sus pensamientos, un grito, lo que no le agradaba es que ella conocía esa voz.... era la de Boruto.

-¿¡Boruto?!- preguntó Sarada alarmada, pero no consiguió respuesta.

Te Pusiste En Mi CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora