Capítulo nueve: No vuelvas

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Flashback:
Catorce años y estaba tendida en su habitación con el teléfono en ambas manos extendidas al aire, ella rezaba porque no se le cayera el teléfono en la cara.

- Hija, tenemos que hablar. ¿Puedo pasar?- Sarada le hizo un gesto positivo a Sakura, ella se sentó cruzando las piernas. -Mira, por la falta de personal voy a tener que trabar doble turno, pero descansaré los fines de semana, entonces tendrías que comer y cenar sola, irte a los entrenamientos sola también. ¿Está bien?- Sarada solo pudo asintió levemente. Ella no quería, pero sentía que no había algo que ella pudiera hacer.

-Okey, pero los fines de semana... ¿entrenarías conmigo? Es que, bueno, no te vería en la tarde y yo... yo quiero...- Ella no sabía cómo terminar la oración.

-Está bien, los domingos a primera hora.- Sarada dio una pequeña sonrisa y celebró mentalmente, pero en el fondo deseó que su mamá fuera una doctora común, que su papá estuviera presente y que él la conociera. Ella no pudo evitar dormirse pensando en aquellos deseos que sabía que nunca se volvería realidad. Los días aumentaban y la relación de Sakura y Sarada empezó a ser más distante, a tal grado que cualquier momento que pasaban solas era muy incómodo, no sabían que decir o hacer, el silencio abundaba.

El día que todo sucedió Sakura llegó muy borracha, cosa que a su hija le molesto, pero no lo dijo, ya que se había acostumbrado a que llegara así.


-¡Uchiha Sarada ven aquí!- Sarada extremadamente alarmada y asustada bajó a la sala donde su madre la esperaba en el sillón.

-¿Qué... qué pasó mamá? ¿Te encuentras bien?- Aunque Sarada sabía la respuesta a aquella pregunta, pues Sakura se veía mareada y furiosa.

-Que decepción eres, no puedo creer que seas mi hija, no haces nada en esta casa, lo único que se te es pedido, que seas buena ninja y ni eso puedes hacer, eres inútil, no sirves de nada, de seguro eres el extra del equipo.- Sarada no podía creer tales comentarios de su propia madre, ella sabía que su relación no era la mejor pero nada podía excusar tal comportamiento.

- Vamos a tu cama mamá. Debes dormir.- Dijo Sarada ignorando sus comentarios.

-Por eso no sirves, por eso no te presta atención tu padre, por eso nos traicionó. – Sarada no pudo contenerse esa vez.

-¿Que no sirvo? Mamá, tú me hiciste así, si soy así es por algo, hago ¡Todo! por ti, que esté encerrada todo el día en mi cuarto es por algo, ¡Porque es una tortura estar todos los días aquí, sola! Aburrida, sola... ¿Papá nos traiciono? ¿Qué nos hizo? ¿Más bien... qué te hizo? ¿Te... te engañó?- Sakura al escuchar eso, se enfureció mucho más y casi cometió una acción terrible.

-Ya llegue... ¡Sakura Haruno! ¿¡Qué demonios crees que estás haciendo?!- Sasuke gritó mientras entraba a aquella sala a detener lo que pudo ser el fin de la familia "perfecta" a los ojos de los demás. Sakura mantuvo el brazo y su puño cerrado a la altura de su propia cara.

-Papá... ¿es cierto? ¿Tu nos traicionaste?- Preguntó Sarada con lágrimas en los ojos. Una madre borracha y rota por dentro, un padre ausente que prefirió a otra y a una hija "perfecta" para todos pero despedazada por dentro con un odio a sus padres.

El tiempo pasó pero para Sarada siempre fue algo que no era agradable recordar, pero por alguna razón siempre lo hacía. Ahora que Boruto había desaparecido el tiempo la había llevado a aquella fría noche. Pasaron los días, que se convirtieron en semanas, Sarada ya no contaba el paso del tiempo, los días se le hacían aburridos, ella dejó de salir de su casa, no comía y cada vez estaba más delgada. A causa de comentarios de algunos de sus amigas ella se obligó a comer, pero ella sabía que no iba a mejorar sin ayuda. Necesitaba ayuda, urgentemente. Y la única manera de salir que conocía la dirigió a la casa Uchiha.
El timbre sonó y se abrió la puerta, la sonrisa más cálida del mundo la recibió, que se enfrió al verla, desagrado, molestia.

-¿Qué pasó Sarada? ¿Te encuentras bien?- Sarada sentía el frío de cada palabra, la molestia que tenía su madre de verla, la distancia que sentía estando tan cerca.

Te Pusiste En Mi CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora