C A P I T U L O. III

734 55 65
                                    

—Arthur, ¿dónde está tu diario?

Esta sentado en la oficina de la Dr. Kane, con las manos cruzadas delante de él. Una rodilla tiembla, no puede mantenerla quieta.

—Lo perdí.

Ella levanta las cejas, una pregunta silenciosa.

—Lo dejé en el club—, dijo— y luego volví a buscarlo al día siguiente y desapareció. Pregunté por ahí, pero nadie sabía dónde estaba. Tal vez alguien simplemente lo tiró.

Eso sería en el mejor de los casos, de todos modos.

—Bueno— dice ella—. Quizás puedas comenzar uno nuevo.

—Supongo. Pero tenía muchas cosas escritas en el anterior, muchos chistes, material que no quiero olvidar. Me molesta que ya no lo tenga.

—Estoy segura de que pensarás en nuevos chistes.

Sin embargo, el material perdido no es el mayor problema. El cuaderno también estaba lleno de sus pensamientos privados, garabatos con su letra desordenada pero aún legible. Él sabe que los clientes recurrentes en Pogo's lo han visto escribiendo en su diario. Quien lo haya encontrado allí podría haberlo reconocido, lo conectaria con él.

Está bastante seguro de que no hay nada allí que pueda llevarlo a la cárcel, no hay amenazas contra individuos específicos. Pero ha escrito cosas como: «A veces quiero ver arder esta ciudad»

Y, por supuesto, están las mujeres: imágenes recortadas de revistas para hombres que compra en la estación de servicio, pegadas en las páginas. En algunas de ellas, garabateó los ojos, dejando vacíos agujeros negros y dibujó colmillos afilados en la boca. Otras están desfiguradas, les corto la cabeza o las extremidades con unas tijeras. Él lo considera un tipo de arte, que refleja sus propios sentimientos dolorosos y conflictivos en torno al sexo (su terapeuta lo animó a no censurarse), pero está bastante seguro de que un observador casual echaría un vistazo y supondría que es una especie de monstruo sádico.

Un extraño cualquiera que lo encuentre sería lo suficientemente malo. Pero podría ser peor: Travis podría haberlo alzado.

¿Y si está horrorizado?

La rodilla de Arthur tiembla con más intensidad. Sus dedos ansían por un cigarrillo, pero ha estado tratando de reducirlo.

—¿Tuviste pensamientos negativos?—, pregunta la Dr. Kane, distrayéndolo.

Arthur presiona su quemadura autoinfligida con el dedo índice de la otra mano. La marca aún es visible, un notorio color rosa en el centro de su huella digital.

—Unos cuantos— dice.

Ella mira hacia abajo. Sus labios se tensan ligeramente, y él sabe que ella ve la quemadura, pero ella solo mira hacia otro lado.

—¿Hay algo que quieras hablar?

Presiona el dedo con más fuerza contra la quemadura, hasta que el dolor le hace lagrimear.

Hubo un momento en que sus sesiones se sentían más como conversaciones reales, cuando ella parecía interesarse en él como persona. Pero entonces algo cambió. No sabe qué. Puede que no tenga nada que ver con él. Por todo lo que sabe, ella podría estar pasando por un divorcio caótico, o lidiando con la muerte de un padre.

O tal vez ella simplemente se dio cuenta de la verdad: que él es un caso perdido. Que verter su tiempo y esfuerzo en él es como verter agua en un balde lleno de agujeros, porque nunca mejorará. Cualquiera sea la razón, sus sesiones ahora se sienten como una serie de líneas guionizadas.

People Like Us [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora