C AP I T U L O. XIX

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Arthur yace en el piso del baño. Sobre él, las bombillas parpadean. Su nariz gotea. Su rostro es un desastre, está lleno de lágrimas.

Maricon de mierda, oye a Hoyt burlándose en su cabeza.

Tal vez esto era inevitable.

No quiere moverse. Hay algo relajante en los azulejos fríos contra la parte posterior de su cabeza. Pero no puede quedarse ahí. Haciendo una mueca, se pone de pie. El dolor estalla en su cabeza. Agarra un puñado de papel higiénico, limpia la mayor parte de la sangre alrededor de la herida y sale arrastrando los pies. Su visión se vuelve borrosa. No está seguro si se trata de los síntomas de abstinencia o si se provocó una conmoción cerebral leve, al golpear su cabeza contra la pared. No sería la primera vez

En el camino a la estación de metro, se detiene en un teléfono público, deja caer algunas monedas y marca el número de Travis.

Los pitidos del teléfono suenan hasta que la llamada entra.

—Travis Bickle.

—Hola —dice Arthur con la voz ronca—. Soy yo.

—Arthur. ¿Qué pasa?

Suelta una carcajada y se cubre los ojos con una mano.

—Todo — apoya su cabeza ensangrentada contra la pared de vidrio de la cabina telefónica—. Yo... no sé cuánto tiempo más pueda hacer esto.

Hay un breve silencio.

—Iré a recogerte. ¿Estas en casa?

—En un teléfono público.

—¿Dónde?

Arthur abre la boca para decirle. Luego vislumbra su reflejo en el cristal de la cabina telefónica.

Sus ojos están hundidos y vidriosos, las bolsas debajo de ellos oscuras y de aspecto magullado. Su piel es cerosa, sus mejillas huecas, sus arrugas se ven más profundas y pronunciadas que nunca. El cabello grasiento y fibroso cuelga alrededor de su cara demacrada. Se ve como un esqueleto con una peluca. Como una cáscara seca envuelta en piel flácida. La sangre todavía rezuma del corte en su frente y tiene una raya de pintura blanca sobre su mejilla.

Arthur nunca se consideró atractivo. Es demasiado consciente de sus muchas imperfecciones físicas, y sabe que Travis lo ama a pesar de (quizás incluso por) esas imperfecciones. Es el amor de Travis lo que hace que Arthur sea hermoso para él, como un hechizo mágico.

Pero en este momento, se siente feo. No hay forma de evitarlo. No quiere ser visto así... ni siquiera por Travis. Especialmente por él.

Pero es más profundo que eso.

Travis lo ha visto perder el control antes, pero nunca ha visto a Arthur en su peor momento, nunca lo ha visto tener un colapso total. Arthur no quiere infligirle esto. Está tan cerca de desmoronarse.

—No tienes que venir aquí —susurra—. Solo... necesitaba escuchar tu voz. Eso es todo.

—No creo que debas estar solo ahora. ¿Dónde estás? ¿En qué teléfono público?

—Estoy bien. Puedo llegar a casa. Ya casi estoy en la estación de metro.

—¿El teléfono cerca de Ha-Ha's, en la esquina?

Arthur no responde.

—Quédate allí. Voy a buscarte.

—Travis ... no puedo.

—Solo espera. Estaré allí en ...

¡No!

Travis se calla.

People Like Us [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora