Capitulo 11

755 109 11
                                    


Dos días habia pasado, dos días en que se habia sentido extraño, descubrio que pudo agarra la raqueta sin siquiera estar pensando mucho en ello, cuando paso a la oficina trato de agarrar la taza de unos de los asistentes de Kenny pero no pudo.

No lo podia creer y se negaba a la idea de que ella podria ser la razón. "Solo fue una maldita raqueta eso no dice nada" se convencia así mismo que eso solo era una concidencia.

Empezo a dedicarse a otra cosa dentro de la oficina, hacia lo de siempre antes de que le dejaran a cargo a esa chica para ya no pensar en ello y alejarse,  pero el chismoso de su tío lo delato con su madre y por ordenes ya no podia hacer nada que solo verla.

La chica habia estado tratando de hacercarse, algo extraño para él y aunque la ignoraba y ponia excusas la chica no se rendia, no sabia por que tanta insistencia de la chica.

Habia descubierto que Farlan le habia contado sobre su condución, que por supuesto a él no le parecio, pero aun así ¿por que no se alejaba más?

-¿Es por aqui?

-Si, a unas cuadras más.

La chica le había pedido que la acompañara a comprar una nueva raqueta ya que la anterior "desaparecio misteriosamente" según ella Levi deberia saber donde se venden las mejores raquetas, ya que despues de todo trabaja en una empresa del deporte.

Por supuesto el se negó,  pero su conciencia de que el habia agarrado esa raqueta no lo dejaba,  por lo que termino en ayudarla y ahora se encontraban los dos caminando por las calles de París en busca de una tienda despues de encontrarse en un punto acordado.

Por otro lado la castaña había investigado un poco más sobre la misofobia, se sentia mal con ella misma al saber que en verdad había sido su culpa de que él se hubiera desmayado la primera vez.

Al principio decidio que lo mejor era alejarse de él y no causarle más problemas pero mientras más leia se dio cuenta que el era una personas  más, asi que trataria de hacerlo ver como una persona normal y que no tiene nada que ver  su transtorno ella seria su amiga, por que eran amigos ¿no?

-Gracias por acompañarme.-decia a su costado.

-Por supuesto.-no era de mucho hablar pero la chica queria mas platica.

-Debe ser increible trabajar en una gran empresa dime ¿como es que llegaste a trabajar?

La miro extrañado ¿para que queria saber eso? además que le hiba a decir,  que era el hijo de la presidenta y que llego ahí solo por ser el hijo, aún que la verdad le desagradaba esa  última parte, pero no queria decirlo capaz y ella fuera por allí contando que era el hijo, el mundo se le iria sobre él.

-Como todos los demás llegan en busca de oportunidades.

-Entonces asi fue, dime ¿cuantos años tienes? Por que a decir verdad te veo muy joven.

-Veinticuatro.

-¡¿Qué?! ¡¿veinticuatro?!  ¿entonces cuanto llevas trabajando alli?

-Tsk ¿por que tantas preguntas? Eso no importa ¿quieres tu raqueta o me largo de aqui?

-No, no, no claro que la quiero.-estaba sorprendida solo era un año mayor que ella y ya tenia un puesto alto, ¿que tan bueno era para acender tan rápido?

Cuando llegaron a la dicha tienda la castaña no tardo en escoger el que queria al parecer ya tenia en mente uno. Opto por comprar uno de color rojo.

Pagaron y empezaron su regreso de nuevo, caminando.

-Es hermosa.-decia ticando cada parte de la raqueta en manos.-su color rojo hace que me encienda las ganas de jugar.

-Calmate cuatro ojos solo es una raqueta.

Mi Pieza FaltanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora