Las súplicas no cesaban, la familia se arrodilló ante él, el orgullo no importaba, al menos no en ese momento.
El invierno fue más duro ese año;no sobrevivieron muchos y aún no terminaba.
—Por favor ayúdenos—. Suplicaba el padre de familia con lágrimas en los ojos, que se congelaban casi al instante.
Sus labios se movían frenéticamente a causa del frío, sus manos estaban hinchadas y de un tono azul, llevaban kilos de ropa encima y sin embargo el frío podía contra eso.
Seokjin, inmutado dirigió su vista a la fina escarcha que se formaba en su trono de mármol.
Él controlaba los climas en toda la parte del mundo, de acuerdo a la geografía del lugar y necesidades, pero no podía simplemente quitar el invierno aunque cientos de personas se estuvieran muriendo.
El orden del tiempo no se podía alterar aunque el mismo estuviera a punto de morir, sus ayudantes tenían eso en cuenta, y el también.
—Imposible, lo que me pide es alterar el clima para su propio beneficio ¿no cree que es un poco egoísta de su parte?—. Seokjin cambio su posición de aburrimiento a una más seria, colocó su ancha espalda en el amplio asiento y miró a los ojos del hombre.
Namjoon y él trabajaban, o trataban de hacerlo, simplemente nunca congeniaron pero tenían que hacerlo.
Ambos buscaban la ayuda de los celestiales, en especial del heredero.
Jimin les pareció arrogante desde que lo conocieron apenas siendo niños, con aires de grandeza sabiendo perfectamente qué implicaba ser un celestial.
Y Seojoon jamás sería una opción, igual de arrogante que los demás.
—No es únicamente en mi familia, es todo el pueblo, se están muriendo—. El hombre hablaba con dificultad, cansado.
—Producto de sus pecados, o acaso me dirá que lloro igual al violar a su hija, ¿no verdad?—. Seokjin se rió y solo bastó con ver la reacción de la esposa para saber qué toda la familia estaba arruinada.
—Son todos unos pecadores, les encanta, no negaré los míos sin embargo ustedes podrían estar con el rey del inframundo; Yoongi—. Alzó ambas cejas y sonrió abiertamente al ver sus expresiones horrorizadas por si quiera mencionarlo.
—No, no esto es un error—. Dijo la esposa del señor.
—Yo insisto, mandaré una carta directamente, si no quieren tener frío podrán tener las mismas brasas en frente de ustedes calcinándolos hasta hacerlos cenizas, suena mejor—.
Seokjin hizo un ademán y los guardias entendieron inmediatamente sacaron a la familia que rogaba para que no los llevaran, hasta que sus voces no se oyeron más.
—Chungha, haz una carta a Yoongi y dile todo lo que acabo de decir, ¿escuchaste? Espero que si—. La peliplateada asintió varias veces y se marchó.
—Taehyung, Taehyung, Taehyung—. Rítmicamente y casi con un tempo mencionaba el nombre del heredero incontables veces, su mente su atención simplemente en él.
En la imagen del celestial, vestido de blanco, sus alas más blancas que la de los demás reflejando su pureza, sus ojos, sus labios.
Seokjin se retorcía de emoción y éxtasis ante el recuerdo, era caprichoso, bastante.
Quería al príncipe, quería la atención del príncipe, que sus sonrisa se la dedicara únicamente el, que solo tuviera ojos para él.
Adoptó el clima frío tratando de ser como Taehyung pero algo faltaba, era el mismísimo Taehyung.

ESTÁS LEYENDO
Caelum|Vharem
Fiksi PenggemarTaehyung es el príncipe del cielo, y futuro rey de éste. Continuación de "Hey I'm here"