Mil y un historias de Bungou Stray Dogs

03. Celos

〰 Dark Era

La luz de la luna llena era lo único que iluminaba su camino, a lo lejos un se podía observando un gran edificio, aquel lugar en donde a ambos adolecentes los esperaban después de una noche larga cumpliendo con su deber.

Un silencio total los envolvía, el castaño veía de reojo a su compañero de cabellera rojiza quien parecía leer algo divertido en su teléfono celular que para su desgracia no alcanzaba a leer, sin embargo ver esa sonrisa le molestaba pues no le agradaba que alguien más coqueteara con quien consideraba su perro.

- hey Chuuya- lo llamó con un tono de sorna deteniéndose en la entrada del imponente edificio - ya se extendió el rumor de que te gusta Tachihara- todos lo sabían y solo quería corroborar para saber si debía asesinar a ese chico nuevo que llegó como recader

-¿eh? no- guardo el móvil ignorando a los hombres que permanecían de pie en la entrada principal- no me gusta él, pero si alguien más

- así que Chuuya esta enamorado - se poso delante suyo para poder apreciar sus niveas mejillas teñidas ahora por un tono carmín - ¿quien? dímelo

Nakahara lo pensó largos segundos dando un profundo suspiro de resignación

- me gustas tu idiota - finalmente admitió presionando sus puños con fuerza, paso a lado del más alto entrando al ascensor - era obvio que no me creerías, por eso no quería decírtelo-

El ejecutivo más joven continuaba sin habla, no tenía una respuesta para aquella confesion y eso no iba a desaprovecharlo el pelirrojo

- si quieres puedo chupartela para que me creas, vamos a mi cuarto - era como si fuese una persona totalmente diferente, toda esa vergüenza y nerviosismo que lo invadieron minutos atras habían desaparecido siendo reemplazar por alguien más atrevido.

Dazai aún no respondía, pero en su mente estaba en el dilema de si debía aceptar o no, temia que al decir que si Chuuya lo golpeara y tachara de pervertido, quizás solo lo había dicho para incomodarlo, no creería que se atreviera

- bien, aceptaré tu propuesta- con determinación poso ambas manos sobre su delgada cadera atrayendolo a su cuerpo notando como su delgado y pequeño cuerpo se restregaba con el propio

Las puertas de acero se abrieron dejando ver un largo pasillo, el de orbes celestes tomó la mano del contrario para llevarlo hasta su cuarto, en su interior se sentía feliz pues finalmente su compañero había entendido las indirectas...

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- ¿estas seguro que esta fue tu primera vez haciéndolo?- el castaño removió los mechones del rostro del menor para poder ver su rostro aún con restos de su semilla blancuzca - eres tan bueno en esto

- lo es- una ligera sonrisa ladina se formó en su rostro mientras de deshacía una a una de sus prendas quedando solamente con la camisa, se acomodo sobre sus piernas moviendo sus caderas con lujuria - ¿quieres continuar?

Lo último que sintió fue el golpe al caer sobre el colchón boca abajo y su cadera ser levantada dejándolo completamente a merced del mafioso

- eso no se pregunta Chuuya -

El amanecer se asomaba por el horizonte pero tendrían el resto del día libre así que no tenían prisa por acabar, podrían hacerlo hasta quedar satisfechos, dejándose llevar por sus hormonas y la lujuria que llenaba esas cuatro paredes.