Mil y un historias de Bungou Stray Dogs

31. Borracho

Osamu Dazai
Chuuya Nakahara

La música ensordecedora hacia eco en el lugar, las bebidas alcohólicas que reposaban sobre la barra se terminaban una tras otra con el rápido pasar de los minutos, el ambiente animado invitaba a los presentes a dejarse llevar por el alcohol hasta que sus mentes se nublaran  rindiendose ante la lujuria y placer que el cuerpo exigía

Y uno de los miembros de la mafia Portuaria no sería la excepción

- Tachihara... no me siento bien - el pelirrojo de alto rango se acercó al mencionado posando su diestra sobre su hombro y evitar caer al piso, era evidente el malestar en su rostro, no estaba lo suficientemente borracho para desmayarse pero comenzaban esas molestas náuseas por haberse propasado con las bebidas y estaba cerca de devolver lo que había sido su almuerzo esa mañana

- ve al baño y metete los dedos, con eso te sentirás mejor antes de volver al apartamento- lo que menos quería era que vomitara en el auto, su deber como subordinado era cuidarlo pero tampoco quería hacerse de más trabajo solo porque su jefe era un borracho empedernido que no podía controlarse

Nakahara solo asintió y tambaleándose se dirigió a los baños del local, no podía sostenerse o mantener el equilibrio así que desobedeciendo las órdenes de su superior decidió marcar a un castaño que se encontraba a pocas cuadras de distancia, él pese a que no le agradara la idea era el unico que podía ayudarle con el pequeño problema que cargaba

Cada segundo transcurrido se volvió una larga espera, no había rastro de ninguno de ese duo tan poderoso y tan complicado, estaba a punto de ponerse de pie para buscar al pelirrojo cuando un hombre cubierto de vendas se acercó con la respiración agitada tras recorrer un largo camino

-¿donde está Chuuya? - con voz firme se recargo en la barra reflejando en su mirada un tono borgoña tan similar al que lo caracterizaba en sus días de la mafia, no estaba nada contento de que hubiese ido a ese bar con el único que se atrevió a retarlo e incluso amenazarlo sobre alejarlo de su vida, Tachihara era su rival cuando se trataba del corazón del ejecutivo

- en el baño, lleva media hora ahí ya debió haberse desmayado- se puso de pie para guiarlo, solo porque se había rendido sino ni siquiera hubiera avisado al detective lo que ocurría.

Al abrir la puerta el baño se encontraba completamente vacío a excepción de un solo cubículo cerrado del que se lograban escuchar bajos gemidos de placer, ese tono apenas logró reconocer

- ¿Chuuya?  no me digas que... ¡Chuuya eran en la boca para vomitar! - se recargo en la puerta dudando si era correcto y seguro abrir teniendo a Dazai tan cerca, si veía al pelirrojo de una forma tan comprometedora tenía por seguro que no iba a ser capaz de salir con vida de ahí

- yo me haré cargo Tachihara kun puedes ir a casa- en su rostro una ligera sonrisa llena de malicia se formó en su rostro y tirando de su brazo lo saco del baño para conseguir un poco de privacidad - ven Chuchu yo te ayudaré a que te sientas mejor -

Esas palabras fueron más que suficientes para que la puerta se abriera y el pelirrojo saltara a sus brazos semi desnudo y el rostro completamente sonrojado y jadeante, primero la ayudaria a bajar el calor de su cuerpo y después lo llevaría a su apartamento para hacerle de todo esa misma noche, no iba a desaprovechar la oportunidad que se ofrecía ...