Mil y un historias de Bungou Stray Dogs

Amor Imposible ~ Parte V

La gran llave de metal giro quitando el seguro de la puerta que mantenía encerrado al pelirrojo, al inicio la oscuridad de la habitación no le permitió ver el rostro de su invitado hasta que la tenue luz de la vela lo iluminó

- Dazai - se puso de pie limpiando el rastro que las lágrimas habían dejado sobre sus mejillas -¿que haces aquí?

- tu papá nos llamó- cerro detrás suyo para tener un poco de privacidad y nadie escuchara su conversación

- supongo que ya te lo dijo- dio un largo suspiro caminando al gran ventanal observando la brilante luna en medio del firmamento, amaba tanto ver la cuando había duda en su corazón -¿no es así?

- si...  me dio la opción de anular el matrimonio pero - se sentó sobre el suave colchón sin alejar la mirada de su delgada figura - si lo hago ¿que te pasara a ti?

- me matará- afirmo de inmediato presionando sus puños con fuerza - decide, esta es tu oportunidad para estar junto a tu omega, para vincularte con él

- no lo haré, no aun - una ligera sonrisa se formó sobre su rostro extendiendo su diestra para que el menor se acercara - él te espera, mañana es el día y te irás a Rusia... solo necesitamos un poco más de tiempo

- si, solo un poco más - respondió a su gesto con cariño tomando lugar a su lado- y todo esto terminara - el tacto entre sus manos se hicieron presentes entrelazando sus dedos

Ninguno de los dos podían definir en palabras la satisfacción y felicidad que los inundaba en esos momentos, aun con los problemas dentro de sus respectivas familias y de la negativa de aceptar a la pareja que habían escogido desde el principio podrían conseguir su tan anhelado final feliz.

Ambas miradas se encontraron, avellana y celeste, perdiendose en ese hermoso brillo que debían admitir les atraía tanto, quizás si las circunstancias hubieran sido diferente solo tal vez lo suyo pudo haber funcionado.

Todo ocurrió tan rápido, Nakahara se aferraba a su prometido mientras sentía como sus labios eran devorados con desesperación al punto de arrebatarle el oxígeno de sus pulmones, sus lenguas se unían en una danza apasionada provocando constantes suspiros y jadeos por parte del joven omega, estaban perdidos, la situación se estaba saliendo de control

- mngh... - desvío la mirada dejando la blanca piel de su cuello libre donde el castaño sin pena alguna llenaba de diminutas marcas moradas que serían difícil de ocultar con maquillaje o la ropa- debemos detenernos...

- solo un poco más- el mar de feromonas combinándose dentro de esas cuatro paredes lo estaba volviendo loco, no podía concentrarse y mucho menos reaccionar de con quien estaba o porque lo hacía, amaba a su destinado pero lo que sentia por Chuuya lo tenía tan confundido.

Bajo sus manos sobre su delgada  cintura, descendiendo lentamente y acariciando sin descaro sus glúteos, intentando retirar las molestas prendas que le impedían  hacerlo suyo

- Dazai... detente- poso ambas manos sobre su pecho buscando recuperar su espacio, si el alfa no paraba ambos podrían arrepentirse después- tu omega... Rampo

- tienes razón, lo siento - con dificultad se puso de pie acomodando sus ropas - no se que me paso...

- no fue solo tu culpa - desvío la mirada avergonzado mordiendo su propio labio con  algo de fuerza, aun podía sentir la presión contra sus labios así como sus manos contra su cuerpo - nos dejamos llevar

- debo irme, es tarde - con delicadeza colocó su palma contra sus niveas mejillas apreciando cada rasgo de su rostro por última vez  - intentaré venir mañana antes de que te vayas

- no lo hagas Dazai, es mejor que piensen que tu solo eres una víctima de mis acciones - se acuno sobre su mano, se sentía tan bien estar a su lado, se había acostumbrado a su presencia durante esos largos meses - este es nuestro adios

- espero seas feliz Chuuya y que él te de lo que tanto buscas -

Sin más lo dejó completamente solo, no podían arrepentirse, ambos lo habían decidido, amaban a otros y ese sentimiento jamás cambiaría pero sus corazones también latian ahora como uno

- adiós Dazai-

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Él día siguiente inició junto con su pesada rutina, la ansiedad lo carcomia mientras las horas transcurrían, con la aparición de la noche solo pudo pensar en Nakahara y con la salida del Sol en un segundo amanecer las noticias llegaron junto con el rocío matinal.

Chuuya habia desapareció...