13. Hormonas

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♦Au estudiantil

Osamu Dazai
Nakahara Chuuya

Era tarde, el sol ya se había ocultado tras las montañas en un hermoso desfile de colores rojizos y naranjas siendo remplazo en pocos minutos por miles de estrellas que brillaban sobre el cielo nocturno.

En el centro de la ciudad dos estudiantes de preparatoria daban por terminado el proyecto que debían entregar al amanecer, una investigación descriptiva sobre los problemas comunes de su comunidad, en la que tuvieron que añadir encuestas y estadísticas utilizando las fórmulas aprendidas previamente en clases.

Algo más complejo a como lo llegaron a imaginar.

- por fin - el pelirrojo de baja estatura se dejó caer sobre la amplia cama satisfecho por su arduo trabajo, sin duda tendrían una nota alta en esa materia- ya es tarde, debo irme si no mi hermana se preocupara

- si Chuchu - su compañero, un castaño cubierto de vendas terminaba de guardar el archivo para finalmente enviarlo a su impresora

- no se te vaya a olvidar llevarlo mañana Dazai, de lo contrario el profesor va a reprobarnos- un largo suspiro escapo de sus pulmones, se podía observar a simple vista su preocupación pues si no conseguía aprobar su sueño de entrar a la Universidad de Tokyo se vería frustrado

- Chuuya tranquilo- el más alto se puso de pie denotando ahí la gran diferencia de estaturas - una vez que este listo lo guardo en la mochila - una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro al mismo tiempo que acariciaba las niveas mejillas del menor con sus pulgares

- confío en ti Dazai- no podía hacer más que resignarse, tenía un novio despistado y algo perezoso pero a fin de cuentas lo amaba - pasaré por ti temprano así que no te quedes dormido - lentamente paso sus brazos por alrededor de su cuello buscando romper la distancia que había entre sus rostros y unir sus labios con los contrarios en un beso lento y dulce

No hubo respuesta y todo sucedió demasiado rápido, el pelirrojo dejó caer su mochila al suelo mientras la intensidad de aquel contacto aumentaba dejándose llevar por sus hormonas y el deseo.

Ambos cayeron a la cama, los resortes del colchón apenas rechinaron pero ninguno los escucho así como tampoco los pasos de las escaleras que se acercaban lentamente a su habitación al menos hasta que una voz familiar resonó en el pasillo

- Chuuya kun tu hermana hablo dice que no contestas el celular- el doctor Mori Ougi y padre de Dazai estaba cerca de descubrirlos sin embargo no se detuvieron

- Dazai basta después podremos hacerlo- no lo alejaba, solo podía sentir sus labios sobre la delicada piel de su cuello descendiendo lentamente por su clavícula y pecho al menos hasta que un gemido involuntario escapo de su boca cubriendo esta con ambas manos

- así menos me voy a detener Chuuya- el castaño sonrió con malicia volviendo a morder uno de sus botones rosas para escuchar nuevamente su hermosa voz al mismo tiempo que sus manos descendían por su delgada cintura hasta sus glúteos.

- le diré que estas ocupado Chuuya kun- y el azabache emprendió de nuevo el camino hasta el comedor pues suponía lo que ese par de adolecentes hacían

- Dazai basta tu padre ya me escucho - cubrió su rostro con ambas manos intentando ocultar sus mejillas sonrojadas debido a la gran vergüenza que lo inundaba

- bien, tampoco quiero que tu hermana vuelva a regañarme- se puso de pie acomodando sus ropas y recoger las cosas del pelirrojo - ve con cuidado a casa Chuchu

- mañana no habrá nadie por la tarde así que si quieres... ahí podemos continuar - desvío la mirada acomodando uno de sus mechones detrás de su oreja

- bien, entonces esperare a mañana con ansias-

Aún si ambos preferían pasar la noche juntos Nakahara debía volver a su propio hogar, tenía cosas que terminar para el día siguiente y solo fue suficiente un último beso para que partiera manteniendo en su mente la sensación de los besos y de las calidaz manos de su pareja.

Mil y un historias de Bungou Stray DogsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora