Bienvenida, Señorita Luthor

744 89 9
                                    

La tenue luz amarilla que se balanceaba sobre mis ojos, logró finalmente despertar mi opaca figura, estaba en una especie de consultorio gris que solo podía pertenecer al DEO, con ligereza advertí que mi hombro había sido tratado y ahora tenía una férula bien puesta para mi mejoría. Detalle además la notable ausencia de personal, alentando mi mal humor, debía salir de allí lo antes posible y esas ridículas esposas me lo impedían.

Impaciente comencé a golpear el metal provocando un sonoro escándalo que pronto fue atendido por Alex Danvers, era una cualidad la molestia en la que esta mujer últimamente se habia convertido, pero su figura asomó con rapidez la libertad de mi cuerpo.

-Gracias. - gruñi con ironía levantándome de la camilla.

-¿Que piensas hacer ahora Lena?. - trato de evadir mi salida. - ¿solo correras por la ciudad preguntando quien a visto a Kara?.

-Eso no es asunto tuyo. - solté  regresando mi figura a la suya.

-Kara es mi hermana, por supuesto es asunto mío lo que le hayas hecho, la lastimaste Lena, no creo que entiendas la medida de tus errores.

-Por supuesto que lo sé. - contemple por un momento mi reflejo en el vidrio de la puerta. - vine a esta ciudad con la única intensión de ser la primera Luthor que compartiera un hogar con una kryptoniana, pero, no hay hogar si ella no está ahí.

-No te ofendas, pero si sentías todas esas cosas, ¿porque te comportaste como una imbecil?, entiendo lo de la perdida de memoria, pero, lo demás que hiciste, fue bajo.

-¿Realmente lo fue?, tu y Clarke posan sus honorables virtudes, sobre mi, juzgando las razones que tuve para hacer todo lo que hice, es cierto, traicione a Kara, jamás dejaré de culparme por eso, pero yo no soy una heroína, soy una persona común, completamente vulnerable, sola y asustada. Kara me ama, pero nunca me amo más que a su traje de supergirl, ¿acaso es un crimen buscar compañía?, ¿conversar con alguien y sentir que puedes dormir con ella sin el temor de que podría matarte con un rayo de sus ojos si tiene un mal sueño?. - golpee sin medida el vidrio astillandolo por completo. - si tuvieras la oportunidad de iniciar nuevamente tu vida, sin errores, sin culpas, sin miedo, con la opción de hacer todo lo que quisieras ¿te detendrías por la palabra de alguien a quien no conoces?.

-Probablemente habría hecho lo mismo, pero las razones que tuviste, solo te corresponde explicarlas a Kara. - extendió una tarjeta hacia mi. - ve a esta dirección probablemente tengas suerte.

Sujete la tarjeta y como acto de buena fe por la ayuda de Alex, apreté también su mano, en un amplio agradecimiento por sus acciones. Como pude salí del DEO apreciando la tarjeta que solo tenía en ella una dirección escrita, con impaciencia coloque las coordenadas en mi teléfono deslumbrando un edificio no fue lejos de allí, quizás la ayuda a mi causa residía en el papel que ahora sostenía en mano.

Al subir a la motocicleta alerte lo incómodo que sería usar la férula al andar, a pesar de que se trataba de mi brazo izquierdo. Contemple unos segundos otras posibilidades de transporte, las cuales deseche al momento, no tenía tiempo que perder debía encontrar a Kara. Libere ligeramente la atadura de mi brazo y me puse en marcha soportando el dolor que cruzaba mi hombro, mi espalda y mi pecho.

Un viaje poco placentero que me guió a la entrada de un edificio de la zona comercial de Ciudad Nacional, cuyo exterior estaba deslumbrado por enormes letras plateadas escribiendo sólo una palabra "CATCO ", sin duda ese nombre debió representar algo para mí, pero ahora sólo era un fachada pretenciosa que admiraba desde abajo.

Entre un poco agitada al edificio, dandome cuenta de lo impropio de mi avance, no tenía idea de cómo funcionaba en ese lugar, ¿a quién estaba buscando?, ¿a qué oficina debia ir?, probablemente habían cientos de personas trabajando en ese lugar y solo una que pudiera ayudarme. Fingiendo una amarga calma me acerque a la recepción y solo pregunté por Kara Danvers, el claro desinterés del hombre solo marcó mi molestia, probablemente tenía algo mejor que hacer mirando su teléfono mientras me informaba que Kara Danvers ya no trabajaba allí.

El Error De Eros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora