¿Puedes Ver La Luz Verde?

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Su voz había abandonado casi por completo ese carismático acento,  pero no cabía duda alguna, que las manos que acariciaban mi piel eran las de Katya. Su tacto firme y maltratado era la diferencia más marcada que tenía con Kara, una extraña variación del trabajo que les había costado llegar a donde estaban.

Me tome solo un momento mas, alargando mi suspiro, tenía miedo de abrir mis ojos y desilucionarme ante la posibilidad que había estado contemplando durante tanto tiempo, entre los oscuros y tumultuosos rincones de mi alma

-Por favor Lena, no apagues esa luz. - continuó con su tranquila bienvenida.

-¿Realmente estas aquí?. - murmure miedosa.

-Me llevo mucho tiempo, pero si, aquí estoy. - respondió aún tranquila.

No pude hablar más , tenía un nudo en la garganta que obstruia mi cordura, me evoque solo en mantenerme en pie, pues el latido de mi pecho paso a ser lo único que sentía, mientras me asaltaban las dudas.

Trague el nudo en mi garganta, para darle paso a la apertura de mis ojos; una expectante mirada a la mujer por la que había hecho todo ese teatro, me percató de la realidad de la belleza humana; llevaba un largo vestido azul, con escote de corazón, y espalda descubierta, su cabello rubio ahora teñido de negro estaba recogido en un extravagante corte alto digno de una reina, aretes de vivida plata que llegaban casi a sus hombros; un collar igualmente de plata que se posaba con gracia sobre su pecho y zapatos negros altos que la hacían posarse casi a mi misma altura.

Evidentemente me sentí conmovida, frente a esa irreal sensación de majestuosidad, eche mis brazos sobre su cuello para besarla torpemente, a lo que ella respondió con el más grato abrazo; su presencia simplemente daba a la noche un nuevo destello de abrumadora esperanza.

-¿Pudiste ver la luz verde?. - finalmente pregunté al separar mis labios necesitados de aire.

-La puedo ver en tus ojos Lena. - respondió solemnemente.

No resistí más, asi que, con el más galante y gracioso gesto la invite a bajar a la fiesta; evidentemente la petición satisfizo a mi acompañante, pues al instante extendió un rostro de brillo esperanzador.

Al cabo de un instante, me pose a su lado, y le ofrecí mi brazo para iniciar nuestra entrada triunfal; descendimos por las mismas escaleras de mármol que durante meses habían sostenido mis añoranzas, hasta encontrarnos frente al salón de baile que aún estaba colmado de personas.

Hice un ligero gesto al maestro de orquesta, una señal secreta que le había explicado solo a él meses atrás, pero que nunca se había manifestado hasta el día de hoy, el anciano, sorprendido por no creer que finalmente el momento había llegado, detuvo la orquesta de golpe, ofendiendo contundentemente a la personas que danzaban.

Un latargico silencio inundó la sala, posando cientos de ojos sobre mi persona y la dama que me acompañaba.

-¡Damas y caballeros!. - grito finalmente el maestro de orquesta. - es un gusto presentarles a la Señorita Luthor, la anfitriona de la fiesta y su acompañante la señorita Katya.

La declaración dio exactamente la reacción que había estado buscando, una particularmente chispeante sorpresa, vi a cada persona apartarse del camino mientras iniciabamos nuestra marcha al centro del salón, dando pie al maestro para que continuará con su espectáculo, sin embargo, la música que ahora sonaba era una composición acústica de una canción popular de Florence And The Machine, llamada Over The Lover.

Nos hallamos sin más en medio de un momento significativo, deslicé mi mano por su cintura para erradicar la distancia, mientras ella con una danza particularmente sensual subió su mano por mi brazo hasta posarlo en mi hombro. Me temblaban las manos, pero por nada del mundo dejaría esa oportunidad, y con el mayor gusto tomé su mano en grato baile.

El Error De Eros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora