Cinco veces en las que Sirius besó a Remus

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Cinco veces en las que Sirius besó a Remus...más una en la que Remus lo besó a él.

*****

1.- En la mano.

Sirius sabía que aquella batalla estaba perdida. Que su poco autocontrol no tenía nada que hacer contra Remus Lupin. Porque, por mucho que lo negara, el licántropo lo traía arrastrando de amor por él.

Pero, ¿cómo no enamorarse de Remus? Si era el ser humano más perfecto del universo, o al menos así lo veía él.

Esos eran sus pensamientos mientras observaba al castaño leer, lo cual se había vuelto una de sus aficiones últimamente. Guardaba en su memoria cada pequeño gesto, cada pequeña mueca que hiciera el chico, y se dedicaba a escrutar con atención cada detalle de su rostro, tratando de aprenderse de memoria cada una de las pequeñas pecas que salpicaban su pálida piel, como estrellas formando una pequeña galaxia.

Estaba tan profundamente sumergido en su trance que se sobresaltó cuando Remus cerró el libro, y trató de disimular, para que no fuera demasiado obvio que había estado observándolo fijamente por las últimas...¿dos horas, tal vez?

Los ojos miel de Remus se encontraron con los suyos y Sirius se sonrojó de forma inconsciente, sintiendo que quizá Remus se había percatado de lo mucho que había estado mirándolo.

Pero sin embargo el licántropo solo soltó un quejido y señaló el libro.

"Odio los finales abiertos".

Sirius rió suavemente, más aliviado que otra cosa.

"¿No te aburres? Llevas dos horas ahí, sin hacer nada...Ya sé, ven, te enseñaré algo".

Remus se levantó, aún con el libro en la mano, y le hizo una seña para que lo siguiera, dirigiéndose a la habitación que compartían los cuatro merodeadores. Cuando entraron, Remus rebuscó algo en su baúl. Dio finalmente con lo que buscaba y se giró para mostrárselo a Sirius.

"Es una radio muggle. Mi madre me la regaló este verano" Explicó, sonriendo.

Sirius examinó el objeto, curioso. Los magos tenían radios, pero eran ciertamente distintas. Remus giró la rueda del aparato y una suave canción comenzó a sonar. Sirius la reconoció en seguida.

"Me encanta está canción" Murmuró emocionado "Vamos a bailar".

El semblante de Remus cambió de repente.

"Pads, yo no sé bailar" Se excusó avergonzado.

"¡No pasa nada! Yo te enseño".

Y dicho esto, dejó la radio sobre la cama y tomó la mano de Remus, acercándolo hacia sí, colocando la otra mano en su costado.

Cohibido, Remus posó su mano libre en el hombro del moreno y torpemente intentó seguir los pasos de su amigo.

No le costó mucho hacer la coreografía correctamente, ya que era un simple vals, y dejó de mirar sus propios pies para centrarse en el rostro de su contraparte, quién sonreía y cantaba la canción en un murmullo.

"Take my hand, take my whole life too" La voz de Sirius era ciertamente dulce mientras cantaba "For I can't help falling in love with you".

DRARRY & WOLFSTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora