DRARRY & WOLFSTAR

En el momento equivocado (Parte 2)

"¡A tu izquierda!"

San Valentín nunca había sido un día especial para Harry. Tenía muchos malos recuerdos de ese día, como cuando tuvo una cita con Cho que salió tremendamente mal. Lo cierto es que por mucha fama y pretendientas que tuviera detrás, Harry era un fracaso en el amor.

Aunque si le hubieran dicho que ese año pasaría San Valentín jugando al Quidditch con quién había sido su enemigo durante sus últimos seis años en Hogwarts, se hubiera reído hasta no poder más.

Y sin embargo ahí estaba, acelerando el vuelo para alcanzar al rubio que le había sacado ventaja ante un pequeño despiste del moreno.

Pronto lo alcanzó, cuando estaba a punto de tomar la snitch. Chocó de lado contra él, empujándolo ligeramente y obteniendo ventaja (además de un insulto por parte del Slytherin).

La snitch se desvió de golpe y unos minutos después Draco se mofaba de haberla atrapado antes que "el mejor buscador del siglo".

"Malfoy, jugamos todos los días y siempre te gano, no te lo creas tanto" Espetó Harry, divertido por la infantil actitud de aquel chico que solía actuar tan maduro y serio normalmente.

"Cállate, es mi momento de gloria".

Cuando Harry se despertó esa mañana, ni siquiera se acordaba que era San Valentín. Desde que todo estaba más tranquilo después de la guerra, casi nunca leía los periódicos, por lo que a menudo vivía sin saber qué día era. No recordó el famoso 'día de los enamorados' hasta que Ron le contó que tenía una cita con Blaise ese día.

A Harry le fastidió la noticia, no por nada si no porque le iba a proponer a su amigo ir a Hogsmeade con Hermione. Pero claro, no quería ser la tercera rueda.

Así que acudió a su amiga, quién le dio una respuesta que lo decepcionó aún más.

Ni siquiera sabía si podía considerarse una respuesta, ya que ella solo le mostró la portada del libro que estaba leyendo y continuó con la lectura.

Harry fue a Hogsmeade solo, sintiéndose como en una de esas películas muggles en las que el protagonista, soltero, va por ahí viendo parejitas melosas y lamentándose de su soltería. A él en verdad le daba igual estar soltero, pero le gustaría estar por lo menos con sus amigos. Entendía que Ron tuviera una cita, pero que Hermione lo hubiera rechazado por un libro, dolía.

Fue entonces cuando, al igual que hacía unas semanas, alguien chocó bruscamente contra su espalda.

Harry se giró justo a tiempo para agarrar a Malfoy antes de que el chico cayese sobre la blanca nieve que cubría las calles de Hogsmeade.

Harry se rió ante la cara de pánico de Malfoy, quién probablemente no había llegado a procesar lo que acababa de pasar. El chico tenía la piel tan pálida como la nieve sobre la que andaban exceptuando sus orejas, nariz y labios, que por el frió estaban rojos como el carmín.

Llevaba un gorro de lana negro y un grueso abrigo del mismo color que contrastaba con el paisaje y con su piel, además de la bufanda verde y plateada de Slytherin envuelta alrededor de su cuello. Y ahí fue cuando Harry se dio cuenta de que quizá lo había estado observando por demasiado tiempo.

Malfoy se soltó del agarre de Harry, y muy digno, se limpio el hipotético polvo del abrigo y le dirigió una mueca de asco.

En otra ocasión, Harry lo hubiera acribillado a insultos que hubieran sido devueltos con frialdad y asco por el rubio, pero su relación ya no era así. Así que Harry, simplemente le dirigió una sonrisa.

"Sabes que es mejor caminar con los ojos abiertos, ¿no? Te ayudará a dejar de chocarte con la gente" Se burló el moreno.

Malfoy le dirigió una mirada tan fría que congeló a Harry como la nieve no había conseguido hacerlo.