E P Í L O G O

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Muchos años más tarde

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Muchos años más tarde. Al norte de los Ángeles.

En la preparatoria de los Ángeles, Park Kookjung se encontraba caminando por los pasillos con la única esperanza de hacer un amigo o incluso un mejor amigo. Pero, era nuevo hace tres semanas. Nadie hablaba con él, porque era extraño. Quizá, ser callado era algo diferente en esa preparatoria.

Pero, había alguien que le interesaba conocer. Siempre lo veía riendo e incluso coqueteando. Lo escuchaba masturbarse y coger en los baños. Lo veía lastimar y golpear a otras personas. Kookjung, sabía que, si lo conocía, quizá con él fuera diferente.

Hace dos meses atrás, Kookjung había cumplido su mayoría de edad. No bebía, pero si le gustaba fumar alguno que otro porro. Pero, este chico más le llamó la atención cuando lo vio a él esconderse de alguien.

Ayer por la noche, a eso de las 11. Él se encontraba caminando, mientras disfrutaba de una buena soda. Caminaba por el callejón con sigilo cuando escuchó algunos gritos de piedad y un arma sonar. Kookjung, presenció tal escena de aquel chico asesinando a una persona y luego descuartizándola frente a sus ojos. El chico de cabello castaño, levantó la mirada y le sonrió.

—¿Te gusta? —preguntó este con una sonrisa curiosa.

Kookjung, tragó saliva. Su cuerpo temblaba con lo que había visto. Pero, más le aterraba era la sonrisa perversa que traía ese chico. Él, corrió. Dejando caer la soda al suelo. Pero, se tropezó y cayó al suelo torciéndose el tobillo. Se arrastró por la sucia calle, mientras jadeaba por el dolor. Pero, fue ahí, cuando dos manos lo cogieron de su camisa y lo levantaron pegándolo contra la pared. Era él.

—¿Sabes qué detesto? —rio. —Que me observen siempre. —lo soltó y lo sostuvo con su cuerpo. Le acarició la mejilla. —Estas temblando, Kookjung. ¿Acaso me tienes miedo? —sonrió. —Vamos, chiquillo. —le sonrió y se acercó al cuello del menor para besarlo. —Sé que te gusto... —subió los besos a su mejilla. —Sé que me observas... —se mordió el labio inferior y se pegó más a su cuerpo. —No hablas... y eso me gusta. Callado te ves más... —una risa escalofriante hizo que su vello se erizara y que sus latidos aumentaran.

—Su...suéltame... —dijo él.

—Ah, si hablas... —sonrió. —¿Cómo te escucharás gimiendo mi nombre? ¿Eh?

—No, déjame. —pidió el menor.

—Vamos, será divertido... —metió su mano dentro de su pantalón alcanzando su miembro. —Nadie nos está viendo, pequeño...

—Deja, no...

—Anda, no seas tímido. —le susurró. —Gime para mí...

El menor se mordió el labio inferior por la sensación que le causaba. Sí, Kookjung llegó a la preparatoria estando ese chico antes que él. Pero, le gustó desde la primera vez que lo vio y escuchó. Ahora, era un sueño cumplido de él tocándolo.

𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐣𝐮𝐧𝐭𝐨𝐬: 𝐟𝐢𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐣𝐮𝐞𝐠𝐨 ⇢𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍⇠ 🅒 ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora