D I E C I O C H O

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Park Jimin se encontraba caminando entre las tumbas del cementerio

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Park Jimin se encontraba caminando entre las tumbas del cementerio. Llevaba en su mano algunas flores y un caramelo de chocolate. El sol apenas se escondía, pero en ese lugar hacia mucho frio. Para ser de tarde, había mucha neblina. Jimin, tenía dos años que no viajaba a Kansas. Desde que..., bueno, desde que su hermano Namjoon le había dicho de la muerte de sus padres y hermano menor, Jungkook.

Iba a visitar por primera vez la tumba de eso tres, pero, quien diría que la de Jungkook no estaba al lado de la de sus padres, si no otra. La de su nombre. ¿Por qué estaba esa lápida ahí?

Jimin arrugó el ceño y se agachó para ver un poco más de cerca, la analizó y leyó lo escrito.

P A R K J I M I N

1995-2017

Hijo, hermano y juguete.


—¿Juguete? —miró hacia la tumba de sus padres. No decía lo mismo, solo salían sus nombres. —¿Quién hizo esto?

Jimin se enderezó y miró a todos lados en busca de algún jardinero o alguien que le respondiera sus preguntas sobre esa tumba. Qué, al parecer si estaba vacía. Jimin se quedó mirando unos minutos más hacia las tumbas y alguien captó su mirada.

Un hombre, un poco mayor que él. Tal vez, 5 o 6 años. Se encontraba de pie junto a una tumba mientras leía la lápida. También traía flores en su mano derecha y usaba lentes oscuros. Tenía el cabello negro y vestía elegante. Tal vez era un hombre rico.

Jimin lo miró inquietante unos segundos y dirigió la mirada a la lápida de la mujer. Qué se encontraba, precisamente al lado de la de él. Leyó el nombre y luego miró al hombre. Ladeó la cabeza, conocía ese nombre. Lo había escuchado, pero no sabía en dónde.

—¿Hace cuánto fallecieron? —dijo el hombre.

El corazón de Jimin empezó a latir demasiado rápido, su piel se erizó y como nunca, sintió un nudo en su garganta. Esa voz se le hacía tan familiar.

—Cuatro años... —respondió Jimin.

El hombre se giró y le regaló una sonrisa. Pero, no una sonrisa de amistad y mucho menos amigable. Esa sonrisa que Jimin conocía hace mucho tiempo atrás. Esa sonrisa que llamaba demonios.

Jimin dio un paso hacia atrás.

—Ella murió cuando tenía once años... —la señaló.

—Me sentido pésame. —Jimin pasó saliva y se sintió incómodo. De pronto, quería salir huyendo de ahí.

Él rio. Soltó una carcajada tan escalofriante que Jimin volvió a dar un paso hacia atrás. Las flores se le cayeron de la mano a la tierra. Pero, cuando él las iba a levantar, una mano tocó la suya. Haciendo que su piel se volviera a erizar. Levantó la mirada y se encontró mirando unos rasgados ojos cafés, sin brillo. Jimin pasó saliva y el hombre le volvió a sonreír a Jimin.

𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐣𝐮𝐧𝐭𝐨𝐬: 𝐟𝐢𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐣𝐮𝐞𝐠𝐨 ⇢𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍⇠ 🅒 ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora