Una Tormenta Implacable

Doce

Donghae continúa mirando a Jinah por todo un minuto para luego reír amargamente.

—Por supuesto. Tú eres esa niña que arruinó mi familia.

Una mirada de puro insulto cruza los bonitos rasgos de Jinah, y frunce su ceño.

—No arruiné nada, Lee Donghae.

Donghae levanta una ceja, cruza sus brazos e inclina su cabeza hacia un costado.

—¿En serio? Oh espera, no lo hiciste —sacude su cabeza y sonríe con tristeza, sintiendo la mano de Hyukjae en su espalda—. Tu madre fue la razón por la que mi familia se destrozó y tú tan solo eres un fruto de ese amorío. Dime, Jinah, ¿qué se siente, saber que tu madre es una arruina hogares y que naciste de una aventura?

Jinah parpadea en blanco antes de mirarlo con desprecio.

—A pesar de ser nacida de una aventura, tienes que admitir que al menos tuve una familia completa —dice engreídamente, y Donghae bufa cuando los dedos de Hyukjae se hunden con fuerza en su hombro.

—No necesito una familia completa, Jinah. En primer lugar, no necesité un padre. Mi madre cuidó de mi hermano y de mí desde que nací, y padre nunca estuvo presente en mi vida para provocarme un impacto que me dejaría llorando por él. Solo necesito a mi madre en mi vida. Así que tal vez puedes regresar a casa con tu papi y decirle que su hijo ya no lo necesita.

Jinah mira sombríamente a Donghae antes de que su mirada viaje a Hyukjae, bufando.

—Lee Hyukjae, estoy aquí en representación de tu madre para pedirte que vuelvas a casa en vez de quedarte en la de este vago. No le agradó que faltaras a tu sesión anoche.

Donghae suspira ruidosamente y le da la espalda a Jinah, ayudándolo a abotonar su camisa mientras murmura:

—Qué pena que tu futura prometida tenga que venir y arruinar nuestra diversión.

—Donghae —dice Hyukjae por lo bajo, notando que los dedos del rubio temblaban—. Donghae, mírame.

Dicho hombre sacude su cabeza y le ayuda a acomodar su camisa blanca, sonriendo a nada en especial.

—Listo —dice suavemente, quitando algo de polvo inexistente de su hombro—. Parece que regresarás a casa después de una noche de diversión con tu aventura.

Hyukjae sujeta su muñeca y tira del rubio para que lo mire, y su corazón se quiebra ante la vista de lágrimas sin derramar en sus ojos.

—Hey —murmura Donghae, levantando una mano hacia el rostro de Hyukjae y acariciando su mejilla con su pulgar. Baja su mirada, sintiendo que su corazón se parte un poco más, al saber que Jinah los estaba observando—. Ve a casa.

Hyukjae agacha su rostro y une sus bocas, tomando a Donghae por sorpresa. Donghae oye a su media-hermana sisear disgustada pero solo responde suavemente, dando su mejor esfuerzo para que sus lágrimas no caigan. Suspira cuando Hyukjae se aleja y frota sus dedos sobre sus ojos, limpiando sus lágrimas. Susurra lo suficiente fuerte solo para que Donghae pueda oír:

—Te llamaré cuando llegue a casa.

Los dedos de Donghae permanecen ligeramente sobre los brazos de Hyukjae antes de alejarse por completo y sonreír.

—Te lo regreso, mi querida hermana. Pero por favor cuida de él, es extremadamente frágil e importante para mí —dice Donghae, girando para encarar a Jinah, quien esperaba impacientemente y con un ceño fruncido de disgusto en sus rasgos.

—Oh, pero, querido hermano —dice Jinah, sus rasgos se vuelven brillantes y engreídos—. Nunca se me conoció por compartir.

Donghae ríe sin humor y dice: