Narrador Muse:
Después de largas semanas pude volver a nuestro hogar, era un desastre. Mi corazón se estrechaba de ver tal catástrofe. Entre en busca del retrato que Sorey, ese al cual tanto amaba, y supuse que no quedaría nada. Porque era el fuego, el peor enemigo del papel, era seguro de que no quedaría nada. Sin embargo, igual había que intentarlo por el bien de mi sobrino. Subí por las deterioradas escalera a su habitación. Las paredes estaban teñidas de negro por el hollín, el escritorio hecho trizas en el suelo y alrededor muchos objetos irreconocibles regados por la habitación. Pude divisar el marco y lo recoji apresuradamente. La madera se desmorono un poco entre mis dedos así que lo deje con cuidado en el suelo, los vidrios estaban rotos, pero el papel quemado había quedado allí, entre el cristal y el recuadro. Una parte del centro, una minúscula parte del retrato seguía casi intacta. Recogí todos los pedazos y salí de aquella casa.
Estando en la entrada me sacudí la ropa y me tope con una visita indeseable —: ¿Como les va?—me habló Selene insensiblemente.
—No tienes ni idea de lo que hiciste. Eres como ese conductor que asesinó a Michael.
—¿De qué hablas? ¡Yo no maté a nadie! Ustedes siempre me han deseado lo peor, siempre me tratan como la mala de la casa ¡por eso ahora lo soy! ¿Quieren que sea así? ¡Pues así seré!—. Me acerque y la abofeteó llena de ira
—¡Asesinaste a la persona más amada se Sorey! Al fin estábamos bien, él era feliz. ¡¿Por qué tuviste que arruinarlo?! No quiero volver a verte cerca de mi familia ¡Nunca más!—. Los vecinos empezaron a asomarse por tanto escándalo, nos miraban de reojo, curiosos. Me sentí incómoda y me dispuse a terminar esta conversación de una buena vez—. Sabes que puedo encargarme de ti sin ningún problema—amenace bajando la voz—. Y si quieres redimirte—le extendí los trozos de papel— Haz algo bueno por tu hijo y luego entrégate a la policía ¿quieres?
Y me marché, regrese al apartamento y le dije a mi sobrino—: “Lo siento, no logre encontrarlo”—. Sorey estaba devastado, no quería almorzar, ni cenar, ni siquiera salir de su cuarto, y ni hablar de la escuela, eso ya no era importante. Yo tuve que volver al trabajo para pedir permiso y arreglar cosas. Era una lástima tener que dejarlos en estos momentos.
*
Cuando acabó el primer mes de renta, nos mudamos a la casa de campo. Sorey perdería lo que restaba del año, aunque a él no parecía importarle, lo que me dijo fue—: “Después de todo tu puedes falsificar los certificados ¿no?”—. Con eso me demostraba su desinterés total con respecto al tema.
Pedí un segundo mes de descanso a mi trabajo, aun con las amenazas de mi despido, pues necesitaba estar al lado de mi familia, al lado de Sorey durante estos momentos. Cada que intento hablar con el, solo decía cosas desalentadoras. Es tal y como Selene hace años. Se veía igual a su madre, y sentí que lo estaba perdiendo tal y como perdí a Selene. Al igual que en aquel entonces, no he podido hacer algo.
Fue cuando estaba preparando el té cuando Sorey me avisó de una llamada. Supuse seria del trabajo, otra vez. Sostuve el teléfono con desánimo, y me lleve una amarga sorpresa.
—Hola, ¿Muse?
— ¿Que quieres?—conteste en voz baja pero amarga, no quería que Sorey escuchara.
—He decidido tomar tu segunda acción—. Desorbite los ojos de la impresión.
—No te creo.
—No necesito que me creas, igual lo haré.
—Aléjate de nosotros—. Entonces me corto.
Pasamos el segundo mes sin saber nada de ella. Y fue al tercero que tuve que volver a mi trabajo. Dos horas de arduo viaje en auto a la sede más cerca de nuestra casa de campo iban a matarme de seguro. Ya había pasado medio mes de amargado y aburrido trabajo cuando recibí nuevamente una llamada de esa mujer—: “Muse, necesito que vengas”.
*
Me cito en el paradero de autobuses a las afueras del pueblo casi de camino a nuestro hogar. Al parecer pudo adivinar dónde estaríamos luego de reducir nuestro hogar en cenizas, aun no salía del trabajo pero ya estaba considerando dejarla plantada, no creo que fuera a decir algo importante y mucho menos hacer algo bueno. Sin embargo, 1 hora antes del encuentro me llamó varias veces y me recordó insistentemente, a través de mensajes de texto, que no me olvidara de nuestra cita.
Al no aguantar ver a mi celular vibrar tantas veces decidí darle alcance. Salí apresurada de mi oficina y conduje mi auto a la máxima velocidad posible. Demoraría una horas, ella me llamo insistente al llegar la hora acordado y no estar presente. Le dije que tardaría 40 minutos más, bufo, grito que me apresurara y me colgó. Al final llegue en una hora y diez minutos, baje del auto y mire en todas direcciones. En el paradero no había nadie —. “Perfecto, se largo”—. dije bufando apoyándome en el capó de mi auto hasta ver a alguien salir por detrás de la parada. Las piernas me temblaron cuando vi a aquella figura saludarme desde la parada, me derrumbé en el suelo y casi pierdo el conocimiento.
Narrador Sorey:
La tía Muse me llamó histérica no hace más de veinte minutos. Me pido de forma agresiva que me levantara de mi cama y por favor hiciera algo por la casa. Habían pasado dos meses y ella había sido muy paciente conmigo… siempre fue muy tolerante conmigo, supongo que sobrepase el límite de su paciencia.
Me levante, orden mi cuarto y pase a barrer y trapear la sala de estar, que era lo más fácil de limpiar. Después limpie el amueblado de la cocina a paso ligero, muy muy ligero. Acabe en media hora, nuevo récord. Me serví un vaso de jugo y me senté en la sala a ver pasar el tiempo al ritmo dinámico del reloj. Le mande un mensaje a la tía Muse diciéndole mi proeza pero no respondió.
Camine por el pasillo de regreso a la cocina para dejar el vaso, cuando repentinamente llamaron a la puerta. Me queje, tire mi cabeza hacia atrás cerrando los ojos. No alcance a dejar el vaso así que regrese con él a la entrada para abrir la puerta. Golpearon varias veces a pesar de que dije que pronto abriría.
Abrí la puerta y solté el baso de la impresión. También intente gritar sin éxito, lo que si logre fue llorar. Las lágrimas de derramaron por mis mejillas contra mi voluntad. Soltó su valija y paso sus delgados brazos por mi cuello y mi piel se erizo por el contacto repentino. No sabía que hacer ni como reaccionar solo le miraba con ojos desorbitados. Oculte mi rostro en su cuello mientras entrelazaba mis brazos alrededor de su espalda—: Estoy Soñando verdad—dije sollozando, el sólo negó con un movimiento—Oh mi dios.. No... No se que decir, solo... ¡Solo no me sueltes! No te separes de mi nunca.
—¡Nunca!—. Me contesto aferrándose mas a mi cuello—. ¡Te amo Sorey!
—¡Yo también! ¡Yo también te amo!—. Sujete su mejilla y le bese desesperado suplicando por no verle desaparecer de nuevo. Y si este era un sueño, no despertar nunca.
Para que mi mundo de maravillas no se desvanezca nunca.
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The Colors (SorMik) [Concluido]
FanfictionNombre anterior: "Pintor De Sueños" Ilustración: zucky_mhm Una historia de amor, rechazo y auto-descubrimiento, la juventud es una época en la que las emociones fuertes van y vienen. Sorey posee un hermoso don, y por azares del destino, su errónea c...