El Color del Campo

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Narrador Mikleo.

Como el abuelo ya había dicho de ante mano en cuestión de 3 días las vacaciones ya habían empesado. La tía Muse nos llevo fuera de la ciudad a su casa de campo, un lugar muy tranquilo y su casa era una mezcla entre una casa clásica y moderna.

Todo andaba bien, sin embargo, lo único que lo arruinaba era que, desde que llegamos hace 4 días, Sorey no se a levantado de la cama, quien puede ser tan  vago como para permanecer tanto tiempo recostado sin hacer nada, apenas se movía para ir a almorzar, cenar, o el baño, otra cosa, no. Cuatro días enteros así, es increíble cuanta es su vagancia.

—Salgamos—le ordene.

—No quiero.

—¿Por que no?

—Por que no.

Santo cielo, es...un completo idiota.

—¿No tienes una mejor respuesta?

—No.

El estaba allí recostado en la cama, y yo aquí de pie de brazos cruzados. Su actitud me molesta, quiero salir y ver los alrededores, ¿que le cuesta ponerse de pie?.

—Levantate.

—No.

—¿Me explicarías el "por que no"?

—Por que no y punto, estoy cansado.

—¿Cansado de tu vagancia?

—Si...

Ay Dios, no tiene caso seguir insistiendo, no se levantara para nada. Envés de seguir desperdiciando mi tiempo fui a ayudar a la Tia Muse con la limpieza y las tareas del hogar.

Teniendo un hermoso paisaje fuera y no poder apreciarlo al máximo es un desperdicio, me encontraba limpiando la mesa del comedor y desde allí podía observar el exterior de la casa... Tan verde, todo, mirara donde miraba ese color predominaba por doquier, otros colores como el naranja tampoco pasaban desapercibido. Sin darme cuenta mi mente había volado del lugar, pero me vi forzado a volver a la realidad.

Quería distraer me en la limpieza de la casa, y así, poder tirar por la ventana la idea de salir. Sin embargo la dinámica y energía que Muse usaba al momento de limpiar hizo que acabáramos muy rápido.

—¡Acabamos! No fue muy difícil ¿cierto?

—Si...— dije desanimado.

—¿Ocurre algo malo?

—No quiere salir...

—¿Te refieres a Sorey? No es que siempre haga lo mismo, pero en vacaciones entra en ese estado de desinterés y vagancia extrema.

—...Que aburrido.

—Opino lo mismo...¡Bien! Dile esto, si no hace desgaste físico por lo mínimo una hora, no le daré de almorzar ni cenar.

—¿Crees que haga caso?

—Si lo hará, y si no funciona tirale una balde de agua, eso también funciona—dijo guiñando me un ojo.—Como aun es temprano pienso estar en mi estudio haciendo un par de cosas, luego prepare el almuerzo.

—Esta bien.

A pesar de lo que me dijo, yo seguía desanimado, ya son 4 días que lleva así ¿Un par de palabras lo harán cambiar de opinión? Lo dudo.

—Animo, animo. No pierdes nada intentándolo.

—D-de acuerdo... Lo intentare, aun que no creo conseguir algo.

The Colors (SorMik) [Concluido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora