El Color de las Razones Olvidadas

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Narrador Alisha:

— Sabes Rose, me gustaría enmarcar estas fotos — confesé observando algunas de las fotografías tomadas en nuestra salida de hace dos días.

— ¿De veras? — preguntó ella curiosa.

— Si, para que nos sirva de recuerdo.

— Bueno, si tu lo dices, haslo entonces. No tengo ningún problema con eso — grito adentrándose en el baño privado de mi habitación —, pero saca alguna para mi madre, seguro se pone feliz.

Y cerro la puerta. Y me quede pensando… Enmarcar las fotos…

— ¡Rose! — grite aún sentada en mi escritorio. Después de oír un “dime” proseguí —. ¿Y si le hacemos un regalo a Sorey? ¿se alegraría?

— Pues claro, ¿quien no? — me contesto desde el otro lado.

Y entonces lo pensé, tenia un plan. Espere a que Rose saliese del baño para explicarle mi idea. A ella le pareció grandiosa, dijo que Sorey amaría la idea y que quizá así podría hacer la pases con el irritante “novio” de Sorey.

— Debería ser una sorpresa — le expliqué — no quiero que sepa al respecto, ¿pero como sacamos ese dibujo de su habitación?

— Unm… Ese dibujo es importante para él, no deberíamos tomarlo sin avisar, podría asustarse.

— Pero no haremos nada malo, vamos Rose, ayudame a reconciliarme con ellos.

Ella se me quedo mirando pensativa, por lo que puse mi mejor cara de cachorrito triste. Suspiró y acordó que me ayudaría.
Estaba feliz… Y molesta. No sabría decir por que.

En los días siguientes me dedique a preguntar y buscar quien me hiciera un enmarque bonito para las fotos de mi Rose… Y para la imagen de ese idiota. Trata de mantener mi buena actitud en todo momento y fingir ser una buena persona de inquebrantable paciencia ante las quejas y murmullos que dejaba salir ese niñato cada que estaba cerca. Espero por casi dos semanas para ejecutar mi plan. Y un día domingo, acompañada de Rose, fui a visitar la casa de Sorey. Ya teníamos cierta confianza, no como para proclamar nos amigos, pero si para decir que eramos conocidos cercanos.

Ese día estuve de visita casi todo el día, yo me quedaría hablando con Sorey y Mikleo, mientras que en un momento de distracción de los muchachos, Rose iría a por el retrato del muchacho antipático.

Durante toda la visita no halle momento oportuno como para ir por el dibujo y al final de la tarde, en eso de las 7:15 nos retiramos. Acompañe a Rose hasta su hogar, en taxi por supuesto. Y cuando estaba apunto de irme desilusionada Rose me entregó un portafolio con la imagen dentro. Me quede… ¡Muy sorprendida!

— ¡¿En que momento lo tomaste?! ¡¿en que momento te retiraste del living?! — exclame sorprendida.

— En un momento de distracción para todos — contesto lanzando una risilla.

Suspire, intrigada por descubrir sus técnicas de ninja, pero no le pregunte nada mas. Por el contrario, le di un beso en la mejilla en forma de despedida y me marche a casa en el mismo taxi. No abrí el portafolio en todo el recorrido, no quería hacerlo, me dedique a contemplar las calles a través de la ventanilla del auto. Ni aun cuando llegue a casa quise abrirlo.

Llegue, tome una ducha, cene e hice algunos deberes antes de acostarme, pero aun después de todo lo anterior no sentía deseos de abrir aquel portafolio. En mi escritorio, a la luz de mi lampara y con todo el alrededor oscuro, cuestione si era correcto lo que quería hacer…

Solo era cuestión de romperlo, no me costaba nada, sin embargo no podía, ¿y si estaba equivocada? ¿y si acaso no era tan fácil como planeaba? ¿qué pensaría con Rose después de que lo haga?

Con dudas dando vueltas en lo cabeza me recoste para levantarme temprano e ir a clases mañana. Después de clase llevaría aquel retrato a enmarcar.

Empiezo a cuestionar si en verdad quería hacer esto desde el comienzo. ¿Qué era lo que espera conseguir cuando empecé a relacionarme con Sorey o Rose?

Ya no lo recuerdo.

The Colors (SorMik) [Concluido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora