Lo que no pudo ser

Capítulo 22 🌟

Un espacio en blanco era todo lo que estaba a mi alrededor y mi mente no lograba reconocer aquel lugar. Intentaba recordar algo más, pero mi subconsciente parecía estar vacía, ni un recuerdo. No había nada que me ayudara a entender donde estoy o que hago aquí. Un dolor punzante en la cien era irónicamente mi única compañía en estos momentos.

— ¡Que demonios! — exclamo fuerte, intento mirar detenidamente el espacio en el que me encuentro y no hay nada más que el color blanco donde sea que mire. No se ve ninguna puerta, ventana o algún lugar que permita una salida — ¡¿Ayuda?¡ — esto me está empezando a preocupar, sé que estoy gritando pero no percibo mi voz, sigo clamando auxilio y no logró escuchar mis propios gritos. Me rindo de tanto gritar sin sentido y lloro de frustración y miedo al no saber que está sucediendo. Siento como las lágrimas caen por mi mejilla, pero no puedo hacer nada más, sólo estoy ahí en el suelo pulcro y blanco llorando como una Magdalena.

Mientras me voy calmando intento agudizar mi oído, creo haber escuchado murmullos aunque no estoy segura, pues nadie respondió a mis incesantes gritos. Por lo que me quedo en completo silencio para así saber si estoy en lo cierto.

— Yo no sé en que momento me enamoré de ti de esta manera, no lo recuerdo. Tal vez sea porque hace tanto que te amo que ni siquiera sé exactamente cuando empecé a sentir esto por ti. Pero no es exactamente así como me he imaginado decirte todo esto que traigo dentro hace tanto. Es por eso que necesito que regreses Rox — un sollozo se le escapa a quien sea que me está diciendo esas palabras y a mí se me estruja el corazón al intentar recordar y no poder reconocer esa voz. Lo único que sé, es que al escucharla mi corazón aceleró los latidos y eso es una señal de que debe ser alguien importante en mi vida — Necesito que estés aquí para poder demostrarte el efecto que causas en mí, te necesito aquí para poder verte reír y dejar que me golpees al regañarme, para ver tu cabello enmarañado al despertar y ser objeto del mal humor que se apodera de ti principalmente en las mañanas. Te quiero aquí Rox, conmigo, con tu madre Sara y tus amigos. Regresa por favor, donde sea que estás ahora no es mejor que estar aquí rodeada de los seres que te amamos. Te amo Rox — ¡Dios! Eso fue intenso, pienso y quisiera poder ver a esa persona y poder tomarle de la mano, pero mientras más intento poder hacer algo me doy cuenta que estoy atrapada en una ensoñación y que por eso el espacio en blanco que no recozco y una gran angustia se apodera de mi ser en ese momento. Siento como me besa en la frente y me acaricia las mejillas, en cambio yo no puedo emitir sonido alguno — debo irme puesto que terminó la hora de visita, solo recuerda que debes regresar Rox. Te necesitamos aquí junto a nosotros. Cuando venga a verte de nuevo quiero encontrarte despierta y sonriente. — dicho esto se aleja quien sea que fuese esa persona y el silencio se apodera nuevamente de todo el lugar.

Un momento después trato de recordar porqué estoy aquí y que es este lugar. Me quedo por un largo tiempo tratando de recordar alguna cosa y en cámara lenta me veo pasar con un vestido rojo, el cabello enmarañado y los tacones mal puestos, voy de prisa al parecer estoy huyendo de algo o de alguien. Alguien me retiene a la salida de ese lugar y logro escaparme, me veo correr por la calle y escucho gritos incesantes que me llaman a lo lejos, un auto y un camión a toda velocidad y yo sigo sin hacer nada más que seguir cruzando, hasta que un ruido sordo me hace perder el conocimiento.

Siento como de repente he comenzado a sudar fríos y mis latidos aumentan por segundos. Intento tocarme el pecho, pero mi mano no se mueve, mi pulso se vuelve casi nulo y yo trato con desesperación obtener un poco de aire mas no lo consigo.

En el exterior un episodio crítico acontecía.

— Paciente en cuidados intensivos está teniendo arritmias severas, traigan el desfibrilador de inmediato — un caos fue lo que esa frase desató, enfermeros corrían en busca del equipo necesario, mientras los demás se desplazaban hacia la paciente.