Lo que no pudo ser

Capítulo 10 🌟

El taxi nos había dejado frente a una agencia de vehículos, desde que llegamos recibimos la mejor de las atenciones.

Nos encontrábamos de camino a uno de los restaurantes de la cadena Tropic Caribe de mis abuelos, está ubicado en él centro de la cuidad y poseía una estructura entre vintage y moderno.

Marck se había decidido por un Mercedes Benz CLS 450 negro con asientos de cuero color crema, el auto era bastante bonito y definitivamente iba con la personalidad del chico.

— Buenas tardes señorita Roxanne, joven — Elton era la mano derecha de mi abuelo y el encargado de este restaurante, nos recibió con una cálida sonrisa y nos guió hasta una de las mesas mejor ubicadas, nos entregó las cartas y se fue.

— ¿Que vas a pedir?.

— No lo sé, un platillo tradicional tal vez.

— Suena bien, creo que yo elegiré igual.

Un mesero se apresuró a tomar nuestras órdenes. Yo pedí arroz con guisos de gandules, pollo y ensalada verde y él por igual.

— Solo si visito este restaurante como estas cosas, si no mi vida fuera comer todo tipo de pastas.

— Dale gracias a Dios entonces por que puedes cambiar el menú, tienes que ir a República Dominicana para que sepas lo que es comida exquisita — dije mientras observaba lo bien cuidadas que se encontraban las plantas del lugar — ¿ya pensaste en alguna opción de trabajo?.

— Creo que tienes razón, debes llevarme y ser mi guía turística. He visitado muchos sitios web y hasta ahora no encontré nada, pero estuve leyendo el periódico online y ví que buscan un empleado en un centro ferretero aquí en el centro de la cuidad, así que mañana iré a averiguar — su mirada se va hacia una mesa ubicada no muy lejos de la nuestra y su ceño se frunce — Rox ¿conoces a ese chico? — Sigo su mirada y cuando doy con el susodicho mis nervios se descontrolan era Eliel vestía formal y santa madre de todos los hombres que se veía encantador de esa manera, se encontraba junto a dos hombres mayores.

— Sí, es un pretendiente — sus ojos me enfocaron al escuchar esas palabras.

— Ahora entiendo por que no ha dejado de mirarnos desde que llegamos aquí — su expresión era de sorpresa — vaya me sorprende bastante que estés saliendo con uno chico, aunque bueno debí suponer que tendrías novio.

— No es mi novio, no estamos saliendo todavía y la verdad no entiendo por que te sorprende tanto — seguro él se sentía así puesto que siempre lo había rechazado y también por lo que había sucedido unas horas atrás.

— Yo no... olvídalo no lo entenderías — se puso de pies — voy al baño regreso en un momento.

— Ok — fue mi respuesta, no entiendo su enojo si nosotros no tenemos nada.

Cuando se fue, escuché como se movía una de las sillas y al enfocar mi vista en ella, Eliel ya se encontraba sentado frente a mi.

— Hola Roxanne — dijo sonriente.

— Hola.

— No te preguntaré como estás porque de lejos se nota que bien.

— Eliel ya tengo una respuesta — me miró fijamente.

— Puedes tomarte más tiempo, no quiero presionarte además pasé a saludarte no a que me digas lo que decidiste — rodé los ojos.

— Pero ya que estás aquí creo que es buen momento, acepto ser tu novia — su sonrisa se ensanchó.