FIFTEEN: Dime tu secreto

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Matt

Escuchar a clorys contar su historia como madre me hizo recordar a mi mamá.

Ella siempre trato de que nunca sintiese la ausencia de mi padre y hermano, por mi rebeldía siempre quise pensar que ella era mala, pero no es así, nunca me falto nada material, solo el amor de ella y de mi padre, aunque cada que me enfermaba mamá se preocupaba, cuando tenía buenas calificaciones ella me felicitaba y lo celebrábamos con un helado, en mi primera competencia de natación ella estuvo ahí.

No entiendo porque espere tanto tiempo para darme cuenta todo lo que mi madre hizo por mí, aunque a veces sentía que ella no me quería, pero era porque el cariño maternal se veía reflejado en sus pequeñas acciones, las que yo nunca tome en cuenta.

Tome mi celular y marque al teléfono de casa, repico la primera vez, luego la segunda y ya en el tercer repique estaba por colgar cuando contestaron -¿bueno? -la voz que me irrita y me hace borrar todo lo bueno de mí, si me preguntarán a quien odio mas en este mundo les daría un solo nombre, Betty Anderson, mi hermanastra la que hizo mi vida un infierno desde que su padre se casó con mi madre.

-pásame a mi madre -dije sin una gota de sutileza.

Su risita irritante se escuchó en la otra línea -Mi mamá no está en casa.

- ¿tu mama? -pregunte molesto, siempre he odiado que le llame así -cuando regrese dile que iré el fin de semana y dale el recado. -de inmediato colgué.

-Matt -si me hubiesen dicho que cada vez que ella menciona mi nombre voy a erizarme de esta manera, juro que no creería. Me di la vuelta para encontrarle recostada en marco de la puerta y con su cara curiosa -clorys y los chicos se fueron hace unos minutos.

Siento que eso no era lo que quería decirme -continua.

Ella abrió sus ojos de par en par al verse descubierta -¿Por qué te levantaste tan abruptamente de tu lugar?

Lo sabía, la chica es una entrometida -la historia de clorys me hizo recordar a mi madre, al igual que clorys siempre trato que yo no sintiese tanto la ausencia de mi padre, pero con cosas materiales, había días en los que estar con ella me hacían feliz. Hasta que llego mi hermanastra y acaparo toda su atención, desde ese entonces mi madre me daba todos los lujos, pero el amor de madre carecía de presencia.

-desearía tener las palabras adecuadas para hacerte sentir un poco mejor, pero puedo hacer otra cosa -se caminó hacia mí, apoyo sus manos en mis hombros, estoy seguro que se puso un poco de puntillas para luego dejar con corto beso en mi mejía, me vi obligado a cerrar los ojos y de esa manera disfrutar ese corto y dulce beso -espero que eso ayude un poco.

-el solo tenerte aquí intentando animarme hace que me sienta mucho mejor. -se alejó.

-tengo malas noticias. -la magia desapareció -Tenemos un desorden en casa y hay que hacer algo con eso porque no pienso vivir así -se cruzó de manos y con su pierna izquierda hacia un tipo de compas. Fue muy gracioso verla así, solo faltaba el delantal y un pañuelo en su cabeza para parecer a mi tía gloria.

-está bien, pero necesito lavar mi ropa y a Chuck.

-eso es fácil, vamos al cuarto de lavado en la azotea y ahí mismo puedes bañar a Chuck, pero antes limpiemos la casa. Tú te encargas de la cocina y yo de la sala ¿por favor?

La chica estaba desesperada por limpiar la casa -ok, pero tu cocina la cena.

-hecho -estiro su mano y cerramos el trato.

Salimos del cuarto y ella ya tenía planeado todo porque estiro hacia mí una esponjilla, guantes y un spray de limpieza, ella tomo la aspiradora y muchos productos de limpieza.

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