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THIRTY SIX: Summer, Summer, Summer

Matt.

Tire la puerta de la entrada con toda la ira que una persona puede descargar, luego me tumbe en el suelo y por un momento volví a ser un niño.

A mi cabeza llego mi propia imagen, solo tenía doce años cuando mi madre defendió a mi padrastro y a mí me castigo, me tire en el suelo luego de aventar la puerta de mi habitación. Cerré mis ojos y me abrazé, no podía creer que la mujer que me había dado la vida prefirió creer la mentira de su esposo y a su hijo mandarlo castigado a su habitación. Observaba la habitación por todos lados buscando algo que me consolara, tenía a Chuck, pero quería a mi padre, quería que él me abrazara y dijera que me creía, que me iría con él y mi hermano. Solo era un niño que necesitaba una familia.

Ahora la historia se repite, pero esta vez la mujer amo a elegido al tipo que le ve como un objeto, dejando a un lado al chico que la ama con todas las fuerzas del universo. Al igual que a mis doce años, me abrase y solté un sollozo, en el fondo quiero que alguien aparezca y me dé un fuerte abrazo ese que desde mis doce años e anhelado. No me importa llorar, soy hombre, pero antes que eso soy un humano y los humanos tenemos sentimientos.

—¿Matt? —levante mi cabeza y observe a Seth, quien llevaba su ropa de dormir, mi hermano estaba algo asustado —¿qué demonios te paso en las manos? —pregunto mientras se acercaba a mí.

Me levante a como pude y observe a mi hermano, por otro momento volví a ser un niño y mi hermano un adolescente, a los seis años, Seth había ido de campamento y yo estaba solo en casa, me senté en la entrada de mi casa por tres días a esperar que el regresara. Al tercer día cuando iba a regresar a casa, el autobús llego y mi hermano se bajó con sus maletas y una sonrisa en su rostro y dijo: ¿me extrañaste? —Seth, ¿puedes abrazarme?

Mi hermano me observo algo aturdido por mi petición, poco a poco se acercó a mí y cuando estuvo cerca me tomo del hombro y me abrazo, era el mismo abrazo de mis seis años. Solté un sollozo mientras me aferraba a mi hermano —aun eres un niño, Matt, un niño que ha sufrido mucho. —cerré mis ojos con fuerza y las lágrimas salieron.

—he perdido más de lo que te puedes imaginar —me separe de Seth —perdí a Chuck, perdí el amor de mamá, perdí a mi padre y a mi verano, el amor de toda mi vida.

—te equivocas, hay alguien a quien no perdiste —dijo una voz a mis espaldas —nunca perderás a tu padre.

Rodrigo estaba entrando en casa o tal vez ya tenía un par de minutos, pero no era momento de reprocharle nada, es mi padre y no puedo negarlo. —lo siento papa, siento haber sido tan injusto contigo, pero por favor no hagas preguntas solo se mi padre nuevamente.

Papa se quedó petrificado por un momento —siempre he sido tu padre, Mathew, siempre he sido el padre de ambos —me convertí en un adolecente de doce años y corrí a los brazos de mi padre, me aferre con toda la fuerza que se pueda tener.

Hoy perdí al amor de mi vida, pero me reencontré con mi padre, no todo es malo siempre.

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—necesitamos hablar —Katherine entro en mi habitación sin pedir permiso, yo me encontraba sentado en mi escritorio intentando dibujar, pero nada me salía bien, me sentía bloqueado, en mi mente solo rondaba Summer, todo en mi cabeza giraba en torno a ella, antes era mi inspiración, pero hoy es el motivo de mi bloqueo —¿Qué hiciste anoche? Sé que Seth y tú estuvieron hasta tarde conversando en la cocina, intente preguntarle, pero me dijo que tu tenías que hablar conmigo. ¿Dime que no lo hiciste?

—¿hacer qué? —pregunte ya que no sabía a qué se refería.

—tomar, Matt, dime que no echaste a la basura todo lo que lograste estos años.