TWENTY SIX: Pequeña Traviesa

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Summer.

—Matt creo que deberíamos regresar a casa. —dije con mis labios temblando por el frio.

—un verano helado —se burlo —está bien regresemos a casa.

Salí rápido del lago y corrí tras mi ropa, no medí el tiempo que me tomé colocándome la ropa, pero fue muy rápido. Al poco tiempo Matt puso en marcha la camioneta, llegaríamos a casa en máximo una hora, antes de dormirme le escribí a mi tía para que supiera que regresaba a casa.

Al llegar al edificio, Matt y yo nos encargamos de llevar toda la nueva decoración arriba, pensábamos en ir por Chuck, pero ya era muy tarde para despertar a nuestra querida clorys. Colocamos todo en los lugares necesarios.

Entre en mi cuarto para guardar el ramo de girasoles en un jarrón con agua y lo coloque cerca de mi lamparita nocturna.

Cambie mi vestido amarillo por un short pijama y una pequeña camisa, lave mis dientes y me tumbe en mi cama. No estaba cansada o por lo menos no lo sentía. Me removí inquieta varias veces en la cama, me sentía sola. inmóvil Me quedé viendo al techo por unos diez minutos hasta que tomé la iniciativa de salir de mi cama rumbo a la de Matt.

Abrí la puerta y él estaba con los ojos cerrados, supongo que el si estaba cansado, respire profundo. A paso lento me acerque a su cama dudando un par de segundos antes de tomar su sabana y acurrucarme junto a el —veo que tú tampoco podías dormir —me asuste al escucharlo.

—pensé que estabas dormido —tomo mi cintura y me subió en su torso.

—tenía los ojos cerrados porque estaba meditando si ir a tu habitación o dormir, y cuando me decidí por lo primero sentí una pequeña traviesa escabullirse en mis sabanas —Matt acariciaba mi cabello —¿Por qué no podías dormir?

No sé si haga bien en contarlo, pero igual lo hare —no me despedí de ti...—dude en seguir.

—continua.

—y sentí frio al estar sola en mi cama.

—¿un verano helado? —cito nuevamente, pero a manera de pregunta.

—si, un verano helado —replique —solo quiero que me abrases y que me des calor.

Sus labios me regalaron una pequeña sonrisa —hay una manera para que entres en calor ¿quieres probarla?

—tentador —sé por dónde va su comentario y claro que me encantaría aventurarme, quiero estar con el —podemos probar, hoy.

No paso ni un segundo más cuando ya tenía a Matt devorando mis labios y sus manos traviesas recorriendo mi espalda haciendo sentir choques eléctricos en mi columna vertebral, el mordía mi labio inferior haciéndome jadear, mis manos llegaron a su rostro y lo atrape fuertemente, mis piernas se abrieron rodeando sus caderas. —espera...¿no estarás muy cansada mañana?

Puse mis ojos en blanco —Matt, no me importa estar cansada mañana solo quiero estar contigo hoy. —sonreí y el dejo un delicado beso en mis labios, después con esos labios exquisitos beso el lóbulo de mi oreja y bajó hasta mi cuello.

Tomo mi culo con ambas manos y lo apretó fuerte haciéndome sentir un hincón en mi estómago y entrepierna —eso es mío —dijo antes de darme la vuelta dejándome en la cama. beso mis labios con mucho deseo mientras tomaba mi short y lentamente lo bajaba dejando pequeños besos en mi vientre, muslo, rodilla y la punta de mi pie. Su lentitud hacía que la desesperación aumentara en mí, tome su camisa y lo atraje a mí, la saque de por encima de su cabeza y deje un beso en sus labios, antes me detuve a admirar su torso de dios griego, ese torso que te debilita con tan solo verlo. El imito mi acto con mi camiseta, pero su beso no fue en mis labios sino en mi pezón, lo atrapo con su boca, con su lengua lo mojo y sus dientes lo apretaron con firmeza y delicadeza.

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