EIGHTEEN: La almohada

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Summer.

Un húmedo verano.

Eso fue lo último que dijo Matt antes de perderse en mi entre pierna, su húmeda lengua toco mi clítoris y yo me estremecí a tal contacto. Mi corazón estaba demasiado acelerado y mi respiración era muy constante.

No sabía que más hacer, las contracciones en mi vagina eran fascinantes, su lentitud me hacía estremecer, Matt se le notaba la experiencia y yo jamás había experimentado lo que era sexo oral, y creo que me encanta. Matt estaba logrando que yo llegara al orgasmo, y pareció darse cuenta porque detuvo su ritmo, ahora era lento. Hacia movimientos circulares, mientras Matt seguía con su trabajo yo trataba de aferrarme a mis sabanas, no podía soportar tan sentimiento placentero que el gemido que estaba guardando desde hace mucho la saque desde lo más profundo de mi ser.

Matt se detuvo por un momento para decir -ese gemido fue tan sexy -él no era el mismo Matt, cuando se trataba de sexo el cambia por completo, todo en él se vuelve distando hasta su manera de hablar. Se arrodillo nuevamente y esta vez su legua lamia mi vagina como si chupara una paleta, tomo dos de sus dedos y los metió en mi entrada. Arquee mi espalda y Matt se levantó hasta quedar casi arrodillado a un costado mío.

Al parecer le encantaba verme porque sus ojos brillaban y yo me sentía ruborizada, me beso nuevamente para hogar el siguiente gemido, sus manos se movían de un lado al otro como las manecitas del reloj. volvió a introducir sus dedos y esta vez se acabó la delicadeza, Matt me penetraba con sus dedos, una y otra vez, cerré mis ojos y gemí al sentir que iba a llegar al clímax -Ma..Matt -gemí.

Saco sus dedos cuando estaba a punto de venirme y se acercó nuevamente a mi entrepierna para besar mis labios mayores, se puso de pie y me miro por última vez, yo me sentía confundida, estaba a punto de lograr un orgasmo y el me dejó, así como si nada -ese gemido fue perfecto, pero yo soy un maldito mentiroso y los mentirosos no merecemos regalarles orgasmos a las chicas buenas.

Y sin decir más que decir, salió de mi cuarto dejándome, hecha un mar de sentimientos.

Primero me sentía estúpida por haberle dicho que me folle, segundo me sentía furiosa por creerse capaz de hacerme esto y tercero estaba excitada y quería tener mi orgasmo, deseaba tenerlo.

Todo era tan perfecto, estúpido y mil veces estúpido.

Ni siquiera me sentía con fuerzas como para masturbarme, mis manos se sentían algo adoloridas por lo fuerte que presione mis sabanas.

Pero recordé que antes de tocarme con mis manos había algo que fue lo que me dio mi primera experiencia sexual.

Iba a tener mi orgasmo ya sea por Matt o no, así que tome mi almohada y me monte en ella como si fuese un caballo de rodeo. Restregué mi entre pierna en ella moviéndome de adelante hacia atrás, el roce hacia que sintiera choques en mi vulva. Tomé mis pezones y los pellizqué para llegar aún más rápido al orgasmo, cerré mis ojos y lo primero que se me vino a la mente fue Matt, no me importaba masturbarme pensando en él, supongo que también él lo hace, pero en estos momentos no quiero más que obtener mi orgasmo

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Salí del baño, y busque mi pijama para poder vestirme, hoy definitivamente había sido un día de mierda, pero Matt había logrado que se sintiera bien hasta que me dejo desnuda en mi cama.

Quería tener sexo con él, lo admito, pero no pensé que fuese tan imbécil como para hacerme esto.

No pensaba salir de mi cuarto, no tenía ni la más mínima gana de ver su cara de estúpido creyéndose el campeón por lo que me hizo, ya demasiado idiota me sentía como para dejar que me siguiera tratando así.

Supongo que la rubia es mejor que yo, supongo con ella puede follar hasta las cinco de la mañana. Supongo que yo soy una estúpida, la mayor de las estúpidas-

Me senté en mi cama y juro que tuve que cambiar las sabanas porque no quería pensar en lo que paso hace rato. Tome mi laptop para terminar de traducir los cuentos que tengo que entregar pronto, pero mientras leía entre líneas se aparecía cada palabra de Matt, podía ver sus ojos admirándome desnuda y sus ganas de poseerme.

Sentía algo extraño que nunca me había pasado. Jamás desee tanto a un chico como deseo a Matt, quiero que termine lo que inició ahora, quiero que me tome y se adueñe de mi cuerpo. Me tumbe en mi cama y al cerrar mis ojos solo lo imaginaba a él, no podía dejar de pensarlo, ¿y si sus palabras son reales? ¿y si estoy dejando ir a Matt por algo tonto? ¿y si él me quiere?

*solo estas caliente, deja de decir estupideces*

Tal vez mi yo sensato tenga razón.

*claro que tengo razón. Recuerda lo que paso con el trillizo mayor*

Maldición, tenías que recordarlo.

*soy tu yo sensato tarada*

Tengo que averiguar qué es lo que quiere Matt de mí, ¿si de verdad me quiere o solo quiere que sea su juguete sexual?

Ansiosa me pasee por mi cuarto una y otra vez, quería salir corriendo al cuarto del idiota y preguntarle la verdad, lograr que me demostrara lo que sentía para después entregarme a él. Pero por otro lado tenía miedo de que dijera que solo quería tenerme y como ya logro algo ahora no tiene nada para ofrecerme.

El miedo y la duda creció demasiado, que me tumbe en el suelo en señal de desesperación, quería llamar a mi tía para que me dijera que hacer, pero después ella preguntaría de más y eso me arribaría a tener que mentirle, no me gusta mentir. Si llamo a Yun, se pondrá de histérica diciendo que soy una tonta por dejar que él se mentira en mis bragas y no se cuan...esperen, mis bragas. Matt se llevó mis bragas negras. -¡Maldición!

Me levanté del suelo y sin pensarlo Salí de mi cuarto, hacia el suyo. Avente la puerta, pero esta no sonó fuerte.

Me encontré a Matt abrochándose su pantalón, se había duchado porque su cabello estaba húmedo y su espalda se veía algo limpia, me perdí en sus músculos y en lo perfectamente tallada que tenía esa espalda, sentí como mi vagina se humedecía al verlo así.

*demonios el chico de te dejo mal*

Cállate.

Él no podía ser más perfecto y, puedo asegurar que hasta ahorita note lo divino que se ve su cuerpo, tiene músculos, claro que los tiene. Sus brazos marcan sus venas y sus manos, ¡por dios!, sus manos pueden cubrir mis senos. Pero sus dedos son los que hacen maravillas, ese torso con cintura algo diminuta y seis perfectos cuadros remarcados, no lo tengo frente a mí, Pero ya los he visto.

Este hombre fue tallado por el mismísimo Zeus.

¿Por qué hasta ahora, detallo más a Matt? ¿será por la excitación?

*o será porque antes lo odiabas y ahora sientes algo por el*

Me quede pasmada al escucharme a mí misma.

Mi yo razonable, me estaba diciendo la verdad, yo estaba sintiendo algo por él y por eso actúo de esta manera.

*¿sabes? Siento que eres muy estúpida como para que seamos la misma persona*

Estoy volviendo a sentir cosas por él y no sé cómo tomar esto, si bien o mal.

Carajo.

De pronto, todo lo que pensaba hacer en el cuarto de Matt se borró de mi memoria y Salí dando pequeños pasos hacia atrás hasta estar completamente afuera, el no sintió mi presencia -eso creo yo- y me quede afuera analizando bien la situación.

Siento cosas por él, ¿y no sé si esto esté mal o esté bien?

estoy más confundida que naufrago en medio del mar.


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