2.
Esa misma tarde Savannah volvió a su nuevo departamento que estaba completamente vacío. No tenía nada. Claro, por excepción de la televisión en la sala de estar, un sofá y su cama matrimonial en la habitación principal. Hace cuatro meses, Savannah estaba saliendo con un tipo con dinero, el tipo era doctor y obviamente ganaba mucho. El pobre se había enamorado de Savannah y le regalaba todo lo que se le atravesara por el medio -le hubiese regalado hasta el excremento de un perro, si tan solo fuera romántico hacer eso- y por supuesto le había regalado un departamento, el actual apartamento de Savannah, que había comprado antes pero no le había dado uso alguno. Savannah acepto sin dudar, pero al cabo de dos meses y medio, rompió con el doctor enamorado. No porque fuera una come-hombres o porque fuera una persona sin corazón, sino que el tipo ya no le dejaba espacio personal y se mantenía pegado a ella como una goma de mascar. Y sin duda alguna Savannah no era alguna de aquellas mujeres que les gustara que un hombre estuviese tanto tiempo con ella o que se ocupara de ella las veinticuatro horas del día.
Fue hasta la pequeña cómoda que tenía en su espaciosa y vacía habitación y cogió un pantalón deportivo y una camiseta de tirante gruesos. Se puso sus zapatos deportivos y salió del departamento a trotar un rato. Cuarenta y cinco minutos más tardes, volvió a su departamento con algunas gotas de sudor por su frente. Volvió a su habitación y se saco toda la ropa sudada quedando completamente desnuda, cogió una toalla y entro al baño a darse una ducha. Dejo caer las gotas calientes de la ducha por todo su cuerpo, duro al rededor de cinco minutos frotando el jabón por su cuerpo, segundos más tardes sonó su móvil a un lado de la ducha. Tomo la toalla, seco sus manos y cogió el móvil a un lado de la ducha y contesto.
-¿Diga?
-¿Sav? -pregunto la voz en la otra línea- Es London.
-London, hola -saludo Savannah a su amiga- ¿Qué pasa?
-Oye, se que son las ocho y cuarenta de la noche. Pero en verdad esto me estaba matando, alguien me lo había comentado pero en verdad no lo podía creer porque en verdad jamás pensé que se llevaran tan bien -dijo su amiga muy rápido y sin coherencia dejando a Savannah confusa.
-Español por favor...
London tomo aire y continúo hablando.
-Bueno, recuerdas Jared, pues claro que lo recuerdas -se contesto a si misma- alguien me había dicho que desde la vez que los presente salieron varias veces y entonces llegaron a algo serio y.... -tomo aire- ¡Te pidió el matrimonio! -grito ella eufórica.- Lo que no puedo creer pues soy tu mejor amiga y debí saberlo por ti misma.
London, era artista, le encantaba el arte y asistía a muchas presentaciones para vender aquellos cuadros que ella hacía con tanto amor y dedicación. Hace unos meses atrás invito a Savannah para que observara la cantidad de personas que se mataban por comprar los cuadros que ella hacía. Ahí fue donde conoció a Jared. desde el primer momento que Savannah lo vio le pareció jodidamente atractivo y por supuesto hasta el día de hoy todavía se pregunta qué hacia un hombre como él en un lugar como aquel. Desde ese día salieron un par de veces y se dieron cuenta que no tenían nada en común. Con excepción a una cosa...los dos necesitaban dinero, ahí fue donde crearon un plan en hacer una boda falsa para poder tener un poco de dinero cada uno.
-¿Quién te ha dicho eso? -pregunto Savannah sorprendida.
-¡Eso no importa en estos momentos! Quiero saber cada detalle...
- Mejor hablamos mañana, prefiero hablar contigo en persona. ¡Y más te vale decirme quien te ha dicho eso!
-Está bien. Mañana nos vemos en Starbucks a las nueve de la mañana, pero tienes que contarme todo, ¿vale? -pregunto London con su tono de voz chillón.
-Vale -dijo eso último y colgó la llamada.
Ocho y quince minutos de la mañana. Jared se levanto a causa de su despertador. Se froto los ojos, sentía que tenía una pesa de mujer en cada parpado, ya que le costaba mantener los ojos abiertos. Se dio una ducha rápida y fue hasta la cocina a precalentar un poco del café que había quedado del día anterior. Abrió su refrigerador y no tenia absolutamente nada, esta vez le tocaba ir a comer afuera. Busco el móvil en la mesa de la cocina y lo reviso: tenía cinco mensajes de Savannah y uno de Paul. Abrió el primer mensaje de Paul que decía que necesitaba verlo lo más antes posible. Luego abrió los mensajes de Savannah que pedía que la llamara. Que necesitara esta mujer ahora, pensó. Marco el número de Savannah y en segundos esta ya había contestado.
-¿Aló? -dijo ella en la otra línea.
-Que necesitas, Savannah. -pregunto con voz ronca y somnolienta.
-En una hora debo estar en Starbucks con mi mejor amiga para explicarle cómo demonios me has pedido el matrimonio. No soy buena mintiendo, tú eres el experto así que... ¡ayuda! -dijo con rapidez y cierta desesperación en su voz.
-¿Me estas llamando mentiroso de primera? -dijo él haciéndose el ofendido, ya que en verdad...era un mentiroso de primera. Uno de los mejores.
-¿Qué crees tú? No te he llamado para pelear, tenemos mucho tiempo para eso -suspiro- necesito que me ayudes, en serio.
-Te puedo ayudar con muchas cosas, querida. Pero no soy un romántico que digamos -bufo- si fuera por mi diría que te pedí el matrimonio en un basurero -rio levemente.
-No me causa gracia. ¿Jamás has visto una película romántica?
-¿Películas de porquería? Nada que ver, ¿qué clase de hombre ve películas así? -pregunto riendo Jared
-Hombres sensibles, hombres que tienen un corazón, hombres que no son como tú.
-Touché...pero hasta donde sé todo el mundo tiene un corazón -dijo él en tono sarcástico.
-Ja, ja. No ando de humor para aguantar tus payasadas Hamilton, venga y ayúdeme a pensar en algo -contesto Savannah en tono dominador.
-Pues no sé, dile a tu amiguita que te invite a caminar por la playa donde había un hermoso atardecer y mencione que el agua me recordaba a tus ojos y que ellos brillaban más que el sol, también mencione que te amaba y que eras hermosa, y luego tan solo te pedí el matrimonio y aceptaste -dijo con tono fastidiado.
-Hmm, me gusta esa idea. Pensaba que no tenías nada de romántico, al parecer los hombres si tienen su lado sensible -confeso Savannah.
-Oh, también puedes decirle que después de eso, fuimos hasta tu departamento y terminamos el trato en la cama -rio a carcajadas- si quieres te inventas detalles.
-Y retiro lo dicho sobre lo de sentimental, eres un idiota -bufo- no cambiaras.
-Ni quiero cambiar, la gente me adora tal cual soy.
-Cretino...
Jared rio levemente desde la otra línea con aquel comentario.
-Gracias, tú también lo eres princesa. Ahora sino te molesta colgare, ¡adiós! -dijo rápidamente antes que Savannah llegara a contestar y colgó.
-Aun no puedo creer que haya querido llevarla a la cama -bufo- He tratado con mujeres fastidiosas, pero Savannah es la ganadora sin duda alguna -Se dijo a sí mismo, mientras tomaba su café precalentado y marcaba el número de su amigo Paul.
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MULTIMEDIA: Jared Hamilton
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My fake fiance.
HumorAgua y aceite se llevan mejor que Savannah Foster y Jared Hamilton que están sentados juntos en una boda e inmediatamente sienten un apasionado disgusto el uno por el otro. Savannah es una mujer sarcástica e inteligente con una tendencia a gastar to...