16.
Domingo a las once y quince minutos. Los dos se encontraban sentados en un Audi azul, prestado y con destino hacia las afueras de Nueva York. Se dirigían hasta la casa de los padres de Savannah. No había desayunado y sentía que en cualquier momento iba a desmayarse. Solo esperaba que no lo hiciera al frente de su madre, sino por otro lado al ver su palidez, su cara nauseabunda y desmayos pensarían que estaba embarazada. Y eso complicaría aún más las cosas. Cuando las cosas se trataban de niños, su madre siempre sacaba su lado maternal. Pero aquel lado era un poco irritante y fastidioso, o eso era lo que le había dicho Kate cuando tuvo su primer hijo.
-Mamá parece más la madre de mi hijo que yo misma. ¡No me deja ni cambiar los pañales de mi propio hijo! -se había quejado Kate la última vez que se había reunido con ella.
Savannah Sonrió al pensar que alguna vez se casaría de verdad por amor, con alguien que ame y que tendría hijos y se quejaría de su madre por cooperar demasiado.
El silencio del coche había permanecido hasta que un gruñido del estomago de Savannah ser escucho.
-Vaya, se nota que tienes hambre -le comentó él sin quitar la mirada de la vía.
Savannah había querido conducir hasta su destino. Pero Jared se negó y le dijo que Paul había confiado su coche en él y no quería que tuviese abolladuras luego. Ella había fruncido el ceño ante aquel comentario. Lo único que tendrá abolladuras será tu cabeza, pensó. Obviamente esa era una forma muy indirecta de decirle que ella conducía mal.
-Sí. Creo que podría tragarme la tierra en estos momentos.
-Estamos a tan solo unos kilómetros de una estación. ¿Te crees capaz de contener tu hambre? No quiero que te desmayes. -le dijo mirándola de reojo.
- ¿Te importa si llego a desmayarme en el coche? -pregunto ella sorprendida.
-Claro. No quisiera que tus padres piensen que no te permito comer y que soy indiferente hacia ti. Pensarían que clase de hombre está a punto de casarse con su hija -resoplo.
No, para nada quería que sus padres pensaran algo negativo sobre él. Ella quería que sus padres vieran que Jared era el hombre ideal que siempre ellos habían esperado que Savannah algún día llegara a conocer. Si él se comportaba como debía tal vez las cosas salieran a la perfección. Solo tal vez si llegara a comportarse.
Minutos después. Jared se detuvo en una estación y había salido del coche a comprar algún bocadillo para ella. Cuando volvió se sentó en el puesto de conductor y le entrego una bolsa de papel.
-Gracias -le sonrió y abrió la bolsa. Cogió un sándwich dentro de ella y le dio un mordisco.
-No hay de que, no quería estar con una persona desmayada. -ella le miro mal y Jared piso el acelerador para seguir con su destino. - ¿Falta mucho para llegar?
-Un poco, solo unos cuantos minutos -suspiro y trato de calmar sus nervios dándole otro mordisco al sándwich.
-No te gusta la idea de visitar a tus padres ¿cierto?
Ella trago con dificultad.
- ¿Por qué dices eso?
-No sé, me da la impresión que no te gusta visitarlos. Además estás nerviosa. -la miro un rato y luego retiro la mirada.
- ¿Como sabes que lo estoy? -pregunto levemente sorprendida.
-La manera en que mueves el pie y te muerdes el labio cada cierto tiempo.
Jared tenía razón, estaba nerviosa. Pero no sabía exactamente el por qué. Unos diez minutos más tarde ella suspiro con fuerzas cuando leyó un letrero avisándole que estaba más que cerca de llegar. En su estomago se formo un nudo y su respiración se acelero un poco.
-Por favor prométeme que te comportaras al frente mis padres.
-Trataré. -le contesto con una sonrisa.
-Jared... -lo miro suplicante.
-Vale, haré lo posible. Solo seré yo mismo -sonrió. Savannah lo miro alzando una ceja.- Esta bien, no seré yo mismo.
-Gracias -le contesto suavemente. Se quejo cuando observo una gran casa blanca con un letrero que decía 'Los Fosters'. - Es esa -le señalo con el dedo. Jared se aparco al frente de la casa blanca y en el jardín verdoso se observaba una mujer de cuarenta y tantos años de edad arreglando sus flores. Cuando la mujer escucho el ruido que provoco el coche al aparcar subió la mirada y los observo. Con una sonrisa en la cara se levanto del césped y se sacudió los pantalones.
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MULTIMEDIA: Jared Hamilton
Esta novela NO es mía. Es adaptada, y le doy créditos a la verdadera autora por haber hecho una historia tan genial, porque la verdad a mi me fascino desde el primer instante en que lei el prologo.
Disfrutenla!
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My fake fiance.
HumorAgua y aceite se llevan mejor que Savannah Foster y Jared Hamilton que están sentados juntos en una boda e inmediatamente sienten un apasionado disgusto el uno por el otro. Savannah es una mujer sarcástica e inteligente con una tendencia a gastar to...