4.
Lanzó las llaves de su departamento sobre la mesa de la cocina y puso su cartera sobre el sofá de su departamento. Estaba cansada. Había pasado toda la tarde hablando con London en Starbucks. Y luego ella la obligo a visitar lugares para comprar cosas para su boda. Savannah le había dicho que no quería nada del otro mundo, y que no era necesario contratar a una vieja para que le organizara su boda. Después de todo, no iba a durar mucho aquella boda, se dijo a sí misma. Su amiga London, estaba emocionada por la boda. Jamás pensó que Savannah llegaría a casarse. Siempre creyó que ella no era ese tipo de mujer que soñaba con casarse con el hombre perfecto. Eso le molestaba a Savannah, dentro de unos días tendría que mandar la invitación de la dichosa boda. Y tal vez a más de una persona le sorprendería el simple hecho que Savannah Foster contrajera matrimonio.
Las personas que conocían a Savannah siempre tuvieron una idea que ella era una come-hombres, sin sentimientos que arrasaba con todo que se le cruzara por el medio. Y tan solo porque sus relaciones -si es que así se les podía llamar- no duraban más de cuatro meses. Se recostó del sofá situado en la sala e intento descansar sus ojos cuando su móvil comenzó a vibrar. Maldijo para sus adentros y estiro su mano para alcanzar en móvil adentro de su pantalón. Vio el nombre en la pantalla del móvil y suspiro, luego puso el auricular sobre su oído.
-¿Qué pasa, Jared?
-Pues...bueno, tengo unos problemas y te necesito en Central Park, ya.
-Pero para...
No dejo que siguiera hablando cuando le ordeno que lo viera en Central Park. Savannah fastidiada se levanto del cómodo sofá, y salió hasta el Central Park. A veces la actitud mandona de Jared era peor que la de Savannah. Nunca recibía un 'no' por respuesta y las veces que lo recibía, era como el fin del mundo para él. Cogió su abrigo y salió.
Caminaba por las calles de Nueva York en dirección al Central Park. La fresca brisa movía su castaña cabellera de un lugar a otro. El otoño estaba entrando y ya se podía observar las hojas de los arboles en colores como el naranja y el amarillo. El otoño en Nueva York era fresco, no era muy caliente, ni muy frio, era simplemente fresco. Savannah desde niña esperaba a que el otoño llegara para poder hacer aquellas pilas de hojas caídas y luego acostarse sobre ellas. Claro, ya no hacia las pequeñas pilas de hojas. Solo que la brisa de otoño le relajaba y aquellos colores en los arboles le encantaban.
Una vez en la Central Park entro a aquel gran parque. Había personas por doquier, parejas abrazándose y niños corriendo por todo el césped verde. Las mascotas de las personas eran paseadas por sus dueños, algunas personas trotaban, mientras que otras solo se sentaban en el césped para obtener calma. Por alguna razón sus padres vinieron a su cabeza al ver una pareja de tercera edad agarrados de manos besándose cariñosamente. No es que sus padres fueran viejos, sino que un día su madre le dijo que cuando consiguiera a aquella persona especial durarían por años hasta morir juntos. Sacudió su cabeza al recordar la boda que tendría al cabo de algunos meses. Estaría mintiéndole a toda su familia y amigos que se casaba por amor. Tenía que olvidar todo aquello y seguir adelante con su plan, no podía dejar que su conciencia tomara el cargo esta vez. Saco su móvil de su abrigo al sentir que este vibraba una y otra vez.
-¿Donde estás? No logro verte -dijo Jared en la otra línea con un poco de desesperación.
-Genio, el Central Park tiene como trescientos veinte hectáreas, es casi imposible que me veas desde donde sea que estés. La pregunta es: ¿Dónde estás tú?
-No tienes que ser tan mala...estoy cerca del The Reservoir -se refería al lago principal del Central Park.
-Estaré ahí en cinco -dijo ella y corto la llamada, metió nuevamente el móvil en su abrigo y camino hasta el lago.
Al llegar al The Reservoir, busco con su mirada a Jared al no poder encontrarlo metió la mano en su abrigo para buscar su móvil y marcar su número. Una mano se poso en su hombro y sobresalto a Savannah haciendo que diera un pequeño grito.
- ¡No vuelvas a hacer eso! -le dijo al hombre que se encontraba atrás de ella.
-Lo siento...
-¿Sientes casi matarme del susto? -alzo una ceja.- ¿Acaso te importa?
-Sí, hubiese preferido matarte de otra manera -rio Jared.
-Cállate. ¿Para qué me has llamado? ¿Que es "tan" urgente? -pregunto de manera sarcástica.
-Pues...El mono esta esperándome acá, en Central Park para que le dé la evidencia de que me casare. -suspiro.
-¿Le has dicho al mafioso que quiere matarte que te casarías? Eres único...
-Es que si le decía aquello me daría más tiempo para pagarle. No quieres quedar viuda antes de tiempo, ¿cierto? -rio.
-Ya deseo divorciarme y ni siquiera nos hemos casado -bufo y lo tomo del brazo.- Vamos, estoy cansada y quiero dormir. -le dijo y comenzaron a caminar.
-¿Necesitas descansar para sacar tu escoba a la media noche? -se burló él.
Savannah dejo de caminar y clavo sus largas uñas color carmín en el brazo de Jared.
-No ando de muy buen humor, Hamilton. -Savannah observo el intento de Jared para hablar pero ella lo callo con una mirada asesina.- No emitas una sola palabra si no quieres que te arranque los testículos.
-Joder -soltó un gemido de dolor.- Suelta mi brazo Savannah, ¡por favor! -pidió mientras se quejaba.
Savannah puso sus ojos en blanco y soltó el brazo de Jared. Este froto la piel rojiza y adolorida provocada por las uñas de Savannah.
-Lo siento no quise sacar tu gatita interior. -hizo una mueca y siguió caminando.
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MULTIMEDIA: Jared Hamilton
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My fake fiance.
HumorAgua y aceite se llevan mejor que Savannah Foster y Jared Hamilton que están sentados juntos en una boda e inmediatamente sienten un apasionado disgusto el uno por el otro. Savannah es una mujer sarcástica e inteligente con una tendencia a gastar to...