Capítulo 14

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[Narra Eren]

Cuando me separé del beso miré a Levi a los ojos. Tonos rojizos y rosados decoraban sus mejillas. Suspiró rendido, intentando apartarme... Pero pude notar lo que ocurría enseguida. Puse mi rodilla entre sus piernas y se sobresaltó. Estaba tan duro y excitado como yo. Eso nos podíamos provocar el uno al otro en unos segundos. Mordí el lóbulo de su oreja y gimió. Bien sabía yo que era su punto débil. Tocar su oreja con mi boca le hacía estremecerse de veras. Entonces supe que ya no estaba enfadado, pues ahora se rendía ante mi.

-Me disculparé a mi manera.-susurré en su oído y metí mi mano en su pantalón para tocarle como yo sabía.

-E-eren no... Haa- Es-espera no puedes... A-ahh...

-Resulta que si que puedo. Deja que te haga disfrutar, bby~

Comencé a tocar con lentitud su miembro, como ya sabía que le enloquecía. Conocía su cuerpo y lo que le gustaba como la palma de mi mano. Lo habíamos hecho múltiples de veces y sentía que me faltaba Levi, pues hacía mucho desde la última. Se rindió ante mi tacto y susurró. "S-si... Daddy, Hazme enloquecer." Esas palabras llegaron muy rápido a mi cerebro y pronto le tuve gimiendo ante las caricias y los movimientos que mi mano le proporcionaba a su miembro. Sabía cómo tenerle loco.

Se agarró a mi ropa y la apretó con fuerza, soltando leves gemidos cada vez que apretaba. Le escuchaba respirar agitado, suspirar y jadear. Decidí atender su cuello con mi boca, otro de sus puntos débiles. Dejando leves marcas, aceleré el movimiento de mi mano, consiguiendo sacarle más gemidos deliciosos que penetraban en mis oídos. Moría por escucharle y solo con eso mi pantalón parecía explotar. Entonces se dió cuenta de ello e intentó apartarme, pero no pararía hasta hacerle llegar a un máximo punto de placer sin siquiera penetrarle.
Dicho y hecho, se corrió en mi mano con fuerza... Se notaba que no le había tocado en horas. Avergonzado se tapó la cara, pero tras unos segundos me miró. Yo jadeaba y suspiraba... Pequeñas gotas de sudor resbalaban por los laterales de mi cara. Sumarle eso a la ropa que ahora llevaba puesta, era una jodida fantasía para el enano que tenía ahora delante.

Así era, pronto estuvo quitándome el cinturón para meter parte de mi gran polla en su boca. Joder, le gustaba lamerla como un helado y lo hacía de maravilla. Agarré su pelo tirando de su cabeza para penetrar su cavidad bucal y sentir su campanilla dar con mi punta. Gemía levemente y grave, tal y como a él le gustaba escucharme. Eso le incitó a meterlo más profundo en su boca y a proporcionarme aún más placer del esperado.
Miré a sus ojos llenos de lujuria y susurré. "Dios, así me gusta bby~. Eres un buen chico." Sabía que le gustaba sentirse de cierta manera inferior a mí en el sexo, eso le excitaba de verdad. Ahora ambos estábamos llevados por el placer, pues estábamos en un baño público y era probable que muchos de nuestro curso pudieran entrar. Eso se me hacía jodidamente perfecto.

Me dejé llevar por sus lamidas y movimientos ágiles de su boca. Mordí mi labio y miré hacia abajo para encontrarme con sus ojos grises que se encontraban más oscuros de lo normal. Las pupilas dilatadas y vi como su miembro volvía a crecer al volver a excitarse. Tras un rato le hice parar y le levanté. Tenía muchas ganas de meterme de lleno en él sin piedad, para hacerle gritar mi jodido nombre.
Pero volví a utilizar mi boca para excitarle aún más. Bajé a sus deliciosos botones de carne, que se encontraban duros por la gran excitación que el de cabellos negros sentía cuando yo le hacía todas esas cosas que le gustaban. Lamí alrededor y mordí llevándome hacia atrás parte de su piel. Succioné y volví a lamer notando como Levi apretaba mi ropa y temblaba. Esto era sumado a sus jadeos de puro placer. Entonces supe que era el momento, y solo faltaron unas pocas palabras de mi parte, las cuales susurré en su oído. "Ya sabes lo que tienes que hacer."

Como si estuviese programado, me sentó en la taza del váter de aquel compartimento y se subió encima de mi. Pronto estuvo moviéndose sobre mi duro miembro, y yo me quedé parado observando la obra de arte que se me exponía delante. Ya quería tenerle dentro y humillarle frente a mí. Obligarle a autopenetrarse con fuerza. Eso quería más que nada. Así que le hice una señal que entendió a la perfección, pues se deshizo de la poca ropa que impedía la unión de nuestros cuerpos y entré de lleno en su apretado interior. Esto le hizo querer gritar, pero le callé con un beso algo húmedo en ese momento. Toqué su precioso cuerpo a mis ojos y me moví con fuerza, haciéndole retorcerse de dolor, pues se notaba que no había hecho nada con nadie desde que estaba conmigo.

Pronto su dolor empezó a desaparecer junto a las caricias que le brindaba a su delicada piel. Noté como pasó de su tensión a una tranquilidad placentera. Pues empezó a gemir de puro placer, notaba como quería más de mi. Tanto como yo quería más de él.
Bendito día en el que le miré a esos ojos grises apagados y los iluminé. Se ven mucho mejor así. Notaba como me gustaba más que nunca. Me estaba pillando por él, aunque yo no buscaba amor. Buscaba placer en el sexo. Sin embargo, ese chico de cabellos negros azabache se estaba metiendo en mi cabeza muy rápido, y bien lo sabía yo.

Besé sus labios repetidas veces para acallar los gritos que querían salir de su jodida garganta. Estaba estimulando su interior y además tocaba lentamente su miembro, expuesto duramente delante de mí. Era el minuto perfecto, la hora adecuada, el día destinado a tenerle así. Habíamos hecho esto miles de veces pero ahora lo sentía muchísimo mejor que las anteriores. Confieso que fue la primera vez que sentía tanto placer junto. Era otro nivel, tanto que comencé a aumentar la velocidad y gruñir contra su cuello mientras el estallaba en gemidos de tanto placer.

No entendía que era lo que estaba ocurriendo si era un día normal y solo estábamos follando. Solo se que era otro nivel, que no se puede expresar con simples palabrejas. Sentía que estaba cerca de mi gran esperado orgasmo, y apenas llevábamos 10 minutos en ese baño. Mordí mi labio mientras observaba como él se aguantaba para correrse junto a mi.
Así lo hicimos, juntos llegamos al clímax en ese compartimento tan pequeño. Gruñí y él gimió. Después nuestras respiraciones se mostraron agitadas y yo salí de él. Se quedó un rato asimilando lo ocurrido, de nuevo se había rendido ante mí. Salí y me estiré frente al espejo. Coloqué mi ropa y esperé a que el saliera.

-Oh, vamos... Se que te ha gustado, bebé.-Le dije cuando salió con los puños apretados.

Se notaba que estaba enfadado pero pensé que no mucho, pues parecía un niño pequeño haciendo un berrinche. Me acerqué a él y acaricié su mejilla.

-Eren... Esta ha sido la última vez. Ya no volveré a rendirme ante ti. Escuchame... Espero que lo hayas entendido bien.-Apartó mi mano de su mejilla.

Dijo mirándome. Yo sabía que no sería así, porque al fin y al cabo siempre se rendía ante mi tacto que tanto le excitaba. Sonreí y revolví su pelo.

-Realmente eres precioso, demasiado.

-¡CÁLLATE! ¿¡No me estás oyendo!? YA NO HABLARÉ CONTIGO JAMÁS. OLVIDATE DE VOLVER A FOLLAR CONMIGO. ¡NI EN SUEÑOS! ¡Se ha acabado lo que sea está mierda que tengamos!-Gritó, y ahora sí que noté su enfado.

Entonces salió por la puerta del baño dispuesto a no verme jamás. Algo imposible, pues me vería en clase mañana, pues era lunes. Suspiré y pagué la comida que ni siquiera habíamos probado. Salí y conducí mi moto hasta la fraternidad. Esta noche había fiesta, era lo único que me ayudaría a olvidar.

Una fiesta como siempre, normal. Sin Levi, solo con mis amigos. Por ello, tampoco hubo detalles. Dormí unas 3 horas con suerte y me preparé para asistir a clases y ver a mi pelinegro favorito. Pronto empezó la clase pero algo ocurría.

Ni Levi ni su amiga se encontraban en sus respectivos sitios.
Y al pasar la lista el profesor no dijo sus nombres.
Esto no pintaba nada bien.

Mi chico favorito. EreRi|SNKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora