T3.Cap9

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[Narra Levi]

Habíamos pasado un gran día en la piscina, por lo menos para mi había sido increíble. Sobre todo cuando probé sus labios. Sentía el mundo justo en mí, y la vida crecer en mi interior. Me fui corriendo tras ello porque no quería mirarle a la cara, le había obligado a besarme, y no se me olvidaba que él estaba prometido. Pero dios... ¿cómo sería capaz de rechazarle? Suspiré esperando que Kyle viniera a buscarme, pero no era así. Y yo había venido andando así que sin problema eché a andar hasta mi piso. Empezaba a refrescar, y por los callejones más oscuros podía ver gente sin techo, que debían acostumbrarse al frío de la noche. Como dinero tenía y bastante, les dejé algo a aquellos vagabundos, para que empezaran a trabajar a partir de ello y su vida fuese mucho mejor. Entendía a la perfección su situación, pues hace años yo me encontraba de la misma manera, antes de encontrarme con Hanji y ser amigos.

Estaba algo cansado tras el día en la piscina, y ahora debía redactar para el periódico de la empresa sobre esta misma. Aún me preguntaba por qué Eren estaba en la piscina. ¿Sería ayudante de la gran empresa que la había construido? No podía formar parte de la empresa... ¿o si? Suspiré cerca ya de mi casa, pero volví a ver un muchacho sin casa donde quedarse. Recogía sus piernas en su pecho y trataba de calentarse con sus brazos. Conforme me acercaba, le veía más grande, hasta que empecé a acostumbrar mi vista a la oscuridad y vi los preciosos luceros de Eren. ¿Qué hacía allí?
Sentí mi corazón palpitar con fuerza, y me acerqué a abrazarle.

–¡Eren! ¿Que pasa? ¿Por qué estás aquí?–me había agachado para verle mejor, de sus ojos brotaban lágrimas grandes y escurridizas. Le notaba apagado y totalmente destrozado, así que tomé la maleta de su lado y le levanté, hasta que reaccionó, caminando por si solo. 

Llegamos a casa y aún no le había escuchado decir palabra, así que comencé a preocuparme en serio, aunque tal vez prefería simplemente no hablar de ello. Hacía bastante frío, así que le preparé un chocolate caliente y le puse una manta por encima para calentar sus hombros y cuerpo. Parece que tenía ganas, porque enseguida comenzó a beberlo, y esperé que al menos eso le subiera un poquito el animo. Ya había hecho teorías sobre lo sucedido. Algo había sucedido entre él y su prometida, y era algo de lo que no cabía duda. ¿Por qué sino no tendría sitio donde dormir y estaría solo en la calle? Estaba frente a él esperando por si decía algo, pero no parecía ser el caso.

–Idiota, no me preocupes así. Si no tienes sitio al que ir debes llamarme. Siempre voy a ser.... tu amigo y te ayudaré en lo que necesites– había sido doloroso decirlo, lo admito. Pero ahora no debía sacar el tema sobre lo que éramos y lo que no.–Lo siento muchísimo Eren, se que ha sido por mi culpa seguramente.

–No has sido tú, alguien nos hizo una foto y nos grabó. Tú no harías algo así. Además el error es mío, porque estoy prometido. Sin embargo, tengo ganas de probarte, de verte sonreír cuando apenas lo haces, quiero verte feliz de verdad. Me he dejado llevar un poco este tiempo, pero ¿y si es porque me interesas?–le noté confundido y se hizo un silencio. ¿Por qué me hacía feliz lo que decía?

–No te comas la cabeza por favor, no debes confundirte. Estas prometido con Historia y yo sé que la amas, quiero que seáis felices juntos.–dije fingiendo una tierna sonrisa.– Ahora vete a dormir, debes estar cansado, puedes dormir en mi cama ¿sí?

–¿Dónde dormirás tú entonces?–le escuché decir, su voz era algo aguda y llena de desafinados.

–Shh, ya lo veré. Sólo cállate y hazme caso.–dije y acaricié su pelo lentamente.

Pronto se fue a mi cama y se tapó con las sábanas calentitas. Yo estaba sentado en la cama a su lado para tratar de ayudarle a dormir. Sus ojos cerrados y su expresión tranquila se veían muy bonitos. ¿Verle de esa manera? Solo había visto así de triste y llorando a Eren una vez, esta era la segunda, pero sus palabras eran más amables y no me estaba gritando que me fuera. Pronto conseguí que se calmara y cayera en los brazos de Morfeo, o eso fue lo que pensé.

Yo fui a prepararme el sofá para dormir, pero estaba pensando en la situación. Eren estaba así por ella, realmente la amaba y eso me parecía lindo, podía ser feliz con ella. Sonreí pero sentía las lágrimas bajar por mi rostro, hasta que no pude más, sollozando y llorando. Susurré el nombre de Eren por instinto y abracé la almohada. Así pasaron varias horas. Ya eran las 5 am y yo seguía como un idiota llorando. Sentía mis ojos doloridos y rojos, una horrible sensación, junto a fuertes presiones en el pecho del dolor. Me tumbé esperando poder dormir, mirando de cara a la espalda del sofá. Entonces cerré mis ojos tratando de dormir pero mi respiración y mis mocos me lo impedían. Susurraba el nombre completo de Eren tratando de calmarme hasta que sentí su aroma y sus calientes y grandes brazos rodearme en un abrazo.

–No llores, ¿Sí? Estoy aquí. ¿Has tenido una pesadilla?–su voz volvía a sonar cálida. Los latidos de mi corazón eran fuertes y tuve miedo de que los pudiera escuchar.

–Yo... ¿Que... Que haces despierto?– apenas me salía la voz por los nervios.

–No podía seguir escuchándote llorar de una forma tan horrible. ¿He hecho algo malo? Por favor, quiero ayudarte. Mereces ser feliz.–sus palabras sonaron tan lindas. ¿Pero como decirle que mi dolor era la causa de su felicidad? Eso sonaba egoísta.

–Estoy bien, desahogarme me ha sentado bien. No te preocupes mucho por favor...–su brazo en mi cintura me hacía temblar. Era cálido pero me ponía muy nervioso.

–Esto no es cómodo, vamos a tu cama.– ¿Cómo podía decir eso tan tranquilo como si nada? Me levanté del sofá tal y como él se había levantado. Pero le pedí ir al baño y me dijo que me esperaría en la cama.

¿Tenía acaso yo la mente muy sucia? Sí, al llegar al baño pude ver la pequeña erección que crecía en mis pantalones por momentos.

Mi chico favorito. EreRi|SNKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora