T2.Cap13

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[Narra Eren]

Me había decidido a recuperar la confianza que Historia depositaba en mí, además de el amor que sentía por ella. Sabía que lo ocurrido solo había sido un contratiempo y fallo mío. ¿Cómo podía contrarrestarlo? Me instalé en un hotel para no molestarla, y comencé a preparar todo lo que tenía en mente para ella, quería hacerla ver que no todo era lo que le había mostrado hasta ahora. Me compré un nuevo traje que hace poco ella me había comentado y le compré muchas joyas que sabían que le gustaban.

Había estado al menos cuatro días preparando todo y tenía propuesto un baile para que ambos soltáramos lo que pensábamos. Bailar al ritmo de la música, y hacernos ver el uno al otro lo que sentíamos mediante un baile, y tras ello soltarlo con palabras. Nos conocimos de una forma parecida en un evento importante de la ciudad y tuvimos que bailar juntos. Siempre he sabido que esa es una forma nuestra de comunicarnos, nuestros pasos se vuelven uno y nuestros ojos se cierran mientras tomamos nuestras manos. Es un movimiento tan tranquilo y confiable...

Ya era el día, por lo que llamé a la puerta, con bombones en mi mano derecha. Mi mano izquierda cargaba con mi maleta y una bolsa, cuando Historia abrió, sus ojos al parecer se abrieron con la misma rapidez e intensidad que la puerta. ¿La había sorprendido? 

–¿E-eren? Has venido... yo...– sus ojos se miraron a si misma y luego a mi de nuevo aún con sus ojos como platos observando la situación objetivamente.

Sí, no la había dicho nada de que venía y se encontraba muy despeinada, su pelo recogido pero hecho un desastre y su ropa arrugada y descolocada. Eso me desconcertó pero solo le brindé una sonrisa y ella me dejó entrar. Debió sonrojarse por sus pintas a estas horas de la tarde casi noche así que me dejó en nuestro salón y subió a cambiarse.

Eso me vino de perlas para prepararlo todo, puse dos copas de vino en la isla de la cocina y saqué sus joyas, envueltas en un y elegante papel dorado. Guardé mi maleta en el armario de la entrada temporalmente, para no tenerla en medio e hice un poco de espacio preparando el altavoz. Quería que el ambiente fuese perfecto así que apagué la luz y coloqué unas velas. Tras todo ello, vi bajar por la larga escalera a una Historia más arreglada, con un moño realmente elegante y un vestido blanco y tonos azules como sus ojos. Tal vez abrí demasiado la boca por la risita que soltó. Me arrodillé ante ella y besé su mano, algo realmente formal pero nos parecía romántico.

–Lo siento... por todo, pero he tratado de preparar una bonita noche juntos para disculparme.–unos segundos de silencio inundaron el gran salón y aclaré mi garganta para seguir hablando.–Se que no es suficiente para pedir tu perdón, pero al menos déjame pasar esta gran noche contigo, por favor.

–Idiota... deja de decir tantas cosas, te quiero. Nunca he dejado de amarte, y me ha parecido un ambiente perfecto el que me has preparado.–me mostró su blanca fila de dientes, convertidos ahora en una tierna sonrisa de su parte.

Comenzó el baile, la música movía nuestros cuerpos, que se hacían uno solo al unísono mientras el piano que se podía notar en la melodía inundaba nuestros oídos. Era lento, un baile lento y elegante, y ella apoyó su cabeza en mi pecho disfrutando de la perfecta conversación mantenida con solo nuestros cuerpos juntos siguiendo la música.

Tal vez fue tan increíble que mi corazón palpitaba con fuerza pero sentía una intensa calma en mi cuerpo. Terminó la canción que yo mimo había elegido, sí, la canción que bailamos cuando nos conocimos. Nos sentamos en los sillones y comenzamos a tomar algo de vino y hablamos sobre lo sucedido.

–No te preocupes, solo fue un malentendido. Lo comprendo, solo espero que todo vaya a mejor ahora...–suspiró levemente y asentí dejando un beso en su frente.

–Gracias, pensé que iba a morir si no me perdonabas. Estos días he estado tan estresado por eso...–tal vez mi tono sonó desesperado pero no quería perderla.

Así pasaron un par de horas, hasta que ya estábamos demasiado bebidos, más bien ella, yo estaba consciente pero algo contentillo. Pensé en que debíamos ir a dormir, pues ya se hacía tarde para seguir despiertos. Entonces en ese mismo instante Historia se subió a horcajadas sobre mí y comenzó a hacer movimientos lentos mientras mordía su propio labio. Sonreí al notar lo que pretendía y besé sus labios de una forma lenta pero magnífica. Sabía que a ella le gustaba eso, pues la volvía completamente loca.

Estuve en lo cierto porque sus movimientos eran más rápidos y desaflojó mi corbata. Esto fue suficiente para cargarla y subir las escaleras entre besos húmedos de boca a boca. La tumbé en la cama sin fijarme en ningún detalle más que su piel y mi boca. Aunque paré al escuchar un ruido fuerte venir de la habitación del vestidor.

–¿Eren? Mmh... sigue por favor.–susurraba Historia impaciente pero me separé asustado. ¿Alguien había entrado en casa?

Salí de la habitación y encontré que la puerta estaba cerrada del vestidor, algo extraño pues Historia siempre se olvidaba de cerrarla. Tal vez fueron estacas puntiagudas lo que sentía al abrir la puerta y encontrarme a una chica de pelo castaño y corto, con pecas a juego con sus ojos oscuros. Su piel tiraba a un color canela claro, pero por la oscuridad se notaba algo más oscuro. Abrí mis ojos mirando a la chica.

–Ugh... parece que la has pillado. Es que he tirado una de sus botas... dios mío son realmente ruidosas.–decía las cosas tan a la ligera que me sentí algo extraño.

–¿Quién eres?–pregunté desconcertado y escuché los pasos lentos de Historia detrás de mí y al llegar una bocanada de aire ruidosa.

–Tsk... me llamo Ymir.–dijo caminando hacia Historia y puso su brazo sobre los hombros de mi prometida. La juntó hacia ella y al mirar a la rubia pude ver el miedo en su rostro.

–¿Que...?–me encontraba tan confundido que las palabras se me quedaban en la garganta.

–Ella... yo.... estamos juntas. Tu no has sabido cuidarla.– escupió y sentí la culpa atravesarme. Mis ojos perdieron su color y lentamente caminé escaleras abajo con mi maleta y pertenencias, hasta salir de allí con un nudo en la garganta.

Un vacío se había establecido en mi ser así que caminé hasta topar con cualquier bar. Entré y las luces de fiesta y colores me cegaron. No estaba prestando atención a nada cuando enseguida comencé a beber. Sí, había bebido mucho pero al resistirlo bien solo pude soltar varias lágrimas, pero muy pocas. ¿Por qué me dolía tan poco? Sentía un vacío y varias lágrimas, sí, ¿pero cual era la verdadera razón? Suspiré y una música excelente inundó mis oídos. Al mirar al escenario todo encajó. La letra de la canción, la voz... el traje de Levi. Aquello me hizo sonreír, y su canción llorar. (La canción la tenéis subtitulada en el anterior capítulo.)

Mi chico favorito. EreRi|SNKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora