🍒Bɪᴇɴᴠᴇɴɪᴅᴀs, ʙᴇʟʟᴀs ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀs🍒
🥀Dᴇsᴄʀɪᴘᴄɪᴏɴ: Aislada es una novela/fanfic/historia -o como quieras llamarle- que explora la soledad y la dependencia emocional.
Ambos sentimientos muy dolorosos y dañinos, provocados por un desgraciado suceso que t...
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Subía la montaña para llegar a la clase 3-E, como de costumbre, mientras pensaba en las clases que tendríamos hoy.
Al llegar a la cima, un pensamiento pasó fugazmente por mi cabeza.
-¿Y si en vez de subir la montaña, utilizo el tren?
Después de todo el camino era mucho mas corto hasta allí, y, además de no hacer un esfuerzo tan grande, llegaba temprano a casa. Pero al ver de reojo a Isogai-kun, salí de mis pensamientos para saludarlo.
-Luego lo pruebo...
-¡Buenos días, Isogai-kun!
-¡Buenos días, ______! Hace tiempo que no hablamos.- Me sonrió y yo se lo devolví.- Dime, ¿como está tu herida?
Habían pasado 5 días desde el viaje a Kioto. Yo falté tres porque mamá se preocupaba de que se me abriera la herida en la mejilla o que me desmayara por el golpe en la cabeza. Siempre fue bastante sobreprotectora con mi salud física.
-¿Cual de todas?- Dije en broma. Isogai-kun rió un poco.
-Ambas.
-Mi mejilla paró de sangrar, mira.- Le acerqué mi rostro, enseñandole la cicatriz que aún no estaba del todo cerrada. Cuando el chico observó la herida, me alejé y continué hablando.- Y con respecto a mi cabeza, está todo bien. En estos días fuí al hospital a revisarme y me dijeron que no había nada de que preocuparse.
Bueno, esa era una verdad a medias, ya que en realidad me dijeron que, en el momento en el cual recibí el corte, debí haber ido al hospital a que me suturen, pero ahora ya era demasiado tarde y no me sucedería nada.
-Oh, eso es un alivio.
-¡Lo es, aunque igualmente no me pasaría nada!
Isogai-kun sonrió.
-¡Me gusta tu positivismo! Y dime, ¿estás lista para la clase de hoy?
-¡Obviamente! ¿Cómo olvidarme de mi primera clase sobre asesinato?
Hoy sería la primera vez desde mi llegada en la que iría a las clases de Karasuma-sensei sobre manejo de cuchillos, defensa, ataque y demás cosas. ¡Me sentía muy emocionada por demostrar mi potencial!
Al entrar a la escuela, saludé a varios estudiantes que habían llegado antes que nosotros y a algunos otros que estaban vininendo.
Las horas de matemática pasaron extremadamente lentas, especialmente por ser la materia que más odiaba. No podía esperar ni un segundo más para que llegara la hora de gimnasia. Luego de un recreo y una hora de geografía y otra de inglés, llegó el último receso del día.
