🎈Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ XII🎈

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Frente a mí, se encontraba una mujer

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Frente a mí, se encontraba una mujer.
La oscuridad de la calle no me permitía ver bien su rostro, pero pude llegar a notar que su cabello era castaño y le llegaba por encima de la clavícula. Estaba un poco despeinada y lo tenia acomodado hacia el costado. Sus ojos eran grandes, de un color anaranjado, su nariz fina y sus labios un poco gruesos. Se veía bastante guapa a decir verdad.
Ambas intercambiamos miradas confundidas y nos analizamos de arriba a abajo.

-No es nadie. -Repondió Karma. Por su expresión parecía estar harto. -Entra. -Espetó entre dientes mientras empujaba a la mujer hacia adentro de la casa, tomandola de la espalda.

-¿Invitas a una chica y ni siquiera la dejas pasar, Karma? -Cuestionó la fémina con indignación para luego tomarlo de la muñeca y acercarse hacia mí. Retrocedí unos pasos.

-¿Por qué no pasas, linda?

Me quedé petrificada.

-¡Ella ya se tiene que ir! -Exclamó el pelirrojo el cual aún estaba siendo retenido por la muñeca.

-¡Deja de ser tan maleducado, Karma! -La mujer lo tomó de la oreja. El chico se quejó y le apartó su mano de un tirón.

-Eh, yo... -Abrí la boca.-No quiero molestar a nadie, así que mejor me voy. -Retrocedí otra vez.- ¡Nos vemos, Karma! -Exclamé con nerviosismo antes de irme, pero una mano me tomó del brazo.

-¿Se llaman sin honoríficos..?

A pesar de que la mujer me estaba agarrando, parecía hablarle más a Karma que a mí.
El chico la miró con una mirada asesina, pero la fémina solo lo ignoró y me sonrió.

-Pasa, cariño, que ya es tarde como para que vuelvas a casa sola. -Dijo con los ojos entrecerrados.

-De hecho, vivo cerca y... -Pero dejé de hablar al ver el aura amenazadora de la mujer. Tragué grueso.- E-está bien. -Tartamudeé, un poco nerviosa.

-¿Dónde me acabo de meter?

Cuando entré en la casa, también ví a un hombre. Éste estaba sentado en el sillón viendo su celular.

-¿Visitas? -Preguntó, algo...¿Emocionado?

-Siento miedo por mi vida ahora mismo.

-¡Karma invitó a una chica! -Exclamó la mujer con emoción.

-¿Puedes parar de decir eso? ¡Cómo si fuera lo más raro del mundo!

-¡No tienes por qué ocultarle cosas a tu propia madre, Karma!

«Madre» -Pensé.

Me sentía feliz de no haber interrumpido nada, y como por arte de magia, la vergüenza que estaba sintiendo anteriormente se esfumó.

Tratando de cambiar de tema en mi propia mente, eché un vistazo al hombre: Tenía algunas notables arrugas cerca de sus labios y otras alrededor de sus ojos color granate.
Su cabello era rojo oxigenado al igual que el de Karma , pero éste estaba peinado hacia atrás y algunos mechones cortos sobresalían, cayendo sobre su frente. Tenía un poco de barba; pero no demasiada y los pelos eran muy cortos. También me dí cuenta de que uno de sus ojos estaba entrecerrado, pero al prestar más atención pude notar que éste era blanco y tenía una cicatriz algo notoria que bajaba de manera vertical, comenzando arriba de su ceja y terminando poco más abajo de unas poco notables ojeras.

AɪsʟᴀᴅᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora