Fueron a aquel sitio de helados y Nora pudo comprobar que era cierto que los helados eran buenísimos, pero si que era un poco raro que una heladería estuviese abierta a esas horas de la noche así que decidieron tomarlo fuera mientras se conocían un poco más, pero tampoco demasiado. Avery resultaba ser bastante sociable aunque tenía sus propias aficiones en las que prefería invertir su tiempo como por ejemplo, la escritura.
-No se si querrás contarme esto pero, ¿Por qué no querías publicar el libro el otro día?- preguntó Nora
-Realmente el problema era que no terminaba de estar segura del resultado y no sabía si quería que la gente pudiera leer mis pensamientos en una novela... ya sabes, de ese estilo.
-Erótica.
-Bueno... si- dijo en tono bajo tras un pequeño silencio.
-A mi me gustó bastante la historia, no le vi ningún fallo.
-Es que en eso consiste tu trabajo, ¿no?
-No me refiero a ese tipo de fallos. Me refiero a fallos en la historia. No dejaba nada que desear por que las expectativas que te da en la introducción las cumple al cien por cien.-le dijo en tono tranquilizador.
-Me alegro de que te haya gustado... ¿ves? a esto me refería. Ahora me da vergüenza hablar contigo siendo que se que has leído mi libro.
-No debería, enserio. Es más, creo que quizás me lo vuelva a leer esta semana si no tengo mucho trabajo- le dijo para molestarla
-No lo hagas o no lo publicaré.
-¿Entonces lo vas a publicar?
-Si, finalmente llegué a ese acuerdo, solo que antes cambiaré algunas cosas.
-Entonces me lo tendré que volver a leer si o si.
-Bueeeeno ahí tienes razón.
Estuvieron un rato en un cómodo silencio hasta que Nora miró el reloj y vió que ya era muy tarde siendo que mañana tenía que trabajar.
-Mierda, me tengo que ir ya, me esperan en casa y mañana trabajo.
-Oh...¿tu novio?- dijo Avery con cierta desilusión en su tono de voz.
-No, no tengo novio- respondió Nora pensando que quizás debería de dejar de hablar de Nugget como si fuera una persona más.
-Novia, ¿quizás?
-Tampoco, en realidad quien me espera es mi perro, que no ha cenado y seguramente mañana me ignore durante todo el día.
-Ay, claro, no se como no se me había ocurrido- Esta vez Avery sí que estaba realmente avergonzada.
-Pero si quieres otro día podemos quedar tu y yo para d-.
-Sí- respondió Avery rápidamente- quiero decir, emmm claro. ¿Me apuntas tu número y tal?
¿Se podía se más torpe? Seguramente no. Nora rió ante tal gesto y agarró el móvil de la chica para apuntar su número y se puso como nombre "La revisora"
-Seguro que así no se te olvida- le dijo mientras se levantaba del banco- Adiós.
-Adiós- respondió Avery entrecortada.
Nora se apresuró para llegar a casa, eran las tres de la madrugada, se tenía que levantar a las nueve para entrar a las diez a trabajar. Todos los domingos se dormía sobre las doce como muy tarde y el hecho de pensar que quizás mañana se dormiría por las paredes, haría mal su trabajo o quizás hasta se quedaba dormida y llegaba tarde a trabajar, la estresaba.
YOU ARE READING
The loving
RomanceUna historia sobre cómo una chica consigue reencontrarse con sigo misma tras conocer a alguien que le haga ver que el mundo también tiene una cara bonita. Historia actualizada cada semana.