Faltaban solo tres días para fin de año y Nora todavía no sabía que haría para cenar. Pero había algo que le inquietaba más. No sabía si podía comprarle un regalo a Avery o si sería demasiado, no habían hablado sobre hacerse regalos y en caso de que decidiera hacerlo no sabía qué regalarle así que se fue a dar un paseillo por las tiendas de los alrededores hasta que recordó una de las muchas conversaciones que tuvieron el día de la cena. Hablaron sobre literatura, cómo no, y hablaron del papel de la mujer en esta. Mejor dicho, del casi inexistente papel de la mujer. Así que lo tuvo muy claro cuando se dirigió a la librería más cercana en busca de un libro. "Vindicación de los derechos de la mujer" de Mary Wollstonecraft. Le costó bastante encontrarlo pero por fin fue suyo, y con él se marchó a casa. Solo le quedaba pensar la cena y ya lo tendría todo preparado.
Estaba terminando ya de hacer la cena que había planeado, iba tarde por que se dio cuenta a última hora de que le faltaba un ingrediente y entre elegir un nuevo plato o ir a comprar lo que le faltaba eligió lo segundo sin pensar que tardaría más.
Había elegido un plato al horno y solo le faltaba sacarlo para poner la salsa cuando se dio cuenta de que Avery llegaría en cinco minutos, revisó su aspecto en el espejo del salón y volvió a lo que estaba cuando el terrible timbre de su casa sonó haciéndola saltar justo en el momento en el que estaba sacando el plato del horno. El brusco movimiento hizo que para evitar quemarse con el recipiente tuviera que soltarlo dejando que todo su trabajo se convirtiera en un desperdicio.
-Mierda.- dijo derrotada.
-¿Todo bien?- se escuchó una voz al otro lado de la puerta.
Nora fue a abrir y con expresión neutral dijo:
-Se me acaba de caer toda la comida por el suelo pero supongo que por lo demás todo bien.
-Dios mío, ¿en serio?- dijo mientras la seguía observando hacia el interior de la cocina.
-Sí...-suspiró llevándose las manos a la cabeza frustrada
-¿Has probado el sitio nuevo de hamburguesas del centro?
-No.-respondió sorprendida por el repentino cambio de conversación.
-Pues he oído que es buenísimo y que hacen pedidos a domicilio. Así que si quieres podemos ir limpiando esto y después llamamos a ver qué ofrecen.
-Gracias.- le dijo en voz baja acercándose a abrazarla y recibiendo un beso en la frente por su parte.
-Tranquila, a mi también me habría pasado.
Y eso fue lo que hicieron, recogieron los desperdicios del suelo que Nugget había empezado a lamer mientras mantenían una fluida conversación sobre una vez que Avery intentó preparar una comida así y casi quema la casa y después llamaron al sitio de hamburguesas desde el que les dijeron que en treinta minutos tendrían su pedido en la puerta de su casa.
Mientras hablaban, Nora contaba anécdotas sobre algunas cenas en familia que habían tenido un resultado nefasto, básicamente para explicar por qué no iba a pasar también fin de año con ellos. Rieron ante varias de las historias, sobre todo ante aquella vez que Nugget se asomó a la mesa y agarró el filete de un familiar para después salir corriendo, es desde entonces que no permiten que aparezca por las reuniones. Las risas fueron sustituidas por una sensación de nostalgia cuando Avery decidió contar también cómo pasaba ella las navidades con su familia hace años. Lo recordaba con felicidad, pero no podía evitar sentirse un poco mal al recordarlo debido a que sin un motivo aparente había sido desplazada del resto de la familia.
El repartidor llegó y le dieron una buena propina ya que se sintieron un poco mal al tener que darle trabajo un día del año como era aquel.
Cenaron y después probaron el pastel que Avery traía en sus manos nada más venir solo que con el desastre de la cocina habían ignorado su existencia al completo.
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The loving
RomanceUna historia sobre cómo una chica consigue reencontrarse con sigo misma tras conocer a alguien que le haga ver que el mundo también tiene una cara bonita. Historia actualizada cada semana.