Se levantó y fue camino al hospital, la operación acabaría en una hora más o menos así que podía ir yendo para estar allí cuando llevaran a Avery a la habitación. Llegó y se sentó en el sillón que había en la habitación. No faltaba mucho tiempo así que simplemente pasaría el tiempo mirando por la ventana, calculaba que estaría así hasta máximo las cinco y media. A las seis, un poco extrañada cogió el libro que había traído y empezó a leer. A las siete ya había leído siete capítulos más y a las siete y media fueron diez. Se le pasó el rato volando y cuando vio la hora que era realmente se sorprendió por lo tranquila que había estado su mente. Le extrañó que llevaba esperando dos horas más de las que pensó que lo haría así que salió de su habitación y preguntó en recepción si alguien podía decirle cómo iba la operación.
-Hola, disculpe.
-Dime.
-Quería saber si Avery Greene ha salido ya de quirófano, por favor.
-Claro, ahora lo miro. ¿Puedes repetirme el apellido?
-Greene.
-Vale, ya lo tengo. ¿Eres familiar? Porque si no lo eres no puedo darte esta información.
-Si, bueno, soy su pareja. He venido yo a acompañarla esta mañana.
-Vale, pues verás. Ha surgido un imprevisto en la operación y está en cuidados intensivos.
-¿Un imprevisto? ¿Está bien?
-Si, está estable pero no puedes pasar a verla, lo siento.
-¿Por qué no?
-No lo sé, yo no hago aquí las normas, lo siento.
-Claro, gracias.
No sabía qué hacer ahora no sabía si esperar a que saliera de cuidados intensivos en una sala de espera, o si marcharse a casa a esperar.
-Hola, disculpe otra vez pero, ¿cuándo saldrá de cuidados intensivos?
-Aquí pone que mas o menos en un par de días.
-¿Dos días?
-Aha. Mira, si quieres por si sale en algún momento en el que no estés, puedes dejarme tu número y lo apunto en la parte de familiar, porque no hay ninguno y tendríamos que llamar a alguien.
-Si, claro. De todas formas mañana vendré un rato por la mañana y por la tarde pero si, apúntelo por si acaso.
Después se fue a casa. No podía hacer nada en una sala de espera sentada noche y día así que se fue. Iría mañana después de trabajar y estaría parte de la tarde, solo por si acaso, y si no pasaba nada al día siguiente lo volvería a hacer.
Y así fue, estuvo tres días pasando las tardes de cinco nueve en una salita de espera y nada pasaba. Intentaba entretenerse con algo hasta que uno de los días le llamó la atención el escándalo que montaban un par de doctores que corrían a una habitación. Había oído que era una parada cardíaca y vio que se metían en una habitación. Una parada nunca podía ser nada bueno. Vio el número de la habitación, 617. y se quedó pensativa. No recordaba si la habitación de Avery era la 617 o la 616. ¿Quizás era la 618?
Bueno, no iba a alarmarse. De todas las habitaciones que había era difícil que fuera justo la de Avery, y en caso de que lo fuera en cada habitación había dos personas, ¿no?
Pasaron unos minutos en los que el ruido se oía un poco más bajo, habían cerrado la puerta de la habitación. Seguramente todo habría salido bien con aquella persona. Nora buscó en su mochila un papelito en el que una enfermera le apuntó la habitación de Avery solo por si se le olvidaba. También apuntó su número pero esto era algo que Nora había ignorado.
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The loving
RomanceUna historia sobre cómo una chica consigue reencontrarse con sigo misma tras conocer a alguien que le haga ver que el mundo también tiene una cara bonita. Historia actualizada cada semana.