Capítulo 8

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Cuando Avery despertó se encontró sola en la cama, con el sol dándole en la cara y con un olor peculiar en el otro lado de la cama. Suspiró y sonrió, a veces pensaba que estaba en un sueño.

Se levantó, se recogió el pelo y fue caminando lentamente hacia el olor a café viendo a Nora canturrear una canción. Se acercó por detrás suyo para abrazarla.

-Volveremos a querernos...-tarareaba

-Bien lejos...- La siguió Avery haciendo que se asustar un poco ya que no la había oído llegar.

Nora se giró y le agarró los lados de la cara para darle un beso en la punta de la nariz.

-¿Cómo estás cielo?

-Muyyyy bien.- le respondió escondiendo la cara en su cuello

-Me alegro mucho.

-¿Y tú?

-Estoy muy contenta.

-Y eso, ¿a que se debe?-dijo saliendo de su escondite para mirarla a los ojos.

-Pues a que he dormido con una chica muy guapa y muy lista.

-No me digas.

-Aha.

-Pues, que suerte tiene esa chica ¿no?

-Más suerte tengo yo.

Las tostadas saltaron sacándolas de su nube y desayunaron juntas mientras hablaban de un sueño extraño que había tenido Nora en el que había muchos pollos, muchísimos.

Nora de repente se levantó de su silla y fue corriendo a su habitación dejando a Avery con la palabra en la boca y volvió con un pequeño paquete en la mano.

-Se supone que te tenía que dar esto ayer, así que menos mal que te has quedado a dormir por que se me había olvidado.

-¿Es un regalo?

-Claro.

-Ay yo no te he comprado nada, no sabía que nos íbamos a hacer regalo.-dijo apenada.

-No te preocupes, no hace falta, solo es que se me ocurrió y pensé que te haría ilusión.

-Bueno, pero cuando menos te lo esperes te regalaré algo.

Abrió el regalo y le sorprendió por que hace tiempo que llevaba pensando en comprárselo pero más que el libro le emocionó que hace años que nadie se acordaba de hacerle un regalo en navidad. Ahora nadie gastaba su tiempo en pararse a pensar en si algo le haría ilusión y menos en salir de su casa para comprarlo así que sin darse cuenta comenzó a llorar.

-¿No te gusta? no pasa nada, tengo aún el ticket, puedo ir a cambiarlo si quieres o no sé, pero no llores por favor.

Avery se levantó y para sorpresa de Nora la abrazó fuertemente susurrándole un "gracias" al oído.

Recogieron los platos que utilizaron para la cena de la noche anterior mientras escuchaban música y se daban besos espontáneos.

Pasaron el resto del día juntas, ninguna de las dos tenía nada que hacer así que les venía perfecto para no hacer nada en compañía de la otra.

Nora recibió una llamada de Aria que le ofrecía que comieran juntas ese día, así que tras una breve explicación de que Avery también estaba allí se reunieron las tres.

Avery pasó por su casa antes de que fueran a comer solo para no llevar la misma ropa del día anterior.

La comida estuvo llena de miradas cómplices y de miradas curiosas por parte de Aria hasta que no se pudo contener más, quería saberlo todo.

The lovingWhere stories live. Discover now