Capítulo 10

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Nadie abría. Quizás simplemente Avery se había marchado a alguna parte o quizás no la había oído. Fue a llamar otra vez y antes de que diera el primer toque la puerta se abrió.

Ahí estaba, mirándola sorprendida. No se esperaba que fuera a venir. No decía nada. Ninguna sabía qué decir.

-Hola.-dijo Nora en tono bajo. Tan bajo que dudaba que la hubiera escuchado.

-No esperaba tu visita.

-Ya, venía a disculparme y... a hablar. He traído comida, no se si habrás comido ya, pensaba que no por que es pronto pero vamos que si ya has comido no pasa nada, también he traído helado, que igual no te apetece pero no sé.

-Venga, pasa.-le hacía gracia cuando la joven se ponía tan nerviosa que no paraba de hablar así que simplemente la hizo pasar.

-¿Qué has traído?- preguntó al ver que Nora no decía nada más.

-Bueno... una pizza de aquel restaurante al que fuimos y helado del sitio raro.

-Pues me viene muy bien por que justo iba a pedir que trajeran algo de comer. Ven, ayúdame a coger unos platos.

De camino a la cocina Nora pudo ver un ordenador con un archivo abierto y no pudo evitar preguntar.

-¿Has empezado algo nuevo?

-¿Qué?- no sabía de qué hablaba hasta que vio que su vista se dirigía a su ordenador- Ah... sí, pero no es nada muy importante.

-¿Podré leerlo?-preguntó un poco avergonzada. Se sentía como una niña que pedía permiso para coger un juguete.

-No creo que tenga mucho futuro pero sí, te lo enviaré.

-Genial.

Prepararon los platos y algo de beber y se sentaron en el sofá que tenía una mesita delante en la que apoyaron la comida.

-Oye, quería pedirte perdón por cómo me puse el otro día al teléfono, entiendo que tengas tu privacidad y apenas nos conocemos así que no tienes por qué contármelo todo.

-Bueno, yo me venía a disculpar por darte esa sensación de que no confiaba en tí, solo es que a veces me cuesta contar según qué tipo de cosas, poca gente lo sabe, pero quiero contártelo y sí quiero que me apoyes. Cuando te dije que no quería tu ayuda... era mentira, solo es que no sabía qué decir en ese momento. Y por supuesto que no estoy jugando contigo, quiero que lo que sea que hayamos empezado siga fluyendo. Me gusta esto que está pasando entre nosotras.

-A mi también me está gustando. hace tiempo que no me sentía tan... tan así

-Tan, ¿cómo?

-Tan arropada por alguien que lo hace simplemente por que quiere. Y eso me gusta. Bueno, no solo eso, tú también me gustas pero creo que eso ya te lo podías imaginar.

-Si... creo que algo sospechaba.

Estuvieron hablando hasta que acabaron de cenar y cuando lo hicieron se acomodaron abrazadas en el sofá y aprovechando la situación Nora le contó todo lo que le pasaba y que llevaba tiempo pasándole. Le contó sus frustraciones y sus problemas para encajar de vez en cuando. Le contó como sus aficiones un día la abandonaron y como llevaba sintiéndose desde entonces. Se sentía cómoda contándole aquello y sobretodo se sentía escuchada. Le habló de las veces que simplemente se encerraba y se ponía a repasar toda su estantería de libros hasta que se sentía lista para volver a afrontar los problemas del exterior. Incluso le dijo que había libros que cuando releía se sabía de memoria de tantas veces que había leído.

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